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sábado, 21 de diciembre de 2024

dossier inédito: saludos navideños de recolectores de basura

 



FELIZ AÑO NUEVO

Una costumbre muy arraigada en estas Pampas, es que acercándose las fechas navideñas, los recolectores de basura salgan a saludar personalmente a los ciudadanos. Este saludo totalmente desinteresado consiste en entregar los mejores deseos para el año entrante, juntamente con una pequeña tarjeta, documentando dichos deseos.



Hace varios años las tarjetas eran específicas y hasta incluían algún versito alusivo.
Recuerdo algunas como “con frio o con calor, su seguro servidor…” (noten aquí la rima de “calor” con “servidor”), o algo así.
Con el tiempo esas tarjetas tan simpáticas fueron deviniendo en almanaques; imagino que fue una cuestión de practicidad: un almanaque prestará utilidad durante todo el año, y en cambio, una poesía no sirve para contar los días. En tal sentido, para el formato almanaque, las imprentas ya tienen un tamaño específico, un formato determinado y hasta una selección de fotos disponibles, de modo que el interesado solo debe elegir motivo que más le guste.

fuente internet

Volviendo al basurero, se presentaba el tipo en casa y entregaba la dichosa tarjetita pidiendo a cambio alguna colaboración desinteresada y sin compromiso.
La primera sospecha era de la autenticidad del individuo, porque muchas veces era un impostor que manoteaba una bolsa de basura, del propio basurero y gestionaba la tarjeta.
En rigor de verdad uno debía entregar algo, aunque si era un impostor, la bolsita de basura aparecía abandonada, desparramada unos metros más allá.
Entonces uno se avivaba y sólo entregaba el óvolo cuando venían con el camión recolector.
Y aunque uno supiera que era una práctica extorsiva, que estos tipos venían cuando querían, que cuando venían, nunca pasaban a horario, que apenas recolectaban la mitad de la basura y desparramaban el resto, uno debía entregar la dádiva, porque en caso contrario, quedaba bien claro que sabían dónde uno vivía, y siempre quedaba el temor de que la basura no fuera recolectada durante todo el año siguiente, o que los basureros hicieran el achique en la puerta de la casa de uno (o en la misma puerta).

fuente internet

Para los que no saben, el achique es una práctica efectuada por los recolectores para ahorrar los tiempos y manejo del camión, consiste en mandar un operador adelantado que amontone las bolsas de toda la cuadra en un montículo unificado, de modo que facilite y agilice el circuito del camión, que en vez de hacer cuarenta paradas en una cuadra, deba detenerse sólo una vez frente al achique. Considerando que el achique puede ser una montaña de un metro de alto y cuatro o cinco metros de largo, se entiende que no es una práctica higiénica y está expresamente prohibida en el Manual de Buenas Prácticas del Buen Basurero, pero como tantas otras cosas en nuestro país, esa prohibición no significa absolutamente nada.

fuente internet, notar año 1962

Hace unos días poniendo orden en mi biblioteca encontré algunas tarjetas que vine atesorando en los últimos años.
Lamentablemente la modesta cantidad no alcanza para catalogarla como colección, pero de todos modos es una interesante selección que permite apreciar el fenómeno y una parte de su evolución vamos por partes en forma más o menos cronológica.

A partir de acá, vamos por las tarjetas mías.

Acá, está la tarjeta de los muchachos del Camión 734, año 2012.



En realidad, podemos inferir que los del Camión 734, copiaron la tarjeta de los muchachos del Camión 707 , notar que ya en 2009 ya estaban usufructuando el formato.



Y parece que les dio resultado, porque lo siguieron usando en 2014.
Cinco años para amortizar una tarjeta, no está nada mal.



Quizás acá esté la clave de la amortización: Quitaron el número de la tarjeta y distribuyeron franquicias, se ve que el negocio prosperaba.



En 2015 se profesionalizó la franquicia, estrenaron un  nuevo diseño, aunque parece que ningún muchacho se avino a declarar el número de camión.



Para hacerlo menos evidente, en 2019 reformularon nuevamente el formato, sin mención al camión.
De todos modos, ya desde el texto se declaran "amigos", no es poca cosa. Viva la amistad!
(quizás pretendieran usar las mismas tarjetas para el día del amigo)



Se ve que la práctica hizo escuela y se fue extendiendo a otros rubros.
Acá abajo, una tarjeta usufructuada por el Gremio de Carteros.



También tengo estas tarjetas monocromáticas en rojo.
No tienen fecha ni almanaque, por lo que no puedo rastrear el año, sólo puedo asegurar que fueron distribuidas en algún momento de los últimos 25 años.
Lo interesante es que aluden a un Día del Recolector, aunque no aclaran la fecha.
También recomiendan no ensuciarse con droga.
Y se identifican como Muchachos del Camión Autorizado.



Se ve que la campaña de usar droga limpia dio buen resultado porque decideron repetir la campaña.
En verdad, repitieron y redoblaron, noten que ya no era un Día de Recolector, sino una Semana del Recolector.
Aplicando Regla de Tres Simple, imagino que la droga estaba siete veces más limpia.



Acá abajo, otra tarjeta sin año, aunque de diseño absolutamente clásico.
Aunque tampoco indica el número del camión.



Y me quedo con el versito:

Que Navidad y Año Nuevo
Les traiga mil bendiciones
Pletórico de canciones
Risa, música e ilusiones





Actualización de último momento, estaba en mi casa, disfrutando de la mañana dominguera, y me tocaron el timbre, con un camión recolector por detrás.
Sin chistar, entregué mi óvolo anual y recibí a cambio otra tarjeta que se agrega a mi colección:



Como pueden ver, no menciona número de camión , pero denota un gran esfuerzo de producción personalizada: tiene el logo de la municipalidad, y un camión (marca Iveco) customizado a rabiar.
Como si esto fuera poco, en el reverso incluye un práctico almanaque, de sistema gregoriano, para seguir, día a día, las alternativas del año:


 
(notar la leyenda malvinera en el borde superior)

Repasando lo escrito, puedo asegurar que este almanaque es lo único de todo el post que puede tener alguna aplicación práctica.
Sugiero cortar y pegar en una hoja tamaño A4 o similar, para poder imprimier y pegar en la heladera, fr modo que lo tengan a la vista durante los próximos doce meses.
Algún día me lo van a agradecer.




That’s All Folks!




Gaucho Man
el basurero





martes, 10 de diciembre de 2024

ford sierra coupe - guisval 1/43





Toc toc!
Ortega golpeó la puerta, sin muchas ganas.
- Adelante! -se escuchó la voz nasal de Gasset.
El ambiente estaba oscuro y tan desordenado como siempre, pero Ortega fue invadido por una asfixiante atmósfera con olor a caca de gato.
- Qué es ese olor? dónde está usted que no lo veo? -preguntó Ortega-.
- Acá abajo -respondió Gasset-, limpiando bosta.
La mirada de Ortega debió ser muy inquisitiva porque Gasset debió seguir explicando.



- Se acuerda que traje un gato para que me coma las ratas? Ahora por la mañana, no solo encuentro caca de rata, sino también caca de gato. Voy a tener que hacer algo urgente.
Ortega traía un autito pero consideró que no era oportuno sacarlo del bolsillo. Se sentó en un banquito desde donde podía mirar el generoso traste de Gasset, que seguía limpiando la porquería del piso.
- Hace rato que no tengo novedades suyas. Cuénteme en qué anda -aulló Gasset sin dejar su ingrata tarea-.
- Estoy con parálisis paradigmática -dijo Ortega en voz baja.
- No se me va a deprimir ahora -dijo Gasset mientras se agarraba de una mesa para ponerse de pie, y agregó tratando de sacarse el olor mierdoso de la nariz-, piense que estamos en primavera.



Ortega todavía tenía la mano en el bolsillo y tocaba el autito. Gasset lo interrumpió.
- Pónganse a escribir algo de lo que a usted le gusta y se va a poner mejor.
Ortega le respondió sin siquiera devolverle la mirada.
- Qué difícil se me hace el blog!
Gasset lo vio tan indefenso que solo atinó a abrazarlo. Se limpió las manos en el pantalón y se acercó con pasos bamboleantes para abrazar a su amigo, que al sentir el olor y las manotas de Gasset en la espalda, trató de desembarazarse del abrazo.
Aún forcejeando contra el inmundo abrazo, Ortega continuó.
- ... es la falta de tiempo, me gusta escribir la historia de cada auto, pero lleva tiempo recopilar y no caer en algo ya hecho.
Gasset, emocionado por la pena del amigo, le propinó contundentes palmadas en la espalda.
- Vamos amigo, piense que la internet no espera -se puso de pie señalando algún punto cardinal con aires de prócer exaltado-.
 La internet tiene memoria. Cada post es un capítulo de su libro, su historia queda para la posteridad.

Su perfil parecía extraído de alguna moneda antigua.
- Qué tiene de bueno hoy?
Ortega sacó la mano, abrió los dedos y dejó a la vista a una magnífica reproducción...







EL AUTITO DE ORTEGA

Ortega y Gasset dedican este post al amigo Antonio, decano del blog, prócer del coleccionismo, e influencer de nuestro aburrido colectivo. Algún día, nuestros blogs serán como el de él.
Es que más allá del indiscutible mérito de Antonio, quizás éste autito le traiga recuerdos.
No voy a hablar de un Antonio infante, vestido con pantalones cortos jugando con este Sierra, arrodillado en la vereda, pero seguramente lo miró con curiosidad en los noventa, en la vidriera de algún comercio.

El modelo es de Guisval, comprado en 1998.
Del ChatGTP pude enterarme que la empresa Guisval fue fundada en 1962 en Ibi, Alicante, y que el nombre "Guisval" proviene de la combinar los nombres de sus fundadores: Vicente Guill y Manuel Valero.
Aparentemente, Guisval siguió un derrotero similar al de Bburago, debatiéndose siempre entre el mercado juguetero y el incipiente nicho coleccionista que se iba conformando en esos años.



Y un dato interesante: este Ford Sierra fue lanzado en 1983, apenas un año después que el homólogo de tamaño natural.
Dejando de lado las limitaciones tecnológicas de esos años, podemos clasificarlo como un juguete con aspiraciones.
La escala, proporciones, y hasta el modelo elegido (que entiendo que no estaba disponible en Europa), apuntan a un mercado específico, aunque en vías de desarrollo.
Las puertas aperturables y las ruedas tipo Superfast apuntan más al mercado juguetero.

Lo que más sorprende es la finura del metal, con un espesor casi impensable que le da una apariencia frágil. Parece tener menos metal que un 1/64.
Como comentaba, tiene las puertas aperturables, aunque la prudencia me indicó no tocar ni forzar los ténues paneles. Ya he tenido una mala experiencia con un BMW de Guisval atacado por la peste del Zamak.


 
Las ventanas muestran un interior apenas esquemático, en plástico rojo.
De todos modos, sorprende con la guantera demarcada en el tablero, frente al asiento del acompañante.



Lo interesante es que ese mismo plástico interior, presta su color a las luces traseras, el sistema Majorette que también hemos visto en Bburagos y quizás en algún Buby de las últimas hornadas.
El único problema de este método es que condiciona a fabricar el modelo con asientos e interior rojo, no quiero imaginar luces traseras hechas con el plástico de un interior verde o azul.



Para las luces delanteras, repite el esquema, usando extensiones del plástico transparente.



Finalmente, agrandando las dos últimas fotos, los años han dejado su pátina en la pintura.
Podemos culpar a Guisval o al fabricante de la pintura, pero quién se iba a imaginar que alguien podía guardar este autito durante 40 años? 
Ni siquiera Ortega hubiera sido capaz de tanto!



That's All Folks!



Gaucho Man
el devenido