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viernes, 27 de diciembre de 2019

shelby cobra daytona - yat ming 1/43





EL GRAN PEZ

Generalmente, en todas las marcas, los autos de carácter tienen una versión descapotable que garantiza sensaciones más radicales y un precio más abultado.
Quizás la familia Cobra sea la excepción, donde el modelo descapotable es el base y el premium es el que tiene techo.



En ocasión de la muestra AutoClásica vi (y admiré) una réplica de una coupé de estas y me dieron ganas de rescatar mi autito olvidado que venía transcurriendo varios años entre la caja y la vitrina, pero siempre relegado a una segunda línea, ya van a entender por qué.




LA COBRA NO ES UN BICHO

Es un autito de medio pelo que entró a mi colección en 2005.
En cualquier caso, creo que lo más fantástico era el precio, comparable a un Bburago pero con más detalles.





En realidad, el autito tenía dos pegas imperdonables: las llantas con un cromado imposible y la rueda de auxilio plástica que asomaba por la ventana trasera. Esta rueda estaba tallada en el mismo plástico que toda la plancha interior, lo que le garantizaba un absoluto monocromatismo.



Resumiendo: por un lado tenía cuatro ruedas con llantas cromadísimas y una quinta rueda totalmente negra, la llanta también.



Decidido a mejorar esta rueda, desarmé el modelo y pinté de color aluminio toda la plancha interior y las cuatro llantas. Algún día les voy a enseñar a pintar cuatro llantas con aerosol sin sacarlas del autito ni tener que lamentar pintadas indeseables.





Luego del aluminio seguía el color negro.
La rueda de auxilio no fue fácil y la verdad es que no quedó demasiado bien, sobre todo en los bordes inferiores, contra la base.
Luego pinté las cuatro cubiertas de goma (o un material muy similar) con pintura esmalte negro mate, la misma que uso para las Gaucho Ruedas.



Y acá empezaron las cosas raras.
Tras más de un día, la pintura no secaba y mantenía un brillo no esperable en una pintura mate. La rueda de auxilio de plástico ya estaba seca y las cuatro cubiertas de goma brillaban como recién pintadas.
Hasta tuve tiempo de ensuciar con pintura negra diluida las cinco llantas.



Culpando a la pintura o la graduación del thinner, hasta estuve pensando en buscar otro autito en Ebay para recuperar las rueditas.
Es que la pintura, seguía sin secar tras dos días!



En el ínterin, me di cuenta que la luneta trasera es de plástico tonalizado negro, muy poco transparente, lo que disimulaba mi imprecisión al pintar la rueda de auxilio.
Quiere decir que no habría ojo humano capaz de distinguir si la quinta goma (de material plástico) estaba pintada al mismo tono o brillo que las otras cuatro gomas.




GRAND FINALE

Finalmente, a costa de ensuciarme las manos e inhalar mucho vapor de thinner, despinté las pequeñas cubiertas.
Armé el auto en tres minutos y ya quedó listo para la vitrina.





That's All Folks!




Gaucho Man
El atinado







sábado, 14 de diciembre de 2019

baufer cheetah - gaucho models 1/43





... estos espíritus atorrantes odian la muerte y sospechan que lo que se olvida, se muere.
Por eso no es raro encontrar en los atardeceres de la calle Artigas a los muchachos sombríos memorizando versos murgueros, recordando la formación de Boca en 1955 o repitiendo en voz baja la lista de asistencia del colegio secundario.
Están rescatando cosas de la muerte. A su manera, son salvadores.
Alejandro Dolina

RECUERDOS DEL FUTURO

Paso casi todo mi tiempo buscando inspiración para algún modelo nuevo.
En realidad busco inspiración e información, en este asunto van de la mano, la una no sirve sin la otra y viceversa.
Información técnica (medidas y planos) no hay, dado que muchos autos se construían a mano, a ojo, a martillazos.
Hay un puñado de fotos repetidas hasta el hartazgo, la mayoría en blanco y negro, grano grueso, fuera de foco y todas desde el mismo ángulo.
Por ejemplo, para definir el color de este modelo, hice alguna consulta puntual en un grupo especializado y sólo recibí comentarios de la virtud del auto, y más fotos que ya tenía (seguramente recuerdan mi post con la cartilla de colores).



La triste conclusión, y motivo de la cita de mi poeta favorito Alejandro Dolina, es que ya no hay gente que sepa, nadie que tenga data.
Los pocos que saben ya están viejos o muertos, apenas quedamos un puñado de paparulos con un montón de preguntas sin respuesta.
Por otra parte, nos arrasa una horda de nuevaoleros indolentes que no saben ni les interesa conocer nuestro glorioso pasado.
Por una simple cuestión de número, esta multitud mayoritaria refuerza nuestro status de pasado.



Yo me opongo a esta triste resignación y busco revivir mis modestos fenómenos, con recreaciones tan fieles como me lo permiten mi técnica primitiva, mi pulso inseguro y mi vista cansada.
La cantidad de fenómenos a desenterrar es finita pero muy grande.
Haría falta varias vidas para desenterrar tanta pasión, y por el contrario, mi tiempo se acaba, como mucho me quedan 15 años de modelista.
Hoy les comparto otro rescate de un olvido tan oscuro que ni yo sabía de su existencia.


Poco cuesta imaginar cuál será el fin de esta lucha entre olvido y memoria...
... De nada servirá su pasión por la memoria, pues toda memoria es perecedera. y -en definitiva- el tiempo es el mejor aliado de los Amigos del de Olvido.
Pero es obligación de todos nosotros hacer un poco de fuerza por los muchachos de Flores, para que su derrota sea más honrosa.
Recordemos, recordemos todo el tiempo. No olvidemos nada. Ni el color de nuestras corbatas perdidas, ni el olor a tiza y sudor del colegio, ni el calor del asfalto sobre los pies descalzos, ni el gusto a jazmín de los besos en la noche, ni el aroma de la untura blanca.
Si nos espera el olvido, tratemos de no merecerlo.
Alejandro Dolina




EL AUTITO QUE VOLVIÓ DE LA MUERTE

Haciendo un poco de historia, les cuento que para construir este auto, la gente de Baufer tomó un Chevun y le hizo una pasada en limpio.
Lo que en las fotos luce como un modelo magnífico, en realidad era un rejunte de pedazos viejos y otros simplemente improvisados.
El mismo Andrea Vianini se quejaba de que el auto era bastante difícil de manejar.
Según dicen, Vianini aguantaba este auto mientras esperaba otro auto que jamás llegó a manejar.
Todo iba más o menos bien hasta que en un fuori pista, el auto se deslizó de costado hasta impactar con una alcantarilla de campo, que es como decir un pedestal de un monumento ecuestre, todo de concreto.
El auto quedó casi tan destruido como la espina dorsal de Vianini, que se pasó los siguientes cuarenta y seis años sentado en una silla de ruedas (falleció en 2016, a los 74 años).



Sin conocer esta historia, yo quedé enamorado de la línea del auto, un verdadero fenómeno.
Lo único que no me gustaba era el color.
Llegué a hacer una compulsa entre los viejos de un grupo de SP para asegurarme si realmente el auto tenía este color tan poco varonil.
Y una vez confirmado el color poco varonil, salí a buscarlo por las pinturerías y a conformarme con lo que pudiera encontrar.
(hace un par de días, un comedido me comentó que el color poco varonil había sido elegido por la esposa de Vianini, la anécdota no lo justifica pero al menos lo explica)



Si bien hay muchas fotos de este auto, la investigación no fue fácil.
No hay ninguna foto aérea que muestre el capot como para saber qué es lo que tenía ahí arriba.
Mirando fotos, la gráfica también  es confusa y en algunos casos, contradictoria (calcos de la petrolera Esso conviviendo con logos de la petrolera YPF(!?).
Se ve que hubo muchos cambios, incluso de una carrera a otra.



Ante tantas dudas y falta de información (capot, color, gráfica), me lancé a la construcción del modelo decidido a cualquier cosa.
El resultado salió bastante apresurado, por no decir desprolijo, sobre todo en la colocación de los transparentes.



El parabrisas delantero fue difícil y quedó un poco opaco, pero los laterales fueron una calamidad tan explícita que arruinaban cualquier foto.



Quedé tan mortificado que estuve a punto de dejar el proyecto.
Tuve que sacar los transparentes laterales y replantearlo, para lo que también tuve que repintar el techo.



Lo demás es más de lo de siempre: Gaucho Ruedas, espejito interno (no tenía espejo externo), alerones delanteros y traseros.



De todos modos, sobre el final, el autito toma forma y uno olvida los problemas, perdona las desprolijidades y hasta agradece las improvisaciones.
Le metí mucho amor, en detalles que quedarán escondidos para siempre, como ser los cinturones de seguridad con hebilla o el espejito retrovisor interno.



También trabajé mucho la parte trasera, no en lo que hay, sino en lo que se pueda ver.
Por ejemplo los discos de freno internos.
Y aunque no me crean, luego de haber sacado las fotos, le agregué resortes de suspensión al eje trasero, mi primera suspensión.



No creo que Vianini se hubiera alegrado de ver esta reproducción, 
aunque yo me hubiera alegrado de ver a Vianini, 
dicen que corría más rápido que su auto.






That's All Folks!




Gaucho Man
el agradable




viernes, 6 de diciembre de 2019

torino aranzana sp - ambrosio 1/43





UN FENÓMENO LLAMADO ARANZANA

Quizás sin darme cuenta, fui reuniendo los autos que cuentan la historia de Evaristo Aranzana.
Justamente ayer conseguí este Torino, que constituye la primera parte de de la historia, por lo que aprovecho para resumir los tres pasajes:



Debutó en 1969, a los 43 años con este Torino 380W . 
Luego de un breve paso por la categoría TC, decide probar suerte en Sport Prototipo, con el mismo Torino.
Entiéndase: se largó a correr con un Torino casi de calle contra los Sport Prototipo, lo más sofisticado de nuestro automovilismo (!?!?).

 

La foto de arriba muestra el Torino en la parrilla de largada, al lado de un Formisano; la foto de abajo se ve peleando de igual a igual con una Liebre.
Evidentemente el hombre estaba decidido a todo y no le hacía asco a nada!

 

Fue una sola carrera con el Torino peleando con los SP.
Quizás por el oportuno abandono de los punteros, quizás por mérito propio, Aranzana salió tercero con el Torino, contra cualquier pronóstico lógico.



De todos modos, Aranzana entendió que el Torino no era el auto adecuado para correr contra los SP y pasó a una Liebre III que ya conocieron en este blog.
Ya en 1970 corrió con más regularidad y luego con el Formisano que compró al corredor Pairetti, que también vieron en este blog.
Finalmente terminó corriendo con un Vounta, que quizás algún día vean en el blog.

 

En su vida particular, Aranzana trabajaba junto a su familia en una fábrica de snacks de copetín (papas fritas y similares), todo con la marca Aranzana, la misma que engalanaba todos sus autos de color amarillo.

  

Chelco nos refiere una anécdota de Aranzana, que habla de su calidad humana.
Cuando estrenaba la Liebre, un infortunado trompo hizo que el auto embistiera a un banderillero. Aranzana paró su auto, esperó que el banderillero fuera socorrido y recién allí siguió en carrera. El resultado fueron una fractura en una pierna y lesiones menores. Durante el período de convalecencia Aranzana asistió materialmente a su familia y se aseguró que les faltara nada.
fuente: http://sportprototipoargentino.blogspot.com/2017/10/evaristo-aranzana-torino-tornado-1969.html



ANATOMÍA DE UN AUTITO 



Ambrosio tiene la matriz para hacer Torinos, el sueño de la fábrica de Torinos para uso personal. 
Obviamente, tener semejante herramienta le garantiza la producción de Torinos Nurburgring, de Liebres I 1/2, Torinos Civiles y todo tipo de otros Torinos de TC, incluyendo Torinos de Aranzana.
Partiendo de carrocerías "standard", Ambrosio hace las modificaciones necesarias para definir la personalidad de cada modelo.

Por ejemplo, este Aranzana tiene una trompa especial, con dos tachos blancos que cubren los faroles y un paragolpes de caño, además de una parrilla específica, sin las luces usuales adicionales (miren las fotos de más arriba para entender mejor).

 

El capot es el típico de los Torino TC, con dos salidas de aire y un bulto a la altura del carburador.
En este modelo se complementa con una cinta de cuero para asegurar el capot cerrado, con una hebilla de metal fotograbado que casi no sale en la foto.

Los escapes laterales también son propios de este modelo, igual que las tomas de aire traseras, quizás para refrigeración de los frenos.



En los laterales también se destacan los picaportes, una joya de la metalurgia en escala reducida.

 

Sobre el baúl asoma la boca de carga rápida de combustible. También hay un alerón trasero.



El interior tiene una jaula antivuelco específica en X, que no es la típica jaula torina que uno espera encontrar en un Torino propiamente dicho (usualmente se usa otra jaula en V, pero ésta rompió el molde). Ambrosio se tomó el trabajo extra de hacer esta X tan poco usual para dar con la personalidad exacta de esta versión.



Por dentro se ve un asiento, con el tanque de aceite y un matafuego.



El reducido tablero, limitado a un caño estructural, con el volante amarrado y un cuentavueltas es otro secreto que no sale en las fotos.



Algunas fotos (las mejores) fueron tomadas del FB de Gustavo Ambrosio, se ve que su cámara es mucho mejor que la mía. 




That's All Folks!




Gaucho Man
el acólito





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Próximamente en Gaucho Models

EL AUTITO QUE VOLVIÓ DE LA MUERTE



...un desgarrador testimonio... Clarín
...impresionante relato... final inesperado... La Prensa
...el autito del año... Perfil

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