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jueves, 26 de enero de 2023

recuerdo de kenia





AFRICA MÍA

Hace unos días mi hijo tuvo la oportunidad de hacer un viaje a Kenia que queda casi en el medio del continente africano. Por las filmaciones que vi es un lugar muy similar a Argentina, con mucha pobreza y también con unos pocos tipos que tienen toda la plata concentrada.



También tienen muchos parques nacionales con animales en estado salvaje.
Vi hipopótamos, elefantes, rinocerontes, camellos (!?), monos, hienas, leones y no sé si algún otro que no recuerdo.



El paseo por excelencia es el safari, te llevan en avión y te dejan por un día en un bungalow o carpa en medio de la savana.



Mi hijo tuvo la suerte de ir a cuatro safaris, en dos parques nacionales distintos, ahí les mando alguna foto.



Noten que mi hijo iba como turista, pero su principal misión era probar la adaptabilidad de los alfajores quilmeños Capitán del Espacio a las duras condiciones africanas.



Por lo que me decía mi hijo, los autos que más se ven Toyotas y Nissan. En los safaris gana Toyota, y acá empieza lo que quería contarles.


KENIA, MON AMOUR

A la hora de traerle un regalo al padre, el nene buscó autitos autóctonos y el único autito que encontró fue este qué les comparto.



Los que me conocen saben de mi incondicional aprecio y respeto por el trabajo manual y por los artesanos.
En tal sentido les comparto una miniatura diferente. Acá no hay escala, no hay marca, no hay modelo, no hay fabricante, no hay diecast.
Se trata de un auténtico souvenir traído de Kenia hecho a mano por algún artesano sin nombre.
El material es una humilde hojalata.


EL DISCRETO ENCANTO DE LO ARTESANAL

Las ruedas están hechas de un material más ignoto aún qué el mismo fabricante debió redondear, quizás torneando o simplemente a mano.



Me sorprende que no hayan usado rodajas de palo de escoba, pero quizás no tenían ni siquiera eso, tampoco sé si se usa el palo de escoba en ese lugar.



Noten sobre la parte delantera del techo, una baca para equipaje hecha de alambre.



La rueda de auxilio trasera, igual a las otras cuatro.



M
ás allá del estridente estilo Daktari, la decoración tiene algunas particularidades jamás imaginadas en la aldea de Wamelú.
Se incluye una vigneta de jirafas sobre el capot y otra vigneta aún más enigmática en la porción trasera del techo.
También hay algunas inscripciones, igualmente enigmáticas, seguramente en el idioma swagili.



Y no puedo saber si esas inscripciones en capot y techo aluden a la empresa de safaris, el negocio de artesanías o la firma del artesano fabricante.



El detalle más interesante es el techo levantable.



Recuerden que, aunque con menos glamour, esta es una shooting brake, es decir un vehículo para alcanzar animales en movimiento.



El cazador, u observador, para que no tenga que matar animales, se para sobre los asientos, levanta el techo y procede a realizar su labor (vean una de las fotos de safari, la camioneta con el techo abierto).



Como pueden ver, hay un techito levantable. Abriendo el panel se tiene acceso a un modesto y esquemático interior, en el cual no faltan unas butacas hechas con la misma hojalata del producto.
Me sorprende tanta chapa y tan poca madera.



La delantera también está decorada a mano, hay unos números que pueden ser la patente, apta para chicatos o para mirar de lejos.
Las luces también están pintadas sobre la chapa.
El paragolpes es una pieza de chapa aparte.
Los transparentes están tomados de algún envase de polietileno con tonalidad celeste.
Hay mucho trabajo ahí.


EPÍLOGO PANFLETARIO

No sé cuál es el verdadero móvil de la artesanía, qué motiva a un artesano a replicar semejante vehículo. Puedo asegurar que son bastante alejados del folklore del lugar, sería más esperable una reproducción de una jirafa o un elefante que un simil de Land Rover o Land Cruiser.
Tampoco sé en qué condiciones se lleva adelante la labor, quién lo hace o con qué presión trabaja. Puedo apreciar mucho esmero. Las humildes ruedas redondeadas a pulmón, la modesta pintura Daktari o el techo aperturable, todo hecho a mano y con materiales domésticos, agregan una incuestionable dificultad a un trabajo que difícilmente sea apreciado alguna vez como se lo merece.
No imagino cuánto tiempo de trabajo resume este aparato, puedo estimar una serie de cuatro o cinco unidades completadas en una semana, pero es apenas una estimación.
Y cuál es el precio de este trabajo?
Diez dólares, lo que cuesta cualquier coleccionable; para el juntador de curiosidades o souvenires, es un regalo.
Del otro lado del mostrador, me pregunto cuántos intermediarios hay, como para entender cuánto le llega al trabajador por esos cinco modelos que hizo en la semana.



Finalmente, si bien no es mi costumbre tocar estos temas, les dejo una foto de Kibera, la mayor villa de Kenia (segunda de África), una pequeña jungla humana en medio de África.
No voy a aburrirlos con estadísticas de densidad, ingreso anual o porcentajes de población.  Como para que se entienda la pobreza del lugar, les comento que es todo piso de barro y que hay "garages de zapatos" en las entradas, es un local donde cada uno que entra o sale de la villa cambia su calzado, dejando el "limpio" para salir fuera y el "sucio" para andar por la villa.


crédito foto: https://www.heraldo.es/noticias/internacional/2016/09/13/turismo-pobreza-nairobi-entre-conciencia-social-espectaculo-1055516-306.html

No puedo asegurar que este modelo venga de ese lugar, pero sí puedo asumir que más de un artesano vive en esta villa.
Quizás estos últimos párrafos marquen un encuadre que ayude a entender el valor que tiene este bicho en mi poder.




That's All Folks!




Gaucho Man
el selvático




jueves, 19 de enero de 2023

ejercicio literario: dos viejos amigos (parte 2)



Gasset escuchó golpes en la puerta y se apuró abrir, fue agradable encontrar la conocida figura de Ortega luchando contra un paraguas que se negaba a cerrarse.
- Ortega! Amigo mío, pase por favor, tire ese paraguas a la basura, ya sabe que no hay nada más incómodo que un paraguas en día de lluvia.
Ortega colgó el paraguas del picaporte y entró en la vieja casa, estilando agua por los cuatro costados. Traía un paquetito de papel de diario bajo el brazo.
- Qué lo trae por aquí en este día tan lluvioso? -preguntó Gasset extendiendo una toalla arrugada a su amigo-.
Ortega tomó la toalla y se secó las manos y la cara. Sus zapatos hacían ruido de agua a cada paso.
- Lo encontré! -extendiendo el paquetito a las manos de Gasset- Mire lo que le traigo.
Gasset abrió el paquete con cuidado de no romper el papel mojado.
- Mortadela patera! mi favorita! -dijo mientras olía el fiambre con verdadero deleite.
Ortega, un tanto confuso, le retrucó.
- Más abajo...
Gasset corrió la mortadela y encontró abajo de todo, un autito Pilen detonado. Lustró el autito contra su pantalón y se acercó a la luz para examinarlo.



- Impresionante modelo de Pilen, creí que nunca vería uno en persona! -hizo el intento de saltar de alegría pero las rodillas no respondieron y todo quedó en un mueca desafortunada-. Conocí algunos en revistas españolas, tenían muchos super autos, y replicados con muchas aperturas.
- No conocía a Pilen y me gustó la historia, el enmarañado de marcas que usó y que dejó para otras marcas. Imposible rastrear el camino de las matrices -comentó Ortega mientras sacudía la cabeza para drenar el agua de lluvia de una oreja-.
- Una cama redonda como la que tuvimos entre Jet, Buby, Galgo y Muky -dijo Gasset mientras dejaba el autito en la mesa y empezaba a estudiar las fetas de mortadela-.
- Y qué me dice de las aperturas?
- Es traumático -dictaminó Gasset mientras manoteaba la primera feta y la introducía en su boca con muy poca elegancia, sin preocuparse por seguir hablando con la boca llena-. Son un mérito extra del modelo y del fabricante, pero no me gustan. Cualquier pieza móvil del modelo, fomenta el juego, y estos bichos son para coleccionar y no para jugar. Recuerdo unos Brumm que ni siquiera giraban ruedas!
Ortega revolvió el escritorio de su amigo y encontró un pedazo de pan de textura gomosa.
- Todavía se puede comer -dijo para si mismo, y agregó- Brumm es lo más!!!!
Abrió el pan con sus manos y se dispuso a armar un sánguche. Gasset revolvió sobre la mesa, corrió trapos sucios, papeles de diario y alguna prenda olvidada, hasta encontrar un frasco de pickles que extendió a su amigo mientras le contaba.



- Conocí a Brumm a través de catálogos que les pedí por carta -agarró otra feta de mortadela, la hizo un rollito y siguió hablando mientras gesticulaba con el fiambre como si fuera una batuta-. Una belleza, era como escuchar Las Cuatro Estaciones de Vivaldi en versión diecast, ahí estaba todo lo que uno podía llegar a desear.
Ortega respondió con la boca llena.
- Ve? Usted siempre un paso adelante. Jamás se me hubiese ocurrido hacer eso. Yo tengo varios Brumm. Y tienen errores como Bburago, vaya uno a saber por qué. Sacan autos con el nombre equivocado, o el número de carrera no corresponde, o le pifian la decoración. Lo deben hacer a propósito, como el que escribe las placas rojas de Crónica...
- Se dice que muchos modelos están fuera de escala -respondió Gasset-, pero yo les perdono cualquier cosa, es como enojarse con un Lledo porque no tiene transparentes. Me atrevería a decir que muchos modelos fueron reproducidos por primera vez por Brumm. Después vinieron Spark, Ixo y todos los demás, pero los primeros fueron de Brumm!
Finalmente se comió el rollito de mortadela mientras Ortega masticaba el suyo.
- Es coleccionismo. Yo no entiendo a los que se quejan de algunas marcas. En todo caso uno puede decir "no me gustan o no son mi temática". Pero se ponen cerrados y dicen "Es malísimo" -tomó un trago del pico de una botella que estaba en el piso, contra la pared-. Eso es no entender un pasatiempo.
Pasó la botella a Gasset, que también dio un trago y luego habló pensativo.
- En este momento, el clímax del coleccionismo pasa por el autito más perfecto . A Dinky lo mató Solido. A Solido lo mató Cararama. A Cararama lo mató Salvat. A Salvat la mató Neo. A Neo lo mató Goldvarg. Esta batalla por la perfección va dejando atrás modelos y fabricantes, y todos construyen su coleccionismo alrededor de estos bichos. Por ejemplo el que colecciona Salvat. Sabe que hay modelos más perfectos pero no los quiere pagar. Y sabe que hay modelos menos perfectos y los ignora o desprecia -Ortega encendió una pipa que encontró tirada en el piso, dio un par de bocanadas-. Por suerte siempre hay grupos que coleccionan Bburago, Solido o Hot Wheels, hay un poco de cada cosa.
Gasset volvió a agarrar el Pilen, lo sopló para quitarle el polvo, lo volvió a frotar contra su ropa y
con una lupa le miró los datos filiatorios en la parte de abajo, y siguió hablando.- Ojo: aunque nadie sea tan explícitamente guarango como para decir que tal o cual marca son pedorras, el que colecciona una marca, tácitamente está ignorando a todas las otras.
Ortega fumaba pensativo.
- A veces uno se fideliza con una marca por una nostalgia que no tiene que ver con la calidad del autito. Nostalgia, por que de chiquito tenía tal marca, o del italiano que sigue con Brumm. Pero ese tipo no es coleccionista de Diecast. Es coleccionista de una marca.
Dio otro trago de la botella y se quedó mirando la lluvia por la ventana empañada.
Gasset habló y su voz sonó casi melancólica:
- Estaba buena la mortadela...







That's All Folks!




Gaucho Man
el centrípeto





jueves, 12 de enero de 2023

mclaren ford - buby 1/64

 



EL DISCRETO ENCANTO DE BUBY

Siguiendo con la Saga de McLaren, les quiero compartir la versión perpetrada por Buby.
Como seguramente saben, Buby fabricaba su serie Mini Buby en escala 1/64 y luego incluyeron también la escala 1/43 (con un paso intermedio por 1/40).



Hay que decir que la serie Mini Buby se constituía con modelos en verdadera escala 1/64.
Recordemos que Buby fue de los primeros en aplicar esta escala, en declararla en los modelos, en las cajas y en el catálogo de 1973.
Esta determinación resultaba en verdaderas joyas en la escala pequeña (Fiat 600, Citroën 3CV y este McLaren, todos en verdadera y auténtica escala 1/43, saquen la cuenta el tamaño del Fiat 600 = 5 cm!).



Así las cosas, a principios de los setenta, nuestra querida Buby comercializaba un "McLaren Ford" en escala 1/64.



Lamentablemente, no tengo el modelo y hoy en día es muy difícil de conseguir uno en buen estado, por lo que tuve que tomar las fotos de la web Galgo Diecast.



El modelo era una verdadera curiosidad para coleccionistas y también para los chicos, que no entendíamos bien qué cosa era ese auto, aunque sí podíamos intuir que era algo distinto de los otros modelos de la colección, todos desabridos autos citadinos de producción nacional.
Imagino que también sería una verdadera curiosidad para los avenidos al SP, porque ya desde la caja, Buby se explicitaba en forma bien clara "McLaren Ford".
Hoy en día, cualquiera que lea este post y los siguientes de la saga, podrá entender mejor, encuadrar el espíritu de este auto y entender el motivo para que Buby lo haya incluido en su colección.



Si hasta se ve que el dibujo identificatorio de la caja remite al McLaren de Pairetti, inmortalizado en la foto de más abajo.



Si bien el modelo estaba orientado al mercado juguetero, con colores que variaban según la ocasión y calcos sin veracidad histórica, hay que decir que era una verdadera joya.
Piensen que tenía apenas 6 centímetros de largo, fabricado hace medio siglo y orientado al mercado juguetero.



Miren las ocho trompetas de admisión que demarcan el motor trasero, les aseguro que eran lo primero en romperse.



Base plástica:






That's All Folks!



GauchoMan
el adusto




Fotos de:
https://galgodiecast.mforos.com/2061931/11554984-mclaren-ford// 
Facebook
Mercadolibre





Si les interesa el tema McLaren, les dejo estos links:
McLarenM8C de Chris Craft / Trevor Taylor
McLaren F15 de Formisano / Nasif Estefano - próximamente




sábado, 7 de enero de 2023

bromas para coleccionistas





LA BROMA ES COSA SERIA

La risa es sorpresa intelectual, una situación sin sentido que se contrapone a una constitución seria, generando un contrasentido por simple oposición.
La eficiencia del chascarrillo será directamente proporcional a la distancia entre el sinsentido planteado y el basamento de seriedad.
Resumiendo: mientras más solemne sea una situación, más efectiva resultará la humorada.
Dejamos de plagiar al Maestro Alejandro Dolina y nos adentramos en el tema con la seriedad que requiere el tratamiento de este risible tema.

Hablando de género humano, podemos generalizar diciendo que hay gente para todo, la solemnidad es un atributo al que todos aspiran en la intimidad, como un disfraz que todos esconden en el ropero y sacan cada tanto para probárselo frente al espejo en la intimidad de su claustro.
Hay una porción de individuos que aspiran a este carácter de solemnidad, pero no en la intimidad sino en público.
Esta gente constituye una verdadera tentación para el humorista eventual, ya que tanta seriedad requiere muy poquita informalidad para lograr el chiste perfecto.



Entrando ya en tema, podemos definir la broma como un chiste en 3D, aplicado a una persona en tiempo real, en vivo y en directo.
Y como decía, hay gente que pasea solemnemente por la vida, de hábitos o convicciones tan estructurados que constituyen una tentación imperdible para el bromista eventual.
Es decir que las bromas son para gente especial, no a cualquiera se le puede hacer una joda.
Profundizando un poco más aún, podemos decir que hay una broma para cada persona, y generalmente no son transferibles.

Hace un tiempo estuve reunido con algunos coleccionistas y surgieron varias situaciones que invitaban a la broma, algunas más difíciles de concretar, aunque no por eso sin encanto.
Les comparto algunos casos, con nombres ficticios.


LOS AUTITOS URUGUAYOS

Hay un sujeto que colecciona autitos Matchbox de los más viejos. El tipo tiene todos los autitos, en todas las variaciones imaginables, todo en estado inmejorable, aunque como todo coleccionista vive descontento y buscando nuevas emociones.
Como cuando uno quiere escuchar algo más de los Beatles, pero ya escuchó todo y no va a haber nada nuevo del cuarteto de flequilludos por razones de público dominio.
El tipo se pasa la vida hurgando en todo tipo de lugares en busca de nuevos-viejos autitos.
Sé de otro sujeto -también coleccionista- que viaja periódicamente al país vecino por cuestiones personales.
En algún momento los dos coleccionistas se encuentran y hablando de autitos, no falta el comentario casual "vi varios en Uruguay".
Un par de semanas más tarde el coleccionista de Matchbox postea en FB "...acá estoy, buscando autito en Uruguay...".



Esto hace pensar en distintas maneras de mandar a un fanático a buscar autitos en cualquier dirección cardinal.
Por ejemplo a Salta o Comodoro Rivadavia (los foráneos pueden buscar estos lugares en un mapa para entender la magnitud de la broma).
El dato puede apoyarse con una foto de un escaparate mostrando una modesta estantería repleta de autitos.
Un comerciante amigo puede resultar de gran utilidad al prestar su instalación para la producción fotográfica.


EL VIEJO TRUCO DEL FALSO AUTITO

Todo coleccionista tiene un autito deseado, un Santo Grial, como se dice en el ambiente.
Muchas veces el autito ni siquiera existe, pero esa no existencia le confiere un halo de deseo aún mayor.
El chiste trivial es darle un falso dato para encontrar al falso autito.
Se incrementa el interés en función de la persona y el autito deseado.



Para no dar nombres o datos reales, les doy un ejemplo similar para que lo puedan paladear mejor.
Piensen en un coleccionista que desea con locura un Falcon Sprint coleccionable, un ícono de nuestra tradición, hasta ahora ignorado por Salvat, Ixo y otros fabricantes masivos. La joda es conseguir un modelo (aunque sea pieza única artesanal) y varios coleccionistas complotados, tomando y publicando fotos del autito en sus manos, sus mesas o sus vitrinas, con sus propias cámaras, de un día para otro, las redes sociales explotando de fotos de Falcon Sprint.
Y ahora piensen en el coleccionista víctima desesperado al ver tanta foto de felices coleccionistas con su Falcon Sprint, y él recorriendo kioscos o negocios y recibiendo sólo negativas.

Una variante es hacer aparecer al autito (sigamos pensando en el Falcon Sprint), pero en una escala pedorra, por ejemplo 1/35.


Una joda muy modesta que vi en un grupo de FaceBook:
Un coleccionista que tiene varias vitrinas ordenadas por marca de auto.
El padre le metió un Mustang en la vitrina de Camaros, y el autito estuvo totalmente ignoto durante casi dos años.



NOTA: NO SE MALTRATARON COLECCIONISTAS PARA ESTE POST!!!



That`s All Folks!



Gaucho Man
el bromista