LA COLORADITA EN EL TC
Los que recuerdan mi Historieta del TC, saben que durante años, las carreras se disputaban en rutas y caminos, muchos de ellos de tierra. Con los años, los caminos se habían ido mejorando y casi no quedaban tramos de tierra.
Y para completar el panorama, se fueron inaugurando nuevos autódromos.
Es decir que tuvimos un momento es que se corría en ruta y en autódromos, en ambos casos con condiciones muy controladas.
Por otra parte, los autos fueron evolucionando aprovechando las imprecisiones del reglamento, algunos de ellos despegándose cada vez más de la tradicional imagen de la Cupecita. Los nuevos autos eran más veloces, con suspensiones bajas y el foco en la aerodinámica.
Este modelo es una buena fotografía de la categoría en ese momento.
Se fabricó en 1963, utilizando el chasis de un Chevrolet de 1947 y según Planeta, corresponde a la versión de 1966.
Siguiendo el esquema de Frankenstein, incluía un motor Chevrolet (seis en línea), una caja de cambios Corvette, un diferencial Impala y la última versión de 1967, hasta incluía parabrisas de Peugeot 404 (!?).
Pese a tanta mezcla, o quizás gracias a ella, no anduvo mal: Logró la segunda posición en el campeonato de TC de 1964 y ganó el de 1966, totalizando 16 victorias.
LA COLORADITA EN 1/43
En mi humilde opinión, lo más destacado son los tubos de escape laterales.
Poroto a favor para los deflectores transparentes sobre el capó. Estos deflectores eran corrientes en la preparación de autos, aunque nunca me quedó del todo claro qué función cumplían.
Hay quienes dicen que desviaban el aire para suavizar el impacto contra el parabrisas, quizás fuera para evitar el impacto con los insectos.
Buen detalle de los cinturones de cuero que aseguran al capot denotados con tampografía, poroto a favor.
Poroto a favor para el baúl, hecho de una pieza de plástico separada y de otro color, inserta en el metal.
También hay poroto a favor para paragolpes trasero y la definición de las luces de stop.
Poroto en contra para las ventanas y otras partes transparentes, tan gruesas, problema compartido también con la mayoría de los Inolvidables.
Es una picardía porque se pierden de mostrar el detalle del interior.
Aunque habida cuenta de la terminación tan espartana, mejor que no se vea tanto.
Poroto a favor para los limpiaparabrisas, insertos de plástico negro. Tienen buen tamaño y definición, aunque quizás demasiado para lo que era el TC. Lo ideal hubiera sido aplicar fotograbados de metal, aunque se escapara del costo.
Vale el comentario para las manijas de las puertas esculpidas en el metal.
Poroto en contra para el grosor de los deflectores transparentes. Estas piezas eran de plexiglas, mucho más delgadas que lo que esa pieza de plástico transparente puede sugerir. Este exagerado grosor del transparente vale como poroto en contra.
Poroto a favor por la parrilla, muy bien definida. Completa con luces y paragolpes delantero. Hay que decir que en estos autos, estos detalles no eran tan notorios, sobre todo después de una carrera, aunque es cierto que la presentación de museo se ve así de limpita y brillante.
Teniendo en cuenta el bajo precio, podemos decir que tiene una calidad y detalles bastante honrosos.
El modelo es resultón, el color, las ruedas descubiertas, la decoración y otros detalles como escapes, luces y paragolpes, conforman un producto agradable a la vista.
That's All Folks!
Gaucho Man
el adusto