Translate

jueves, 26 de noviembre de 2015

porsche 928 - bburago 1/43





EL LADO OSCURO DE BBURAGO

Cualquier gil puede elegir la más linda del corso, cualquier imbécil puede elegir al mejor modelo de Bburago.
Pero convengamos en que elegir al más feo no es tarea para cualquiera.
La fealdad es cosa seria.
Indefinible.
Una específica mezcla de proporciones mentirosas, colores mal elegidos que se potencian y realzan los posibles flaquezas del original.



En tal sentido, antes de dictaminar cualquier barbaridad, es necesario fijar qué parámetros califican para semejante decisión.
Primeramente hay que abstraerse del modelo representado.
Uno puede sentir más simpatía por uno u otro coche real, pero el modelo es una representación del coche real.
El modelo no debe cargar con favoritismos ni prejuicios del coche real.



Hablando de modelos, debemos enfocarnos en la proporción, la precisión de la escala, la cantidad de detalles, la veracidad y quizás algún otro rubro que escapa a mi imaginación en este momento.




EL PATITO FEO

Lamentablemente, los Bburago tienen muchos puntos para que la elección resulte conflictiva.
Y seguramente hay algunos más feos que ni me molesté en comprar, justamente por feos.
Pero de mi modesto universo Bburago, seleccioné este Porsche, veamos mis motivos.



En principio, y contradiciendo mi propio párrafo anterior, no fui capaz de disociar el modelo reproducido.
Y aunque despierte polémicas, confieso que el 928 nunca me resultó demasiado lindo.
Pero vayamos al modelo y su calificación en los rubros:

Proporción: creo que es la peor nota. Empecemos por las ruedas que, además de un diseño "no-Porsche", tienen proporciones "no-Porsche".
La desproporción sigue en el voladizo delantero, debe ser lo peor que he visto en diecast.
La trasera se ve como caída. muy divorciada de la liviandad del modelo original.



Precisión en la escala: Es un rubro muy relacionado con el anterior.
No voy a cansarlos con mediciones y cuentas comparativas, pero podemos asegurar que el modelo no califica.

Cantidad de detalles: El modelo no tiene limpiaparabrisas, ni luces traseras, ni luces delanteras de posición y giro, ni picaportes, ni espejos retrovisores, ni patentes ni nada de lo deseable en un autito.



Veracidad: En este rubro colocaría los calcos que también se ven sospechosamente divorciados del modelo real. No creo que haya ningún Porsche 928 corriendo con esa decoración.



Voy a vomitar y luego sigo.



Gaucho Man
el ínclito




jueves, 19 de noviembre de 2015

legión de honor: alejandro burdisio





Ante todo pido disculpas por mi ignorancia, dado que no distingo las diferencias entre ilustración, dibujo o pintura.
En cualquier caso, me solidarizo con la definición que usa el autor de los trabajos: ilustración.



Llegué a los trabajos de Alejandro Burdisio (él firma "Burda") navegando por el Face Book.
Antes de escribir este post le pedí autorización y le ofrecí un reportaje.
Con mucha amabilidad declinó al micrófono, por lo que me debí sumergir en su muro para entender mejor su arte.



Como prólogo, transcribo unas palabras de Ernesto Parrilla que resumen la trayectoria del amigo Burdisio.
Cordobés, dibujante, ilustrador, humorista, sufrido y pertinaz hincha de Instituto.
Dibuja desde que tiene memoria y trabaja profesionalmente como ilustrador para el rubro de la arquitectura desde hace más de veinte años.
Tiene su propio estudio de gráfica arquitectónica (que lleva su nombre) donde trabaja en sociedad con un equipo multidisciplinario que abarca todos los requerimientos gráficos de importantes estudios y empresas constructoras tanto de Córdoba ciudad como del resto del país, y ocasionalmente con servicios al exterior.
Como dibujante demuestra ser un notable artista. Dedicado desde hace tiempo al “fantasy art”, plasma en dicho estilo todo su potencial, creando mundos fantásticos de colores y personajes de antología, que se intercalan con retratos tan cercanos a la realidad que sorprenden y hechizan.
Y como buen cordobés, se rinde ante el humor. No desde hace muchos años, comenzó a incursionar en el humor gráfico y en historietas. En estas últimas facetas se encuentra publicando en la actualidad en la revista “La Murciélaga”, que ya tiene sus primeros números en tiendas especializadas y kioscos del país.



Mirando los trabajos de Burda, sorprende la variedad y ductilidad que tiene.
Retratos, caricaturas, humor gráfico e ilustraciones.



Las ilustraciones son un mundo aparte, van desde escenas épicas medievales, postapocalípticas hasta la serie de Universo Chatarra.

Y acá empieza lo que quería mostrarles.



Esta serie inmortaliza muchos fenómenos típicamente argentinos en un tiempo lejano,
una suerte de steam punk nacional.
Sorprende con arquitecturas típicas nacionales como el Mercado de Abasto que se ve más abajo,



estaciones de servicio de los años cincuenta o sesenta,



o el monumento a la Bandera, sito en Rosario.
Todos flotando en un espacio indefinido, gracias a  unos mecanismos secretos, de índole mágica o cibernética.



Del mismo modo flotan los vehículos, la mayoría reconocibles para cualquier observador.



Utilitarios, tranvías, camiones y hasta trenes, todos contundentemente argentinos, se amontonan en los dibujos y pujan por robar presencia.



Las perspectivas buscan un observador flotante y acercan mostrando ángulos avasalladores, intimidantes.



Y obviamente mil detalles argentos.
Más allá de los autos, el ojo entrenado en cuestiones vernáculas va a identificar fácilmente marcas, colores, estilos que marcaron toda una época.
Una colección de postales con recuerdos de un futuro que no fué,



Todo amontonado, flotando sobre una gravedad imposible,
quizás sustentado por el mismo optimismo autoreferencial que nos propulsa día a día.
Cualquier semejanza con la realidad no es una coincidencia.



Quiero agradecer a Alejandro su autorización para usar estas ilustraciones.
Por si quisieran ver más ilustraciones o contactarlo, pueden buscarlo en el Face Book.






That's All Folks!



Gaucho Man
el célibe




miércoles, 11 de noviembre de 2015

aec bus - solido 1/50




Hace poco, mirando autitos en un encuentro de coleccionistas de Hot Wheels, noté la gran cuota de espectacularidad que tenían todos los modelos.
Eran todos modelos yankis con esa impronta “hot” que incluye ruedas imponentes, motores a la vista con multitud de escapes y detalles cromados y pomposas tampografías.



La impresión es que más allá de los gustos, cada modelo era un espectáculo, un imán para las miradas.
Como si cada modelo fuera el más importante de la muestra, todos y cada uno.



Todos y cada uno relucientes, recién salidos del garage, muchos con ese look de exposición que los aleja de las calles y del uso diario.



Si multiplicamos la experiencia por los veinte mil autitos que vi, el resultado fue como haber metido la cabeza en una caja de cartón juntamente con 50 flashes fotográficos activados al mismo tiempo. Uno terminaba mareado sin saber qué mirar.



La colección que yo busco es todo lo contrario.
Un universo en el que ningún modelo opaque a otro, en el cual el aplauso se lo lleva la colección, y no el autito.
Hablo de la colección en el sentido que una colección es un subconjunto del conjunto universal de autitos.
Mi orgullo no es tanto por mis autitos sino por el criterio aplicado para juntar, reunir y mostrar mi colección.



El mérito de cada pieza será propio del momento de gestación, tendrá más relación con la excelencia de su manufactura (digamos fidelidad del diseño y riqueza de detalles), la rareza o antigüedad de la reproducción.
Pero no con los kilates del modelo representado.



Al contrario de la colección de Hot Wheels, el modelo de mi colección es opaco, pero lo que brilla es el conjunto.
Mientras más opaco, más resalta y reluce.



En tal sentido, les comparto fotos de mis double deckers de Solido.
Ya habíamos hablado de la serie de buses de Solido, recuerden al viejo Renault TN6C.



Este modelo fue mi primer regalo de día del padre.
Obviamente fue elegido por mi mismo, pero en su momento fue una clara señal de que mi vida iba cambiando.
Entiendo que es ochentoso, es decir que está en sus treinta años de edad.
Los espejos y volante metálicos denotan esta antigüedad.



La edad también se ve en la capa de polvo que no salió con soplete ni con cepillo de dientes,
una pátina de años que tapa todos los brillos.
Y que definitivamente dejaría al viejo bus fuera de la exposición de Hot Wheels, o al menos arrumbado en el último rincón, atrás de la columna y al lado de la puerta del baño.



Los años hicieron lo suyo y la pátina no alcanzó a proteger algunos calcos que están francamente deteriorados.



De todos modos conserva una especie de belleza atemporal.
Es como contemplar un esqueleto de dinosaurio, una manera de asomarse a tiempos pretéritos.



Completan las fotos con un ejemplar de edición posterior, con prosaicos calcos cocacoleros.



Entonces ya saben, en la próxima exposición de Hot Wheels, pueden encontrar estos modelos al fondo, a la derecha.



That's All Folks!



Gaucho Man
el abducido




jueves, 5 de noviembre de 2015

aviones de papel parte dos - gauchito models



Hoy les presento más modelos de mi hijo.
Recordemos que el vástago tiene doce años.

Este es Kfir en escala 1/48, aproximadamente 30 cm de avión.



Como ven, se atreve con planos, curvas y conos ciegos.
Es increíble que un simple papel de impresora admita tantas posibilidades.

El de abajo es un Gloster Gladiator, me siguen sorpendiendo las patas de las ruedas y los parantes de las alas, siempre de papel, pero con la suficiente entereza como para resistir el peso del avión.





El de abajo es un engendro japonés, creo que para kamikazes.
Aunque en este caso, el kamikaze fue mi hijo que se atrevió con un modelo con interior.



La foto no es clara pero les aseguro que el cockpit está ahí.



Más abajo un Beechcraft Mentor.
No sólo tiene interior sino que tiene una cabina, hecha con celuloide.



Y rueditas, y hélice!





Acá, sus manos sosteniendo un Douglas C47.
Me gustan sus manos, largas y finas, de tacto blando y pulso franco.





Como bonus track, les comparto unos regalos que me hicieron hace un tiempo.
El primero es un cañón antiaéreo como los que había en la colimba que me tocó hace tantos años.
Es un Oerlikon de 20mm, algún día les voy a hablar de él.
Los materiales son increíblemente humildes: está hecho con unos fideos, algo de cartón y un pedazo de alambre.



Para mi cumpleaños se juntaron él y mi nena tres años menor para regalarme algo de papel, cada uno lo suyo.
El Gauchito de destapó con un M113 de los que también supe disfrutar en mi paso por las armas, obviamente en una simpática versión caricaturizada.





La nena se decantó por un 2CV, bastante más complejo de lo que parece.
Baste decir que le giran las ruedas, con ejes, también de papel.



Y recuerden que tiene nueve años.



Hasta aquí llegamos, ya veremos con qué se destapan el año próximo.



That's All Folks!



Gaucho Man
el insaciable