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lunes, 26 de abril de 2021

berta lr 1000 km bs as 1970 - ambrosio 1/43

 




GRAN AUTO

Cuenta la leyenda que en un viaje por Europa, entre los señores Patricio Peralta Ramos (director del periódico local La Razón) y Juan Manuel Fangio, convencieron a Oreste Berta para fabricar un SP. Uno pondría el apoyo monetario y el otro toda su agenda de contactos, amistades y experiencia dentro del mundo motor.

Así las cosas, en un gesto de gratitud para el inesperado -y bienvenido- mecenas, Berta bautizó a este sport prototipo, y todos los que le sucedieron, con las letras “LR” por “La Razón”.



Berta había observado que los SP europeos eran muy pesados. Alfa Romeo, Ferrari y Matra-Simca eran máquinas muy potentes, pero también eran muy pesadas -imagino que los motores V penalizaban el peso total de los autos-. Por el contrario, los F1 eran mucho más livianos y los motores eran los mismos o similares.
En tal sentido, Berta pensó en hacer un SP planteándolo como si fuera un F1, entre otras sutilezas, el motor de trabajando como elemento estructural.
Así las cosas, se hizo de un motor Cosworth, una caja Hewland, mazas Lola y otras delicias, y pusieron manos a la obra.




CARRERAS SON CARRERAS - 1

La cita era para los 1000 Kilómetros de Buenos Aires 1970, y luego de tres meses y un par de accidentes en las pruebas, por inexperiencia o por mala suerte, el prototipo estuvo listo para correr, justo para el día que se iniciaban las prácticas en circuito.



Sin piloto ni combustible, el Berta pesaba 678 kg con 406 HP del Cosworth, mientras que los Porsche pesaban entre 650 y 660 kg pero sólo declaraban 350 HP. Alfa Romeo y Matra tenían potencia similar al Berta, pero pesaban más de 800 kg.
Estos guarismos muestran que el olfato de Berta había estado bien orientado, y al menos en el papel, el planteo tenía una validez indiscutible.
Estas diferencias también fueron un toque de atención para los equipos de afuera, que luego de esta carrera se dieron a la tarea de adelgazar sus prototipos.



La anécdota es que el reglamento exigía que el auto tuviera luces y el prototipo no tenía ni una lamparita, por lo que debieron serruchar el borde de la trompa e insertar sendos faroles de Renault 12.
Este detalle tan argentino fue el que me movió a elegir este modelo.
Por favor vean las fotos del modelo a escala y comparen con esta instantánea del natural.
Esta disposición de faros fue modificada para el año siguiente, en que el mismo auto fue a correr a Nurburgring, pueden ver el modelo acá.



Para la carrera, clasificaron en 3er lugar, luego del Porsche 917 de 5 litros de cilindrada de Piper/Redman y el Alfa Romeo 33/3 de De Adamich/Courage, dejando atrás muchos muy reconocidos (Porsche, Matra-Simca, Alfa, Lola, Ford GT40).



Por la vuelta 28, el Berta estaba segundo tras el Porsche 917, pero debió parar por un problema de vibraciones que ponía en peligro la integridad estructural del prototipo. Ante la duda, y con la idea de evitar accidentes, decidieron abandonar la carrera.


CARRERAS SON CARRERAS - 2

La semana siguiente se corrían las 200 Millas de Buenos Aires, en el mismo circuito, en dos mangas.

En la primera manga, con DiPalma al volante, el auto rompió la tercera marcha, debiendo correr pasando cambios de segunda a cuarta, lo que le hacía perder mucha potencia en cada cambio. No obstante este problema, el Berta salió tercero.



Para la segunda manga, arreglaron la caja de cambios, pero ya en carrera, Marincovich tuvo problemas con una bujía, seguramente empastada por la marcha tan irregular que sufrido en la primera manga. Paró a cambiar la bujía y salió a recuperar tiempo, pero terminó la carrera con un inmerecido fuori pista.


GRAN FINAL

Quizás los resultados no fueron muy auspiciosos, pero considerando que era la primera carrera de un modelo nuevo, de un constructor nuevo, sin experiencia en competencias internacionales, sin experiencia en manejo y puesta a punto de motores Cosworth, inyecciones Lucas y otros componentes también desconocidos, haciendo frente a equipos y mecánicas experimentadas, de rancio abolengo europeo, todos coincidieron en que era un magnífico primer paso para Berta, su máquina y su equipo.



De hecho, las críticas y comentarios de corredores, preparadores y periodistas especializados se manifestaron muy favorablemente sorprendidas por la capacidad y la calidad demostrada.


GRAN AUTITO

Hay que decir que Ambrosio se supera día a día.
El modelo tiene pocas calcas, lo que deja al descubierto mucha superficie pintada de color blanco, una pesadilla para cualquier modelista por la prolijidad que exige tanta superficie en una tonalidad tan clara.

Debo decir que me excedí con el macro, sólo para ver detalles inalcanzables para mis ojos y en todas las vistas resulté emocionado.



Las ruedas con la palomilla central, al mejor estilo Ford GT40.
El lateral también muestra una piecita para trabar el capot trasero, hecho en fotograbado



El modelo destaca detalles como los spoilers traseros y delanteros en metal fotograbados, otra pesadilla a la hora de pegarlos y que queden en el lugar y posición deseados, sin dejar pegotes colaterales.



Hablando de metales, el motor V8 con su radiador de aceite más atrás también es un regalo para los ojos.
Recuerden que es 1/43 y artesanal.



El cockpit se completa con los asientos, matafuego, volante y la barra anti vuelco, aunque mi detalle favorito es el espejo retrovisor con dos patitas.



Como era de esperarse, el motor también asoma por atrás y abajo, los invito a ampliar la foto para apreciar la complejidad del conjunto.
Luces, tanque de aceite, parantes, semiejes, brazos de suspensión, resortes, forman un conjunto fascinante.





Si quieren ver otros Berta, les dejo un modesto listado de links:

Berta LR V8 Nurburgring blanco
Berta LR motor delantero blanco
Berta LR Tornado rojo y amarillo
Berta LR Tornado amarillo y verde (made by Gaucho Boy)




That’s All Folks!




Gaucho Man

el hediondo



Fuentes:
Libro Motores, Autos y Sueños de Oreste Berta
Revista Ruedas Clásicas, Edición Especial 3 de 2013






martes, 6 de abril de 2021

vidas ejemplares: george waltman






EL SEÑOR WALTMAN (1925–2013)

Siendo poco más que un adolescente, George Waltman se recibió de piloto aeronáutico en Jamaica, luego se enlistó en el Ejército del Aire y terminó volando bombarderos en la II GM en la 73er Ala de Bombarderos. Imagino largas jornadas sentado en la carlinga del bombardero, sobre las aguas del Pacífico, quizás fueran la antesala de su destino de largo aliento.

Luego de la guerra, estuvo un tiempo trabajando para British Air pero en cuanto pudo, ingresó en la industria automotriz. Trabajó como ingeniero de servicio para Jaguar-British Leyland, e incursionó en el mundo de las carreras en Bahamas, Sebring, Daytona, Bridgehamton, Lime Rock and Watkins Glen.
Además del B29 manejó MG TC, MGA, Triumph TR3 y TR4 y Morgan Plus Four.



Empezó a correr en 1954 en clases promocionales y en 1960 hizo su primera participación en las 12 Horas de Sebring. En 1961 empezó con la costumbre de correr totalmente solo, sin copiloto.
En esos años no había regla que prohibiera equipos unipersonales, quizás porque al redactar los reglamentos, nadie pensó que pudiera haber algún inconsciente capaz de correr en "modo solitario".
Atentos al ímpetu de Waltman, lo dejaron correr con la condición de que debía tomar una hora de descanso por cada cuatro horas de carrera. 



Hagamos cuentas: de cada cinco horas, podía correr sólo cuatro. De las 12 horas, corría sólo diez horas. Con tanto hándicap de tiempo, los primeros lugares quedaban definitivamente fuera de su alcance. Aunque hubiera tenido una mecánica de primera línea, le hubiera sido imposible igualar el kilometraje de los ganadores.



Durante su campaña, corrió 54 carreras y logró una cola victoria (1965 SCCA Regional) y fue ganador de su clase cuatro veces.
Mirando su historial de carreras, se ve que era un corredor de largo aliento. Calificaba en los puestos del fondo debido a sus humildes mecánicas, pero ya en carrera, a fuerza de aguante y aprovechando los abandonos de otros participantes, recuperaba espacio hasta promediar los lugares del medio del pelotón.

Sus primeras participaciones en Sebring pasaron desapercibidas, Waltman ya había corrido en modo solitario con Triumph TR4 las 12 Horas de Sebring de 1962 y 1963. Tenía 37 años.


EL MANEJANTE SOLITARIO

Si correr 12 horas (o 10, ya no importa demasiado) sólo revestía carácter de proeza, hay que decir que Waltman también manejaba su auto de ida y vuelta a su casa en New York (unas 1200 millas adicionales de ida y otro tanto de regreso). Con este último agregado, la proeza se transformaba en hazaña.

Estos lances en Sebring hubieran pasado desapercibidos de no ser por el Director de Publicidad del evento, Fred Kingsbury, le hizo notar la hazaña a los periodistas, con un comentario del tenor de "Acá tenemos un hombre aguantador".

En 1968, con 42 años, corrió las 24 horas de Rolex Daytona solo, sin copiloto ni mecánicos asistentes.



Cuenta la leyenda que Waltman corrió con un Morgan comprado al sector de coches incautados de la policía de New York, apenas modificado para la carrera con una toma de aire inferior para canalizar aire al motor y equipado con radiales Michelin X.

Al no tener mecánicos ni asistentes, Waltman debía cargar combustible, cambiar ruedas y efectuar cualquier reparación en primera persona, con sus propias manos. Seguramente contaba con la colaboración de concesionarios que cambiaban su ayuda por un lugar para publicidad en su auto. También se dice que algunos mecánicos de otras escuderías también lo ayudaron en cuanto podían.



Durante los descansos obligatorios, que incluían "pausas sanitarias" y comidas, dejaba su auto en el playón de boxes, colocando en el asiento un cartel “Out To Lunch” que podríamos traducir como "me fui a comer".



Sobre el final de la carrera tuvo un problema serio cuando una paleta rota del ventilador del Morgan pinchó el radiador. Waltman juntó toda su existencia
 de chicle (una unidad en la boca más 10 unidades envasadas) junto con la recolectada de otros individuos de los boxes, suficiente para emparchar el radiador herido en menos de media hora. La reparación le alcanzó para correr 15 minutos y darse el gusto de recibir el banderazo final de la carrera.




El Morgan llegó en posición 30, a 335 vueltas del Porsche 907 ganador.
Apenas cinco vueltas atrás del equipo del actor James Garner, American International Racing, que tenía tres o cuatro Corvettes con corredores de primera línea.
Las fotos muestran la diferencia entre el exiguo empaque del Morgan contra las aguerridas siluetas de los autos rivales.




UN DIA EN LA VIDA DE GEORGE WALTMAN

Waltman tiene el récord de haber sido el único en la historia que corrió esa carrera de 24 horas en solitario. Pero no sólo manejó las 24 horas sin relevos, sino que después de la carrera, fue a pasear a Miami y luego regresó a su casa en Nueva York, todo en el mismo auto y con el mismo juego de gomas. Las crónicas no lo mencionan específicamente, pero imagino que antes de salir para New York, se habrá dormido, al menos, una siestita.



Indudablemente, Waltman corría por diversión y no para ganar plata. Tenía bien claro que su Morgan no era rival para los autos de primera línea que corrían los equipos de elite, su triunfo personal era llegar a la bandera a cuadros pese al handicap de potencia.

Fue como la fábula de la tortuga y la libre, con una gran recepción en la línea de llegada, todos amontonados para festejar y salir en la foto con Waltman.



Llegué a Waltman de casualidad, a raíz de esta foto.
Por favor deténganse en la sonrisa feliz que asoma por la ventana del auto.
La cabecita sonriente pese al mal tiempo, o quizás por el mal tiempo.
La foto es de Sebring 1965, una carrera inundada por varias pulgadas de lluvia que cayeron en muy poco tiempo, mojando, inundando e imposibilitando a los Cobra, GT40, Chaparral y Ferrari, que con tanta agua no podían ir a más de 50 km/h sin entrar en aquaplaning sobre sus anchas ruedas. Muchos autos andando despacio y otros varios destruidos en húmedos choques (un ISO Grifo partido al medio, algún Cobra muy arrugado). Obviamente nadie había previsto la necesidad de cubiertas para lluvia.
Por el contrario, los autitos como éste de Waltman, con rueditas de juguete, cortaban el agua de la pista sin peligro de perder tracción ni tenida.
Las hazañas de Waltman le valieron cierta fama dentro del ambiente. Bill France Sr., fundador de NASCAR lo llevó a pasear por la pista de Speedway en el pace car. El New York Times lo nombró El "Ironman of Racing".


REQUIEM


“El desafío de la carrera de resistencia no debe ser sólo son para el auto, sino también para el piloto". George Waltman




Falleció a los 87 años.

Actualmente su familia está buscando el Morgan corrido en 1968. Es una búsqueda ciega porque el auto fue comprado sin papeles y no hay modo de rastrearlo.
Si alguno ve un Morgan blanco con una toma de aire fuera de lo común, por favor no deje de avisar!



That's All Folks!




Gaucho Man
el centrípeto




FUENTES:
https://www.facebook.com/groups/213722699042349/permalink/1223367591411183
https://www.sportscardigest.com/remembering-george-waltman-1925-2013/
https://www.news-journalonline.com/sports/20180123/waltmans-incredible-racing-feat-50-years-ago-in-rolex-24
http://www.floridastockcars.com/gallery3/v/Daytona/Color+photo+of+George+Waltman+on+his+solo+driving+run+in+a+Morgan+Plus+4+in+the+1968+24+Hour+race___.jpg.html
http://justacarguy.blogspot.com/2018/11/when-people-talk-about-greatest.html
https://www.autoweek.com/racing/more-racing/a1916516/rolex-24-racing-iron-man-geroge-waltman-dies/
https://www.racingsportscars.com/driver/photo/George-Waltman-USA.html