motor estacionario set

MOTORES ERAN LOS DE ANTES!

Hace unos días tuve oportunidad de vaciar un depósito de basura y ratas que alguna había sido un galpón de trabajo.
Sacamos cinco camionetas llenas de basura y artefactos varios, de de variada procedencia e impensadas aplicaciones.
Lo más interesante fue un un par de motores a explosión, que traje a mi casa sin saber exactamente para qué.



Esto que parece una escultura moderna hecha con óxido de hierro es en verdad un motor estacionario de múltiples usos.
El motor tiene un solo cilindro y estimo un cubicaje de 100 centímetros cúbicos.



Está refrigerado por circulación forzada de aire.
A tal efecto cuenta con una voluntariosa turbina que impulsa el aire deflectado a través de una carcasa de chapa -también oxidada- que no está en las fotos.



Del otro lado de la turbina, el cigüeñal da a una pequeña caja reductora y luego una simpática polea.
Entiéndase que este motor tiene múltiples aplicaciones, todas a través de la polea.
Generadores, bombas, tomas de fuerza para usos varios, uno quiere pensar que el motorcito se la banca.



Volviendo a la parte superior encontramos las bocas de entrada y salida.
En la de entrada había un carburador casi entero.





Al costado del conducto de admisión se encuentra el escape.
Lamentablemente no tengo manera de saber si este escape es original o no.
En cualquier caso sorprende la crudeza del caño, cilíndrico y recto como el silenciador de una pistola.





Lo más lindo de todo está arriba.
Aparte de un agujero para la bujía obturado para preservar la cámara de explosión y un par de bulones estratégicamente ubicados, el motor exhibe casi con orgullo impertinente sus balancines y resortes de válvulas.



Aunque no lo crean el cigüeñal giraba y los balancines subían y bajaban solícitos.



El motor es totalmente apócrifo, no tiene marca, número de serie, año de construcción, ni placa identificatoria ni nada.
Por lo que me dijeron, es un motor marca SET, pero no pude encontrar ninguna información al respecto.

Suena cursi pero esas cosas me emocionan.
Quizás sea una perversión o que me estoy poniendo un poco viejo.
Me gusta ese aspecto de un pequeño edificio de la era industrial, o de una era steam punk.
El motor es un pedazo de fierro viejo,
de construcción pequeña pero noble.
Se adivina la nobleza en la exposición franca de sus balancines inquietos,
en su giro fácil tras varios años de abandono.
Y quizás, hasta tenga alma en ese pequeño pistón que todavía sube y baja.

Me hubiera gustado tenerlo aunque sea como adorno en el living o para pie de lámpara, pero se impuso la necesidad y el criterio.
El motor se vendió a un entusiasta que lo restaurará y le devolverá su antigua gloria.
Ojalá vuelva a funcionar, se lo merece.

That's All Folks!



Gaucho Man
el estacionario