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jueves, 27 de febrero de 2020

otra tarde en el museo fangio





BIENVENIDOS A BALCARCE

Balcarce es una ciudad tradicional que tuvo la suerte de ser cuna del Quíntuple. Esta circunstancia le garantizó una modesta fama y un flujo turístico constante. Todo esto marcó una diferencia con otras ciudades del interior que sólo cuentan con la industria del agro y sus derivados.
El resultado es una ciudad pujante que se adhiere al fenómeno Fangio en detalles tan sutiles y magistrales como este Monumento a la Polea, piedra fundamental de toda acción mecánica.




BIENVENIDOS AL MUSEO

La otra joya de Balcarce es el Museo Fangio, al que hice una nueva visita tras ocho años de ausencia ininterrumpida.
Uno se puede preguntar qué placer encuentro en visitar el mismo museo cada vez que estoy cerca de la ciudad.
La respuesta es fácil: siempre tienen algo nuevo, siempre me sorprenden con alguna incorporación, y este año no fue la excepción.



Una de las sorpresas de este año es esta réplica del Trueno Naranja.
No le dedico mucho texto porque ya hablamos del misterio que rodea este auto y sus circunstancias.




BIENVENIDOS AL OTRO MUSEO

La otra sorpresa de este año es una sucursal del museo a una cuadra y media.
Se trata de un edificio de tres o cuatro niveles. La planta baja está ocupada con una confitería grande, moderna y no demasiado cara.
Luego hay tres o cuatro niveles llenos de autos y otras piezas.





Hay que decirlo de una vez: El museo tiene muchos autos, pero algunos son de elite y otros son más bien "del montón".
La primera categoría se nutre de los modelos históricos, propios de Fangio o de su trayectoria.
Estos están en primerísimo lugar, la mayoría con buena iluminación y buen espacio para tomar buenas fotos.





Pero el espacio es tirano. Hay mucho auto y poco lugar.
Una foto panorámica exige distancia y luz para tomar la integridad del modelo.
Hay piezas que están al lado de la ventana, con lo que los rayos del exterior crean un desagradable efecto claroscuro, arruinando cualquier intento de foto.

Otras piezas tienen buena luz pero siempre hay una columna o un curioso merodeador de turno que arruina la foto.





El nuevo espacio mitigó esta carencia de espacio, pero el problema sigue siendo más grande que la solución.
Mucho auto amontonado, poca luz y poco lugar, todos factores que conspiran contra cualquier lance fotográfico.
Acá abajo muestro fotos de una Liebre III que ya conocieron en este blog, pero esta es la foto del modelo real en el nuevo espacio sobre la confitería.



La foto es elocuente: el espacio parece más una playa de estacionamiento que un museo.



Esto es bueno porque permite el contacto más cercano con los autos, 
pero hay modelos confinados a un rincón de tal manera que es imposible sacarles una foto de atrás.

Este auto es conocido como Cigliutti y tiene una interesante historia, quizás algún día me inspire y escriba algún post.
Fue imposible sacar una foto de atrás.



Volviendo al museo original, también hay otros modelos que, más allá de la espectacularidad intrínseca de cualquier auto deportivo, uno se pregunta qué relación tienen con el múltiple Chueco. 
Imagino que la respuesta viene por el lado de marcas anunciantes que auspician su producto y colaboran para que el museo pueda seguir adelante, por ejemplo esa marca alemana que tiene una estrella de tres puntas.



Y los del montón. Autos donados, autos de corredores simpatizantes, de marcas anunciantes. Todo bicho que camina va a parar al museo.
Eso es bueno, gloria al Quíntuple Chueco y su tradición.



De todos modos debo decir, que aunque haya autos de relleno, autos desconocidos o autos ya conocidos, aunque haya poca luz, aunque haya poco espacio, aunque llueva o truene,
seguiremos visitando el museo cada vez que podamos!




That's All Folks!




Gaucho Man
el ínclito




miércoles, 19 de febrero de 2020

andino gt - inolvidables salvat 1/43






EL SUBPRODUCTO

Hoy les presento otro subproducto de los años felices del SP.
Después del tsunami de las carreras, la primera ola fue de fabricantes de autos de competición, pero la segunda ola fue de autos civiles basados en los autos de competición, o al menos conteniendo las experiencias recogidas en tanta carrera.
Parece ser que también se especulaba con una futura categoría de Gran Turismo Argentino, aunque por lo visto, nunca prosperó.



Luis Varela era un joven entusiasmado con la movida, que aplicando sentido común dedujo que un sport nacional debía tener componentes de auto nacional, y así diseñó el Andino, que aparte de su grácil carrocería, tenía mayoría de piezas de Renault Dauphine.
Con el diseño y una maqueta bajo el brazo se paseó por Renault buscando apoyo oficial para el proyecto y finalmente terminó fabricando los autos con un agenciero de 9 de Julio.
El primer prototipo fue presentado en 1967.



El fenómeno fue desarrollado en torno a un chasis de viga central, como el Lotus Elan y otros deportivos. El motor también era oriundo de Renault Dauphine, un pequeño ingenio de 850 cc y mucho potencial, en sentido figurado y literal.



Se construyeron unas diez unidades de chapa y luego mudaron la construcción a otro espacio, cambiando el aluminio por fibra de vidrio. Esta nueva versión tenía motor de Renault 12 de 1400 cc y algunos cambios como ser los faroles con tulipa transparente o luces traseras más grandes.
En total se habla de unas 110 unidades vendidas, aunque muchas de ellas se vendieron como kits para armar.


EL SUBPRODUCTITO

El modelo de Salvat es una pequeña delicia que entra por los ojos, y más de un despistado pensará que es un Alfa o alguna otra belleza italiana.



Lamentablemente todas las fotos de internet muestran al auto real en ángulos delanteros y se hace difícil verificar la armonía del trabajo del chino de Salvat.
El modelo corresponde a la primera serie que tenía luces traseras de Torino. Hubo algunos con paragolpes delantero integrado al filo de la trompa, pero se ve que no es el caso.



El modelo empieza por delante y lo primero que se ven son las luces, sin la tulipa transparente que se instaló en la segunda versión.
Al costado se ve una diminuta luz de giro denotada con pintura.
He visto fotos de otros ejemplares con una luz de giro sobre la chapa de aluminio que contiene el farol, pero quizás fueran casos aislados.

El problema de replicar estos modelos fuera de serie y viejos, es que no hay demasiadas unidades disponibles. El editor toma como inspiración el primero que encuentra pero es imposible saber qué tan representativo es de la producción.



Más atrás empieza el parabrisas, coronado por un limpiaparabrisas único.
Una de las características más novedosas del Andino era su único limpiaparabrisas con brazo pantográfico, es decir con la escobilla sostenida por dos palitos articulados, de modo que la barrida era paralela en todo el recorrido. El chino de Salvat hizo un esfuerzo por replicar el paralelogramo, pero lo único que logró fue un brazo único de grosor exagerado.

Más atrás se ven dos espejos muy "racing" y una pequeña antenita.
Francamente no creo que ningún Andino en su tiempo haya tenido semejante antenita en el techo.



Las ventanas se ven muy bien.



El modelo de Salvat ostenta una luneta trasera transparente que deja ver una esquemática reproducción del motor monocromático (ya veré si puedo detallarlo un poco).



Por lo que pude ver, sólo las primeras unidades tuvieron esta solución tan transparente porque tenía una alarmante tendencia a desprenderse en curvas veloces.
Finalmente sacaron la luneta y la remplazaron con un capot de chapa.



Es decir que este modelo corresponde a las primeras unidades, quizás a un prototipo.

Para peor, la luneta tiene una importante luz en los costados, quizás fuera una salida de aire para evitar que la pieza transparente salga volando en la primera curva veloz.
De todos modos quédense tranquilos que en la mano ni se nota.

Mas atrás se ven dos grupos de ventilas, muy bien señaladas con oportunas tampografías.
El efecto se repite en el zócalo de la cola.




Completa el cuadro dos auténticas luces traseras de Torino y una patente que haría feliz al mismísimo Cabo Reyes.
Ah! y un escape negro, con agujerito pero sin pintura.


Las ruedas son una belleza que copian el estilo de las ruedas originales,
aunque creo que debieron ser un pelín más chicas.




Ya veo venir las huestes de neo-coleccinistas, quejándose por este modelo.
Podrán decir que es un modelo poco representativo, que no fue masivo o simplemente que "yo nunca lo vi en la calle".
A mi me simpatiza, me encanta y lo aplaudo de pie.







That's All Folks!




Gaucho Man
el inherente








jueves, 13 de febrero de 2020

los autitos del museo fangio





EL RETORNO A DISNEYLANDIA

Ocho años después volví al Museo Fangio, aprovechando una oportuna semana de vacaciones.
Esta vez, contaba con una cámara fotográfica más linda (tuve que cambiar mi viejo celular Blackberry), con lo cual, las fotos salieron mejor. Esto significa que los voy a atosigar con fotos.



Para mantener un orden, éste primer fascículo va dedicado a los otros autos: los chiquitos. Los grandes quedarán para la próximo fascículo.




LA ENTRADA A DISNEYLANDIA

En la entrada al museo hay un bazar que vende souvenirs del Chueco inmortal.
Llaveros, remeras, lápices, lapiceras, bombillas para mate, libros, cuadros y otros efectos más finos como bolsos de equipaje de cuero fino.
El ambiente es cálido y acogedor, uno logra sentirse parte de esa atmósfera y francamente dan ganas de comprarse todo, desde el felpudo hasta las ventanas de las paredes.



Vi mucho autito de colección en venta, en primer lugar del coleccionable Fangio que está en venta en estos días. No estoy muy al tanto de los precios en kioskos, pero me pareció que no estaban caros, simplemente precio de coleccionable.
Ojo: no pongo foto de los autitos en venta!



En el fondo, había muchos Welly, para comprarle al pibe y que no joda.




DISNEYLANDIA POR DENTRO

Además de los autos, gran parte del material del museo consta de efectos personales de Fangio, que van desde un casco gastado hasta su destornillador favorito.



Entre estos efectos personales, hay cientos de copas, premios, placas recordatorias, nombramientos, ofrendas, pergaminos, dedicatorias, imágenes, publicaciones y fotografías.
Muchos de estos homenajes tienen forma de autos.



Hay autitos que se nota que son de fabricante que ni me molesté en fotografiar (mucho Onix, por ejemplo).

Hay trabajos que se nota que están hechos por profesionales como este monstruo hiper detallado y realista, que medía unos 70cm.





O este otro, en escala más chica, quizás cercana a 1/18.
Obviamente el auto representa una piña que se dio Fangio, creo que en ella falleció su acompañante.




Otras piezas vienen con el sello del fabricante alemán.



Estos bichos tienen como 80 cm de largo cada uno.



También hay reliquias como un Huayra de unos 70cm quizás usado para hacer pruebas aerodinámicas.





Hay otras piezas en metales nobles que dejan adivinar la mano de un orfebre.



Estos bichos estaban más o menos en escala 1/18.



Muchos de estos modelos tienen historia documentada, hay fotos del momento de la entrega a Fangio o la donación al museo.





La parte más sabrosa son los modelos hechos por joyeros, escultores u otros entusiastas, que ofrendaron su pasión en forma de autito.





Muchos de estos no tenían idea de cómo era un auto de verdad o cómo replicarlo en tamaño chico.
Y sin embargo se daban maña, experimentando y aprendiendo.

Por ejemplo, noten las volutas de tierra en el modelo de abajo.



Muchos otros simplemente le daban forma a su pasión por el ídolo de Balcarce.
Entusiasmo, cariño, cartón, madera, yeso, lata, y vaya a saber qué otros materiales.



Algunos son verdaderas obras de arte, piezas únicas.
Por ejemplo, este de abajo, en escala cercana a 1/24 , tallado en madera!



Juan Manuel Bordeu fue un corredor apadrinado por Fangio, y también tuvo su lugar en el fanatismo popular.
Su auto más conocido y reconocido fue "La colorada", que también tenía varias reproducciones, de distinto carácter, pero siempre con la misma pasión.










EL TORINO DE DISNEYLANDIA

Como saben, el Torino es mi gran favorito.
También es número puesto en el museo, sabrán que Fangio tuvo una estrecha relación con el fenómeno de Nurburgring.
En efecto, cuando la flamante IKA estaba perfilando el futuro Rambler, fue Fangio quien sugirió a Pininfarina y también hizo los arreglos para que el contacto fuera una realidad, viajando personalmente a Italia junto al Director de IKA (James Mc Cloud, si la memoria no me falla).



Luego, cuando el Torino ya era una realidad, fue Fangio el que propuso ir a competir a Nurburgring, seleccionó los corredores y armó los equipos, viajando a Europa personalmente para los entrenamientos y para la carrera.

Estos son Torinos de plástico soplado, contemporáneos al Torino verdadero, decorados por manos apasionadas.
Notar las ruedas especiales, no son de plástico.



Modelos del tiempo que no había tiempo, ni mucho menos Torinos de diecast.



Esta es una escultura que mide como dos metros de largo, me la hubiera llevado a mi casa, de tener espacio para exponerla.
En mi modesta opinión y con todo mi fanatismo, lo mejor que vi.



Para cerrar, un afiche conmemorativo de las 84 Horas de Nurburgring.






That's All Folks!




Gaucho Man
el diletante




Si quieren revisar la visita anterior al Museo Fangio, hagan click aquí.