
INTRODUCCIÓN A LA INTROSPECCIÓN
A esta altura queda claro que el diecast es un conjunto amorfo de hombres, autitos, metales y pasiones, que da para todo.
Luego de repasar opciones y desviaciones, la primera conclusión es que los autitos son más o menos los mismos, y lo que varía son las formas de coleccionar.
Acotando el comentario a una magnitud más terrenal, podemos asegurar que hay al menos tantas variedades de coleccionismo como coleccionistas.
Es que todo es coleccionismo, aunque hay siempre una delgada línea roja que marca el comienzo de las cosas raras.
Estudioso del fenómeno, nuestro super héroe vernáculo Gaucho Man tiene el placer de compartirles algunas formas extremas que en algunos casos exceden al coleccionismo, al menos en la forma que nosotros lo conocemos.
EL ARTISTA (I)
Este individuo hace grabados sobre los autitos, trabaja a pedido. Imagino que debe ser como el que hace tatuajes: uno le paga, elige motivo, pone el cuero y el otro pone el tatuaje.
El resultado es un modelo único e irrepetible, de gusto discutible pero seguramente a imagen y semejanza de los deseos del dueño.

Para rescatar el trabajo manual del artista.
Puede haber un loco que colecciona estos autos personalizados, técnicamente calificaría como coleccionismo de autitos u objetos grabados. Pero sería coleccionismo de otra cosa, que no guarda relación con el diecast.
EL ARTISTA (II)
Acá Gaucho Man expone un tipo que amontona los autitos en una caja transparente, algo similar a un hormiguero artificial.
La idea es conformar un objeto a medio camino entre el cuadro y la escultura, de belleza discutible, apuntando a la decoración hogareña, aunque Gaucho Man aclara que no podría semejante cosa dentro de su casa, ni siquiera en el baño.

También observa que estas prácticas están perpetradas sobre autitos de costo reducido. En las fotos no se ve ningún Spark ni Neo inmortalizado con estas prácticas.
EL AUTITO FEO
Vean este modelo. Traten de no horrorizarse por la carrocería desproporcionada, las ruedas oprobiosas, o la prepotencia del motor.
Es que resulta en un conjunto definitivamente pornográfico.

Gaucho Man vio esta foto y salió corriendo a vomitar al baño.A su regreso, mientras se limpiaba la boca de salpicaduras varias, acuñó una frase lapidaria "Los pueblos tienen los autitos que se merecen".
Podemos perdonarlo si lo tomamos como juguete para niños, pero en verdad es una pieza que compran tipos adultos con una masa testicular promedio por arriba de los 500 gramos. Imperdonable.
En el fondo, nuestro super héroe, reserva moral del coleccionismo, tiene su sensibilidad, y ocupado con sus arcadas, ni se preocupó por preguntar cómo hacen para girar esas ruedas.
EL AUTITO CARO
Gaucho Man es ante todo, un tipo de corte austero y se horroriza ante el desproporcionado despilfarro que implican autitos adornados con diamantes, bañados en oro u otros materiales específicos níquel, platino, fibra de carbono.


El resultado es la forma más cara que se puede imaginar para despersonalizar (o arruinar) un autito.
El autito queda apenas reconocible, es más un testimonio de "yo pude pagarlo" que de "representa un Mustang".

Un escalón (o varios escalones) más abajo en la lista de precios, están los autitos armados con metales cromados.
Estos son más discretos y sirven para adornar un escritorio, o el ego del fanático de la marca.

Una vez más repito que cada uno colecciona lo que quiere, la pluralidad coleccionista también tiene lugar para el tipo con plata que quiere dedicarse a estos adefesios.
Quizás sea coleccionismo,
pero Gaucho Man sabe que eso no es diecast.
EL AUTITO REPETIDO
De alguna manera, Gaucho Man comparte esta desviación, por lo que mira esta práctica con simpatía. Se trata de coleccionar muchos ejemplares de un mismo modelo.

En algún caso, se trata de diversos castings de diversos fabricantes: el coleccionista compra todos los ejemplares que encuentra.
En otro caso, la búsqueda pasa por las variaciones del esquema inicial.
En tal sentido, Gaucho Man cita unas palabras de este modesto cronista, escritas hace muchos años, y válida para Buby, Galgo, Matchbox, Hot Wheels y quizá otros.
Como en toda empresa, lo importante es facturar.
Cuando llegaba un pedido o un cierre de mes, los changos necesitaban facturar y cerrar un número.
Y mandaban lo que tenían.
Juntaban lo que encontraban, lo ponían como podían,
sin importar si las ruedas eran o no eran,
los colores, los calcos o los accesorios (sobre todo en camiones).

Así surgían versiones impensadas en el día cero que estaban diseñando el modelo.
Grúas con ruedas de patrullero,
Camiones volcadores con un tanque arriba y/o autos con los más variados tamaños de ruedas.
Y ni qué hablar de los distintos colores.
O se les rompió la matriz de la puerta y tuvieron que modificar matriz de carrocería para que tenga puertas fijas.
O vendieron todas las matrices del modelo y no alcanzó la plata para el interior y tuvieron que poner vidrios negros.
O una partida rechazada u olvidada que sobrevivió al tiempo y salió a la venta 10 años después, con otro color, otros accesorios o distinto embalaje.
O una matriz que fue robada/alquilada/copiada y aparecieron autos iguales en Rumania, Tomboctú u otro lugar impensado.
O un nombre que debió ser borrado de la base del autito, para no infringir una marca registrada.
Etc.
Y años después venimos los coleccionistas, buscando una explicación darwiniana que justifique la evolución y cambios de tal o cual modelo.
Y nos rompemos la cabeza para clasificar y luego conseguir todas las variaciones.
Es como tratar de aprender ruso escuchando canciones soviéticas.
O imaginar una mujer de cuerpo entero a partir de la foto de su cara.
Poco más que imposible.
De todos modos, aclaro que simpatizo con todos estos intentos por reconstruir la historia de una empresa a partir de los modelos que hicieron.
Son apasionantes.
A todos los coleccionistas, cazadores de variantes de Matchbox, Hot Wheels, Buby, Jet, Muky y etc, POR FAVOR NO BAJEN LOS BRAZOS
Es una batalla que está perdida desde el inicio, nunca van a poder reconstruir el pasado y sus alternativas.
Pero la crónica es fascinante.
Y la gente también.
Por hoy, nuestro héroe gaucho da su jornada por terminada y emprende el regreso a su Gaucho Cueva.
Ven ese puntito en el cielo?
Gaucho Man también lo ve, mientras se va caminando a tomar el colectivo hasta su casa.
That's All Folks!
Gaucho Man
el aguerrido
NO SE LASTIMARON AUTITOS PARA ESTA PRODUCCION!