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domingo, 28 de agosto de 2022

citroen 2cv

 



dedicado al amigo Arrighi, que aprecia esa forma de vivir llamada Citroën
dedicado al amigo José Luis, que aprecia las fotos viejas


EL CITROËN DE MI VIEJO

A los de mi generación nos tocó tener el pasado en blanco y negro, con imágenes que se ven oscuras aunque fueran tomadas a pleno sol, que se ven viejas aunque los fotografiados estuvieran en la flor de su vida.



Tuve acceso a un álbum de fotos de mis padres, del cual rescaté fotos del primer auto de mi padre y la 
oportunidad de hacer un modesto ejercicio de arqueología familiar y costumbrismo sesentista.
El auto en cuestión, era un Citroën 2CV. Las fotos son de 1964 , pero no sabría decir si el auto era nuevo en ese año o usado.

Tampoco recuerdo el color, pero imagino que sería gris.
Y hasta se me ocurre una humilde falacia: dado un objeto gris, da lo mismo la foto en blanco y negro que la foto en color. En las dos opciones, el objeto va quedar de color gris.
Gris como los recuerdos.

Podría preguntarle a mi viejo de qué color era el auto, pero habida cuenta de su daltonismo intrínseco, creo que su respuesta no ayudaría demasiado, no olviden la historia del Falcon.



Sí, el bebé de las fotos es quien les escribe, pero 59 años antes.


VOY POR LA VEREDA TROPICAL

Un amigo de mi padre era fotógrafo, lo cual ha resultado en fotos de excelente calidad, casi comparables a las fotos actuales, excepto el blanco y negro obligatorio en esos años.
El hombre estaba atrás de todas las fotos.
Las fotos quedaron perfectas en términos de velocidad, exposición, foco, iluminación, diafragma y todo eso, pero el hombre pagó el precio de la fotografía perfecta con su ausencia eterna: Por estar detrás de la foto, no salió en ninguna toma, su cara quedó para el olvido, el olvido en blanco y negro.



Calculo que las fotos corresponden a dos salidas separadas, quizás fuera el Río de Quilmes y/o Punta Lara.
En cada caso fueron tres o cuatro parejas saliendo a pasear por la cintura cósmica del sur, cada una con su respectivo auto y sus respectivas crías.
El mencionado Citroën gris y un Fiat 1100, un volumen automotor claramente insuficiente para tanta gente, no quiero imaginar cómo venían esos autos.
Por suerte, en menos de tres horas llegaban a destino y empezaba el picnic.



Noten la gente sentada en la butacas autónomas del Citroën.
Era como estar en el living de casa, ni siquiera se echa de menos la mesita ratona.
Glamour!



Este que parece Sean Connery, apoyado contra el auto, es mi viejo, quizás recuerden su hazaña sobre el Falcon que tuvo después.

A mi me encuentran en la extrema derecha, ya había pasado un año o un poco más y no necesitaba estar en brazos.
Y esa señora que parece Gatúbela es mi vieja.



Glamour sudaca en los sesenta, la vereda tropical en pleno.



No existían las selfies ni las redes sociales, pero nadie las echaba de menos.



Ahora que se acaba el texto, propongo un modesto ejercicio: piensen, hagan memoria, cuándo fue la última vez que salieron así, de día de campo o playa, en familia y con una o dos familias amigas.
El problema es que somos demasiado modernos.




That's All Folks!




Gaucho Man
el tácito







sábado, 20 de agosto de 2022

jaguar s-type - maisto 1/43

 



LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE JAGUAR

El Jaguar S-Type es un turismo de lujo del segmento E producido por el fabricante inglés Jaguar entre 1999 y 2008, y compitió mano a mano con los europeos Alfa Romeo 166, Audi A6, BMW Serie 5, Mercedes-Benz Clase E, Saab 9-5, Opel Omega y Volvo S80, y los japoneses Acura TL, Infiniti M y Lexus GS.



La Wikipedia lo califica como vehículo mediano, aunque comprobé que mide 4.86 metros de largo.



El nombre es un guiño al Jaguar S-Type de 1696 y la línea se ve inspirada en el Jaguar Mark 2 de la misma época. Más allá de estos comentarios estilísticos, el diseño está basado en la Jaguar DEW que comparte con el Lincoln LS y el Ford Thunderbird, es decir neto ADN Ford. Uno de los primeros motores era un V6 de 2500cc, precisamente de origen Ford.



Por tal motivo, se puede definir como un modelo de transición, hasta que fue reemplazado por el Jaguar XF a principios de 2008.


LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE MAISTO  

Lo primero que uno nota al ingresar en la web de Maisto es el link para observar y admirar detenidamente su catálogo.



Lo segundo que uno nota es que el catálogo tiene un completo y prolijo índice que muestra secciones por escalas y por tipo de producto pero no incluye escala 1/43.



Es una lástima porque el bien hacer de Maisto en escalas mayores, sumado a la prolijidad de las últimas realizaciones, da para imaginar una auspiciosa producción de modelos en escala 1/43.

Como muestra de lo que Maisto puede hacer, les comparto un modelo que entró a mi colección en algún momento de del año 2000.



Pese a los años, se nota el esmero en presentar un producto especial, al menos para lo que se veía en esos tiempos.
Miren el embalaje, con una caja de cartón con doble ventana, bases decoradas con simil madera. No sale en las fotos, pero doy fe que la cúpula plástica también era de calidad premium.



Piensen y en los embalajes de Solido o de Corgi.
Los de Vitesse eran más espectaculares, pero el producto costaba el doble.



Al modelo ya lo vienen mirando en las fotos de arriba.
Buenos cromados, aunque no abundantes.
Faroles con pincho que denotan la edad de la reproducción. Se echa de menos una pincelada de cromo que resalte las luces delanteras, sobre todo los buscahuellas (habían visto que había luces ahí abajo?).



Notorios los bordes negros de los transparentes, en algunos sectores pintados sobre el metal y otras veces sobre el plástico transparente.
También se ven los catadióptricos naranja, tres de cada lado y muy pequeños, hechos con tampografía. 



Las ruedas están bien en medida pero con el dibujo exagerado.
Las luces denotan esmero por inyectar una pieza en tres colores incluyendo luces de giro y retroceso, pero les falló la tecnología. Hoy en día es normal el plástico inyectado en varios colores, pero hace 22 años era más difícil de lograr.



Sobresalen los escapes, lo que me lleva a mostrar los bajos, sé que a Antonio le van gustar!



Finalmente, les hablo del interior, lamentablemente no pude tomar ninguna buena foto, pese a la buena iluminación que tiene el modelo, gracias a la ventana cenital, por lo que armé una modesta composición, que permite apreciar, al menos, el esfuerzo de Maisto por mostrar un producto prémium, al menos para lo que se usaba en esos años.



Y por si no les gustó el Jaguar, les comparto otros dos modelos de Maisto, de la misma serie, que tuve y debí vender en momentos de economía escuálida.


                        foto de rmtoys.com.uk


                            foto de ebay.com




That's All Folks!




Gaucho Man
el verídico





miércoles, 10 de agosto de 2022

ejercicio literario: dos viejos amigos





Advertencia: Lo que van a leer, los que lean, es un intercambio de comentarios perpetrados en el blog de mi amigo el Vasco, me gustó por forma y contenido, lo extracté y le agregué un entorno.
Espero que lo disfruten tanto como yo.


UNA DE ORTEGA Y GASSET

El último sol de la tarde se filtraba por entre las transparencias de la vieja cortina, los rayos se corporizaban reflejados en el ambiente de humo y polvillo.



Ortega miró distraídamente la biblioteca cubierta de polvo.
- Usted ha leído a Wilde?
Gasset lo miraba con atención y respondió con entusiasmo.
- Por supuesto, es mi favorito! Recuerdo el Retrato de Dorian Gray. De ese libro, me quedó grabada esa idea de que con los años uno se vuelve todo nariz o todo frente; un genio! Quizás yo sea la excepción: muy poco conocimiento, algunos años y preocupaciones (no lo puedo negar), y muy poca maldad, y sin embargo estoy hecho pelota!



Ortega avanzó un par de pasos a una pequeña vitrina con autitos. Tomó un viejo Corgi y comentó mientras lo examinaba.
- Con respecto a su intelecto, creo que simplemente sufre del efecto inverso del Dunning Kruger. Ud tiene sus habilidades y conocimiento en un nivel muy alto. ¿Acaso no ha visto en líneas generales, lo pobre que es el coleccionista? Con sus envidias a flor de piel, sus pocas ganas de adquirir conocimiento y con solo un objetivo: sumar autitos!
Gasset se levantó perezosamente y se dirigió a la mesita bar, se sirvió un vaso de whisky y exclamó guiñando un ojo a su interlocutor.
- Es verdad que he conocido casos de coleccionistas con coeficiente intelectual negativo, pero no se lo diga a nadie!



Ortega no largó el Corgi pero se dignó a levantar la vista y devolver la mirada a Gasset.
- Alguna vez Usted dijo que esperaba que el tamiz del tiempo, muestre a los nuevos coleccionistas. ¿Los ha encontrado? Digame que por lo menos hemos sumado a uno... Y Dios quiera que sea mucho más avanzado que nuestra generación.
Gasset sacudía suavemente su vaso y respondió con aire distraído:
- Qué pregunta! He visto muchos coleccionistas nuevos, y algunos que hasta parecen serios. Lamentablemente el FB no es la herramienta adecuada para descubrir un coleccionista, ni mucho menos al fenómeno que subyace bajo los autitos.
- No me sorprende, FB es solo una herramienta para atraer gente al blog o a Instagram. Permiso!
Se acercó a la mesa, cubierta con libros, autitos, cajas de autitos, herramientas, revistas, tachos de pintura, pinceles secos y platos sucios de comida. Hizo un poco de lugar y probó la rodabilidad del Corgi. Gasset insistía con su negativa.
- Tampoco hay parámetros de comparación. No voy a compararlos conmigo mismo porque es trampa. Yo llevo tres décadas en esto y cualquier comparación es injusta. Le gusta el autito?
Ortega ignoró la pregunta, y siguió hablando mientras probaba la suspensión del autito contra la mesa.
- No es cuestión de comparación con uno mismo. Hace unos años, uno se entusiasmaba cuando conocía un colega del hobbie. Hoy sucede que cuando uno conecta con un entusiasta del diecast, solo se imagina que es otro comprador serial de kiosco -Gasset dio un breve sorbo de su vaso de whisky-. Me llama más la atención, una persona que tiene diez Bburagos a uno que tiene la colección completa de Inolvidables.
Gasset abrió una heladera minúscula, tomó un par de cubitos de hielo y los puso suavemente en el vaso, dejando la cubetera sobre la mesa, arriba de un tarro de pintura seca.
- De todos modos, puedo asegurar que existen tipos serios (disculpe si abuso de la palabra) que llevan sus colecciones en forma cabal, ordenada y sigilosa -dijo Gasset mientras revolvía el hielo del whisky con un dedo.
Ortega se incorporó y respondió haciendo ademanes, blandiendo el Corgi como si fuera una espada:
- Hay mucha gente que prefiere el anonimato. Con un coleccionista así, se podría compartir un café.
Gasset se chupó el dedo que había usado para revolver su whisky, tomó un trago, se quedó saboreándolo, y no habló hasta asegurarse que Ortega lo estaba escuchando.



- El tema del sigilo es un problema, piénselo así: Usted camina por el jardín de su casa, patea una piedra y abajo encuentra una babosa. Quizás esa babosa calcula mentalmente ecuaciones cuadráticas de ocho incógnitas. Pero no lo dice, entonces para el de afuera, sigue siendo una babosa. Con el coleccionismo pasa igual -Ortega agarró un Bburago que encontró en la mesa, abajo de una servilleta usada, y empezó a compararlo con el Corgi, Gasset seguía hablando, apuntando a un público imaginario, más atrás de su interlocutor, más allá de la vitrina y la pared-. Para empeorar la cosa, le aseguro que la mayoría de esos tipos "serios" son un plomo; al menos a mi me aburre alguien que sólo habla de autitos (y/o autos). Nada más insoportable una discusión sobre la presión de inflado de las ruedas del Renault 6 TS versus el Renault 6 TL y lo bien o mal que Minichamps o Schuco representaban esas ruedas!
Ortega dejó los autitos en la vitrina, se sacudió el polvillo de las manos en los costados de su saco y se dirigió nuevamente a la mesa. Revolvió hasta que encontró un sánguche de lomito del día anterior. Gasset lo miraba fijo y Ortega se dio cuenta que esperaba respuesta. Con la boca llena, masticó su respuesta.
- 100% de acuerdo. No me banco al que no tiene otro tema de conversación que no sean los autitos. "Fijate que el Minichamps tiene el espejito más ovalado". Imbancables -Ortega tomó agua de un vaso abandonado en la mesa para terminar de tragar el bocado. Ajeno al mal momento de su amigo, Gasset insistía con sus definiciones magistrales.



- Los autitos son un pasatiempo, una forma de masturbación sofisticada y menos pegajosa, pero nada más que eso.
Ortega guardó el sánguche (o lo que quedaba de él) en el bolsillo del saco y se apresuró a contradecirlo.
- En lo personal, lo dejo en pasatiempo. El resto va por su cuenta...
Gasset se acercó nuevamente a la vitrina y la señaló como prueba de lo que decía.
- Ser coleccionista es acumular autitos. Más lindos, más feos, grandes o chiquitos, en estantería o en cajita. Pero es apenas un pasatiempo, un escape. Si a eso usted le suma la capacidad de pensar, escribir o comunicar, ya lo transforma en trabajo o compromiso. Le aseguro que no va a encontrar muchos postulantes.
Ortega se volvió a los autitos, puso al Bburago y al Corgi, uno al lado del otro, como para comparar medidas. Parecía un científico manipulando materia y antimateria, mientras comentó muy concentrado en la comparación.



- Para mí, el coleccionismo es más que coleccionar autitos. Es investigar, buscar, compartir. Tomarse el trabajo de sacar una foto para las redes. Creo que estas acciones complementan a la acumulación de piezas y lo hace más interesante -dejó los autitos por un momento y expuso su teoría haciendo ademanes teatrales-. Imaginemos coleccionar figuritas. Uno puede ir comprando sobres y después va intercambiando figuritas con otros coleccionistas. Aprende que alguna figurita es más valiosa, la puede cambiar por varias. Puede jugarlas y ganar o perder. Puede aprender con solo prestar atención a la figurita. Y hasta puede juntarse con fanáticos como él. -Con mirada desencajada dio su última sentencia, en voz alta, casi gritando- Otro en cambio, puede comprar por internet el álbum completo... Me quedo con la primera opción -dijo mientras se dejaba caer en el sillón y levantaba un a nube de polvo-. No pierdo la fe. Seguro que en algún lugar está la nueva ola.
Gasset revolvió la mesa hasta encontrar una picada inconclusa del día anterior. Con modales exageradamente finos tomó una rodaja de salame, la olió y la miró a trasluz como si fuera una copa de vino fino y siguió hablando.



- Coincido con el último punto, aunque es conflictivo. Lamentablemente un signo de estos tiempos es que la gente no lee, no se interesa, no aprende y siempre es más fácil comprar la colección hecha que hacerse coleccionista. Así nos va.
Gasset revolvió un poco la mesa y encontró un libro abierto con fotos de Porsche, una página con una foto de un viejo Porsche corrido por un ignoto corredor en una carrera más ignota aún. Aseguró la página con lo que quedaba del salame y volvió a la vitrina para traer un autito y comparar con la foto del libro. Siguió hablando, como al descuido, concentrado en la comparación y en el salame.
- Me arriesgo a predecir que un retorno al viejo coleccionismo tendría que ser causado por algún suceso o cataclismo, por ejemplo una época de gran malaria, en la cual muchos coleccionistas o muchos compradores de autitos, deban dejar de comprar y se tengan que conformar leyendo, o aprendiendo, o eligiendo el único autito que van a comprar ese año. Yo pasé por todo eso y me dio buen resultado, de hecho soy el resultado de la misiadura en primera persona -dijo mientras limpiaba la grasa de salame del autito con la corbata-. Quizás también funcione en los demás.



Ortega había seguido la secuencia con mucho interés, autito, foto, salame, comparación, autito, foto, etc.
- Hoy nadie busca información y ni recorre las ferias para conseguir una pieza. Hoy se busca por internet, se hace click y se espera que llegue a domicilio...
Se sirvió un vaso de gaseosa tibia y sin gas
- Seamos realistas el coleccionismo de los 90 ha desaparecido. Hoy es otro, ni mejor ni peor, con sus pro y sus contras. Nosotros fuimos creados con otras herramientas y nos cuesta lo actual y añoramos lo que ya ha desaparecido. Si hoy hubiera un cataclismo, el hobbie directamente desaparecería. Los nuevos coleccionistas no sabrían como actuar -recuperó el sánguche de su bolsillo, dio un mordisco y masticó pensativo; finalmente advirtió proféticamente-: Los tiempos han cambiado.



That's All Folks!



Gaucho Man
el avieso