AFRICA MÍA
Hace unos días mi hijo tuvo la oportunidad de hacer un viaje a Kenia que queda casi en el medio del continente africano. Por las filmaciones que vi es un lugar muy similar a Argentina, con mucha pobreza y también con unos pocos tipos que tienen toda la plata concentrada.
También tienen muchos parques nacionales con animales en estado salvaje.
Vi hipopótamos, elefantes, rinocerontes, camellos (!?), monos, hienas, leones y no sé si algún otro que no recuerdo.
El paseo por excelencia es el safari, te llevan en avión y te dejan por un día en un bungalow o carpa en medio de la savana.
Mi hijo tuvo la suerte de ir a cuatro safaris, en dos parques nacionales distintos, ahí les mando alguna foto.
Noten que mi hijo iba como turista, pero su principal misión era probar la adaptabilidad de los alfajores quilmeños Capitán del Espacio a las duras condiciones africanas.
Por lo que me decía mi hijo, los autos que más se ven Toyotas y Nissan. En los safaris gana Toyota, y acá empieza lo que quería contarles.
KENIA, MON AMOUR
A la hora de traerle un regalo al padre, el nene buscó autitos autóctonos y el único autito que encontró fue este qué les comparto.
Los que me conocen saben de mi incondicional aprecio y respeto por el trabajo manual y por los artesanos.
En tal sentido les comparto una miniatura diferente. Acá no hay escala, no hay marca, no hay modelo, no hay fabricante, no hay diecast.
Se trata de un auténtico souvenir traído de Kenia hecho a mano por algún artesano sin nombre.
El material es una humilde hojalata.
EL DISCRETO ENCANTO DE LO ARTESANAL
Las ruedas están hechas de un material más ignoto aún qué el mismo fabricante debió redondear, quizás torneando o simplemente a mano.
Me sorprende que no hayan usado rodajas de palo de escoba, pero quizás no tenían ni siquiera eso, tampoco sé si se usa el palo de escoba en ese lugar.
Noten sobre la parte delantera del techo, una baca para equipaje hecha de alambre.
La rueda de auxilio trasera, igual a las otras cuatro.
Más allá del estridente estilo Daktari, la decoración tiene algunas particularidades jamás imaginadas en la aldea de Wamelú.
Se incluye una vigneta de jirafas sobre el capot y otra vigneta aún más enigmática en la porción trasera del techo.
También hay algunas inscripciones, igualmente enigmáticas, seguramente en el idioma swagili.
Y no puedo saber si esas inscripciones en capot y techo aluden a la empresa de safaris, el negocio de artesanías o la firma del artesano fabricante.
El detalle más interesante es el techo levantable.
Recuerden que, aunque con menos glamour, esta es una shooting brake, es decir un vehículo para alcanzar animales en movimiento.
El cazador, u observador, para que no tenga que matar animales, se para sobre los asientos, levanta el techo y procede a realizar su labor (vean una de las fotos de safari, la camioneta con el techo abierto).
Como pueden ver, hay un techito levantable. Abriendo el panel se tiene acceso a un modesto y esquemático interior, en el cual no faltan unas butacas hechas con la misma hojalata del producto.
Me sorprende tanta chapa y tan poca madera.
La delantera también está decorada a mano, hay unos números que pueden ser la patente, apta para chicatos o para mirar de lejos.
Las luces también están pintadas sobre la chapa.
El paragolpes es una pieza de chapa aparte.
Los transparentes están tomados de algún envase de polietileno con tonalidad celeste.
Hay mucho trabajo ahí.
EPÍLOGO PANFLETARIO
No sé cuál es el verdadero móvil de la artesanía, qué motiva a un artesano a replicar semejante vehículo. Puedo asegurar que son bastante alejados del folklore del lugar, sería más esperable una reproducción de una jirafa o un elefante que un simil de Land Rover o Land Cruiser.
Tampoco sé en qué condiciones se lleva adelante la labor, quién lo hace o con qué presión trabaja. Puedo apreciar mucho esmero. Las humildes ruedas redondeadas a pulmón, la modesta pintura Daktari o el techo aperturable, todo hecho a mano y con materiales domésticos, agregan una incuestionable dificultad a un trabajo que difícilmente sea apreciado alguna vez como se lo merece.
No imagino cuánto tiempo de trabajo resume este aparato, puedo estimar una serie de cuatro o cinco unidades completadas en una semana, pero es apenas una estimación.
Y cuál es el precio de este trabajo?
Diez dólares, lo que cuesta cualquier coleccionable; para el juntador de curiosidades o souvenires, es un regalo.
Del otro lado del mostrador, me pregunto cuántos intermediarios hay, como para entender cuánto le llega al trabajador por esos cinco modelos que hizo en la semana.
Finalmente, si bien no es mi costumbre tocar estos temas, les dejo una foto de Kibera, la mayor villa de Kenia (segunda de África), una pequeña jungla humana en medio de África.
No voy a aburrirlos con estadísticas de densidad, ingreso anual o porcentajes de población. Como para que se entienda la pobreza del lugar, les comento que es todo piso de barro y que hay "garages de zapatos" en las entradas, es un local donde cada uno que entra o sale de la villa cambia su calzado, dejando el "limpio" para salir fuera y el "sucio" para andar por la villa.
crédito foto: https://www.heraldo.es/noticias/internacional/2016/09/13/turismo-pobreza-nairobi-entre-conciencia-social-espectaculo-1055516-306.html
No puedo asegurar que este modelo venga de ese lugar, pero sí puedo asumir que más de un artesano vive en esta villa.
Quizás estos últimos párrafos marquen un encuadre que ayude a entender el valor que tiene este bicho en mi poder.
That's All Folks!
Gaucho Man
el selvático
Hakuna Matata viene a significar "no hay problema, se feliz y no te preocupes", lo sé por la peli del Rey León, por cierto a juzgar por la foto quien lo fuera, jeje.
ResponderBorrarArusha es una region y una ciudad de Tanzania, la primera palabra no acierto a leerla del todo.
Tal vez sea la miniatura más exótica de tu colección
Genial, gracias por el dato, contamos con la asistencia ligüistica de Disney Channel, jej!
BorrarEspero que esta gente de Kenia también haya visto la misma película (sería interesante ver qué opinaron, es como si yo mirara una producción de Disney sobre gauchos y campo argentino).
El incuestionable valor de la carencia.
ResponderBorrarLejos de romantizar la pobreza (Algo que en éste bendito suelo se usó para cagar de hambre gente bajo el título de pobre pero honrado, la nobleza del pobre y un largo etcétera) EXISTE ése carácter humano fundamental que se expresa en estado puro.
En ese estadío primitivo forzado, se puede ver a personas que tienen la misma cantidad de vidas que nosotros pero a la fuerza más cortas.
Donde a fuerza de ingenio tratan de tener una existencia digna o al menos expresar eso que nos hace humanos.
Volviendo al valor de éstos objetos, trae a mi memoria el comentario de un señor que hacía caravanas solidarias en 4x4 al norte del país, llevando a gente humilde que vivía perdida en algún paraje inhóspito ayuda en forma de alimentos, ropa, y demás.
En una de ésas caravanas el asombro fué ver a un niño con unas ojotas hechas a puro ingenio: La suela era un recorte de la banda de rodamiento de un neumático y las tiras eras recortes delgados también de neumáticos que se unían a la suela pasando por una perforación agustada y un nudo para que no se salga.
Lógicamente le regalaron calzado a ése niño, pero lo curioso es que uno de la caravana quería intercambiar el calzado por la ojota, para traerla de recuerdo.
No hubo forma.
El niño lloraba desconsoladamente ni bien alguien tomaba su ojota.
Quizá fué testigo del trabajo que dió construirla? Quizá sea la forma material del amor de sus padres que no tiene precio?
Al ver el modelo sinceramente todo lo que leería ya lo sabía de antemano y ya sabemos que su calidad es secundaria.
Su valor es su testimonio, es un pasaje al espacio para vernos de arriba y notar que hay diferencia inexplicables en pleno siglo XXI. Donde hay gente que tira a la basura lo que no se rompió y gente con zapatos para el barro que debe pisar hasta su tapera.
Es un modelo profundo, conociéndolo como lo conozco, seguramente estuvo haciendo reflexiones sobre el mismo un buen rato.
Felicitaciones a junior por comer alfajor con los leones culeando. Aunque me inquieta que se me aparezca en el dormitorio a las 2 AM con un alfajor y una reposera. Más cuando sería lo más parecido a merendar con el televisor apagado.
Uno no se da cuenta qué tan alejado está del otro mundo hasta que recibe semejante baldazo de realidad.
BorrarNo fue mi intención exponerla, simplemente se impuso por peso propio, sin necesidad de exagerar ni empujar.
Tenemos una deuda pendiente, no como coleccionistas, sino como humanos, aunque también tenemos nuestra cuota de pobreza pendiente, acechando.
Dios se apiade del hombre, lo vamos a necesitar, quizás más pronto de lo que pensamos.
Gaucho, claro que es artesanía del lugar el representar un Land Rover... son parte de su día a día, aparte representan una industria que les aporta fondos por la vía del trabajo.
ResponderBorrarEs un precioso recuerdo, yo ya sabía de los modelos de juguete que replican los artesanos africanos, son gente muy dotada que con lo que pillan te hacen grandes trabajos.
Fíjate que han llegado a hacer helicópteros que despegan con motores de moto, yo lo veía y no lo creía!
Una suerte lo de tu hijo, dicen que África es peligrosa por que sobre todo te atrapa y ya no puedes dejarla ir. Es fascinante en todo caso, pero a mi particularmente nunca me atrajo ir (y la tengo cerca relativamente). Lo más que estuve fue en Ceuta, la ciudad española enclavada en Marruecos. Pero eso casi ni se puede decir que sea África.
Guarda bien el cochecito, es una "monada"!
Gracias por tus comentarios.
BorrarEn lo personal, el safari agreste no me seduce ni un poquito.
Soy rata de ciudad y me gusta meterme en cualquier lugar, pero siempre con una cuota de cemento bajo los zapatos.
Y si es posible, que sea un lugar viejo, con casas, edificios y veredas antiguas (amé Roma).
Africa no es mi target.
Admito que tienen mucha mano para la mecánica (también he visto videos increíbles), copias, reparaciones y creaciones propias, todo en condiciones francamente desfavorables, se ve que tienen mucha necesidad de levantar cabeza.
Se vienen tiempos ocuros para los occidentales, ojalá eso les de un paréntesis para recuperar espacio.
Bien por el souvenir y bien por tu hijo que anduvo por allá. Que gran experiencia con todo y sus riesgos.
ResponderBorrarYo también soy como rata de ciudad, difícilmente me sacan del habitat..
Es más lindo en la ciudad, con cemento bajo los pies, inodoro con bidet y wifi.
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