lamborghini diablo roadster - detail cars 1/43

EL OTRO DIABLO


En el post anterior analizamos el fenómeno de Detail Cars y aventuramos una teoría para su desaparición.
Una especie de Teoría de la Evolución de Darwin pero aplicada a los autitos.
Según estos postulados, Detail Cars es el mejor ejemplo de todo lo que no se debe hacer si queremos triunfar vendiendo autitos de colección.



En esta misma línea, hoy les comparto otro modelo que puede dar lugar a sorpresas y aplausos, así como un gusto amargo en la boca, una sensación de "tanto trabajo que se tomaron...!?!?".
Suframos un poco y me van a entender mejor:




Lo primero que se nota es una pintura azul con puntitos brillantes. Uno se queda pensando si esa pintura con puntitos era una excentricidad de Lamborghini o un intento de Detail Cars por reproducir pintura metalizada.
No sería el primer fabricante de diecast que fracasa tratando de emular el grano metálico en la escala del autito. Uno quisiera calificar el intento con un diez pero mira el resultado y se pregunta: '"era necesario?".



El modelo presenta pequeños tampos con la insignia del bovino rampante, uno en el capot delantero, en los laterales, a los costados de las puertas y en la trasera. Pequeños, precisos y concisos.


PASEN Y VEAN!

Luego uno mira el interior del auto.
Aclaremos que en este caso, la palabra "interior" es apenas un eufemismo. Este modelo no tiene interior porque está todo a la vista. Como un escote en 3D, todo explícito y generoso.
Es obvio que Detail Cars no tiene la culpa del diseño de Lamborghini, pero es inevitable preguntarse: '"era necesario?".
Uno ve esos asientos y le gustaría tener uno así para mirar televisión,  al tiempo que se pregunta si serán los mismos que en el Diablo con techo.



En el piso se ve una alfombra más discreta que la del Diablo techado.
El conjunto de tablero y volante es una delicia y puedo asegurar que la relojería es distinta del modelo con techo, aunque las piezas plásticas quizás sean las mismas.
Hablando de piezas plásticas, contamos una para la base, otra para el tablero, otra para el volante, palanca de cambios, dos asientos y la alfombra. Y pintura de distintos colores.
Hace treinta años era mucho, hoy no es poco y uno se pregunta: "era necesario?".


THE DOORS OF PERCEPTION

(este es el título de un libro de Alfous Huxley, en el cual se inspiró Jim Morrison para ponerle nombre a su banda.)

El modelo tiene dos puertas que se abren con el tradicional sistema de tijera heredado del Countach. Dos puertas largas y delgadas como tranqueras que se levantan como puentes levadizos. Tan bajas son que enseguida surge la tentación de evitarlas con un salto oportuno, mientras se pregunta "era necesario?".



Las puertas incluyen su pieza extra que representa el panel interno y se abren con sus respectivos espejos retrovisores, con material espejable.
Es decir que cada puerta tiene pieza metálica, pieza interna, pieza transparente, espejo y reflectante. Cinco partes para cada puerta. Pensar que Salvat hoy le hace un coleccionable con cinco piezas y lo aplaudimos emocionados.




PARA MIRARTE MEJOR

Párrafo aparte para los transparentes, que sorprenden por su brevedad. Bajitos como nivel de vida, uno duda de la efectividad de esas ventanas subdimensionadas cuando el bólido se pasea a doscientos kilómetros por hora, al tiempo que se pregunta: "era necesario?".



El parabrisas delantero tiene en su punto medio un coso que parece un televisor, pero en realidad es otro espejo retrovisor. Se ve que la visibilidad hacia atrás era una preocupación de los diseñadores.
Recordemos que este auto es de los noventas, y que hace treinta años no había cámaras que aseguren el retroceso.


EL PATIO TRASERO

La trasera es otro imán para las miradas.
Luces rojas con redondelitos de colores, hoy en día es tecnología de costumbre pero recordemos que este modelo cumple tres décadas.



En el medio, otro panel inserto plástico, transparente y tampografiado por dentro.
Todo eso enmarcado por dentro con el paragolpes trasero y más abajo los dos escapes de doble tubo, pintados color aluminio y agujerito pintado de negro.



El paragolpes trasero obedecía a una ley yanki que exigía dichos elementos, aunque resultaran un cachetazo al diseño original. Uno se pregunta: "era necesario?".



Lo que más me sorprende es el trabajo del capot trasero.
Un relieve sinuoso que incorpora las barras antivuelco, cuatro tomas de aire, dos de ellas caladas en el material, es decir que son agujeros reales y no virtuales.



Un prodigio de matricería, lástima que no le pusieron nada por dentro y en algunas vistas se transparenta la imagen, mostrando vacíos que no deberían verse.
También hay seis salidas de aire del motor, también caladas en la carrocería (con agujero) pero con el mismo problema: nada por debajo y la vista que se transparenta.



Otro prodigio de matricería que sólo sirve para que los paparulos como yo digan "se ve la rueda" o "se ve el piso" (como en la foto de arriba). 
Uno se pregunta: "era necesario?".



EPILOGO

Hoy apenas tenemos una vaga idea de lo que fue Detail Cars, y ni sabemos si terminó absorbida por una corporación, fundida o fabricando autitos en China con otro nombre.
Tenemos sólo una modesta teoría que podemos adivinar analizando los autitos en su contexto temporal.
Los autitos son irrepetibles, cada uno encierra detalles, esmeros, esfuerzos e historias que se desdibujan con el pasar de los años.
Es que treinta años después, sólo quedan los autitos y las historias, esfuerzos y demás, pasaron a la historia.



Los idiotas se preguntan si tanto esfuerzo fue necesario.
Creo que sí, fue justo y necesario.
Aunque hayan perdido plata, aunque se hayan fundido o se los haya fagocitado Mattel.
Detail Cars fue un emprendimiento fantástico que nos dejó un legado de autitos increíbles, y nosotros los coleccionistas fuimos los únicos privilegiados.
Algunos valoramos al fenómeno, otros se conforman con los autitos y la mayoría va a seguir corriendo atrás del último coleccionable de moda.
Mejor así, nos dejan los Detail Cars para nosotros.
Por suerte, todavía son fáciles de conseguir, tenemos que aprovechar.



That's All Folks!



Gaucho Man
el avenido