Hoy les comparto un bombero decorado con los colores del Tío Sam.
Espero no ofender ningún espíritu nacionalista, ya todos sabemos que los yankis son una manga de cretinos pero el camioncito no tiene la culpa.
El modelo está hecho por Corgi en 1/50, con poca ciencia y mucho metal.
En efecto, me atrevo a declarar que la trompa, la caja, la parte media y la base son todo metal.
Esta profusión metálica le da mucho peso y le garantiza un excelente uso como arma arrojadiza.
A mi me gusta la trompa, con grandes aciertos como las luces de strass y la tampografía al extremo.
Otro acierto son las llantas coloradas fileteadas en blanco, un detalle casi inexplicable.
Pero también tiene detalles desagradables como el conjunto de trompetas y sirenas, demasiado tosco.
Un detalle discutible son los paneles de comandos de válvulas y bombas, uno de cada lado.
Es agradable que haya metal a la vista, sobre todo en ese caso que no hay pintura que altere la percepción.
El problema es que el metal no admite la delicada precisión que tiene el plástico para estas pequeñuras.
Por ejemplo, los relieves de los paneles aperturables, que deberían ser hacia adentro y no hacia afuera.
O quizás acentuar detalles con pintura.
Hablando de pintura, un par de pinceladas oportunas aunque casi imperceptibles en el colorado de la carrocería, señalan las luces de giro y posición.
Otro detalle casi imperceptible en las fotos es la curvatura del conjunto.
Fíjense en esta toma de abajo, el cuarto trasero apuntando hacia abajo.
También hay un ángulo similar entre el sector medio y la cabina.
No creo que sea una característica del original.
Quizás el fenómeno de curvatura se aprecie mejor en esta toma lejana:
De todos modos el modelo es impresionante, la decoración es espectacular y el conjunto pesa más que la suma de detalles.
Los detalles bomberiles se dejan disfrutar, y la profusión de metal y piezas de distinto color suma puntos.
El modelo muestra un cañón voluntarioso (creo que Marinig le llamaba "lanza") y algunas mangueras, detalle imprescindible para un bombero que se precie.
Y hablando de detalles imprescindibles, acá están las mangueras.
Para que el Cabo pueda jugar, son sacables y ponibles.
Del otro lado están las escaleras que también son practicables.
En realidad son dos escaleras que están abrochadas entre sí y se pueden separar.
La cabina abierta por detrás muestra un volumen para el motor y dos asientos mirando hacia atrás, uno de cada lado.
Para destacar el tacto anti deslizamiento de todas las superficies pisables.
Pero insisto, lo más lindo está en la trompa.
That's All Folks!
Gaucho Man
el mitómano