RÁPIDO Y TEDIOSO
Imagino que está en la naturaleza humana, querer algo distinto.
Teníamos Inolvidables, los autos que se ven (o se vieron) en la calle, ahora llegaron los autos de la pantalla grande.
El primer argumento es el precio, el número uno cuesta apenas cien pesos, es decir que vale tres veces menos que un inolvidable, lo cual lo transforma en una ganga instantánea.
Los siguientes números van a aumentar a 250 y luego a 500, es decir que estarán un poco más baratos que los inolvidables.
Los modelos son escala 1/32, lo que los deja fuera de proporción con cualquier inolvidable.
No obstante, toda una horda de neocoleccionistas se lanzó sobre los quioscos para adquirir su parte del pastel.
El primer modelo es el auto de Toretto, aunque mirándolo bien, más que en pastel, hace pensar en una torta.
El modelo no resiste demasiado análisis.
EL PERON DEL DIECAST
Por alguna razón ignota, la gente de Jada, responsable del engendro, apostó a una forma impropia, exagerando el voladizo delantero, agrandando ruedas y logrando el efecto (o defecto) de una distancia entre ejes exigua y un aspecto totalmente irreal, casi caricaturesco.
Juro que quise mirar una película de Rápido y Furioso para verificar la autenticidad del diseño pero francamente no resistí demasiado.
(por alguna razón, todas las fotos son siempre en este mismo ángulo)
Buscando más en internet, veo que el auto de Toretto no tenía ninguna modificación en la trompa.
Mirando el engendro coleccionable, cabe preguntar qué necesidad tenían de deformarlo así.
No fue un tema de royalties porque igualmente están usando los derechos de la película.
No fue tema de costos porque hacerlo mal tiene el mismo costo que hacerlo bien.
Al final deduzco que fue por joder.
La verdad es que es una cagada, un insulto, una broma pesada para cualquiera que se considere coleccionista serio.
Un modelo que sólo sirve para pervertir el criterio de los neocoleccionistas, como si estos cerebros no estuvieran suficientemente arruinados ya.
Un modelo que sólo sirve para pervertir el criterio de los neocoleccionistas, como si estos cerebros no estuvieran suficientemente arruinados ya.
Un amigo acuñó la frase que este modelo era el Perón del diecast y creo que fue profético.
Y vaya si joden, ya con el autito comprado, los neocoleccionistas tuvieron las reacciones más diversas.
+ Algunos quedaron fascinados. Como decía antes, viniendo de una colección inolvidable de autos cotidianos, vistos hasta en la sopa, usados mayormente para rutinarios transportes de pibes a la escuela o repetidos viajes al supermercado, tener un auto de película es un pasaje directo al glamour conjugado en primera persona.
+ Otros se conformaron “Por cien pesos qué más podes pedir? es más barato que un Hot Wheels!”
+ Algunos renegaron de la imagen juguetosa del engendro y lo apartaron o lo pusieron en venta o canje por algún inolvidable.
+ Hablando de venta, también hubo acaparadores y reventa a precios escandalosos, miren este avivado que quintuplicaba el valor de tapa.
+ Los que más me simpatizan son los que se lanzaron a modificar el auto que ya venía modificado de fábrica.
Pinceladas estratégicas,
luces varias
y/o algún alerón de cartón,
el auto de Toretto se ve cada vez menos Toretto.
AND THE WINNER IS:
Asì las cosas, las redes están explotando de Torettos, y llegamos a este punto en que algunos tocamos fondo, la reacción no se hace esperar.
Resumiendo:
Los R&F llegaron para quedarse.
Por lo que pude ver, los siguientes vienen mejor que este Toretto deforme.
Hasta ahora nuestros neocoleccionistas estaban dedicados exclusivamente a los inolvidables pero ahora algunos se dejan seducir por los superautos.
Vale la pena aclarar que este lanzamiento coincidió con el lanzamiento del Bergantín, nuestro imperdonable Alfa gaucho.
Y por lo que pude ver, fueron muchos que renegaron del producto autòctono para saborear la miel de Toretto, aunque sea en otra escala o esta versión deformada.
Más películas? Más rally? Más inolvidables?
Como decía la canción, “qué será, será, la vida te lo dirá, solo Dios sabrá".
To be continued...
Gaucho Man
el insurgente