
TODO EN SU MEDIDA Y ARMONIOSAMENTE
Hace unos años yo profetizaba que la vida del coleccionista tenía un antes y un después de la primera vitrina.
En la primera vitrina, el coleccionista juntaba todo lo que venía acumulando bajo el pretencioso título de "colección".
El resultado no mentía, era una calificación explícita del nivel de coherencia temática, escalar, o lo que fuere.
En ese momento, el coleccionista sabía que había piezas que debían quedar y otras que debían salir de la colección.
También profetizaba que este fenómeno podía repetirse varias veces al año.

Seguramente recuerdan un post anterior , allá por setiembre en el que mostraba mis avances tras las obras de pintura en mi casa.
Aunque no crean, el trabajo de restituir las cosas a su lugar, aún sigue sin terminar.

Precisamente, en estos días estuve armando vitrinas y nuevamente transcurrí por esa cuestión.

Como siempre (y como todos, según creo) el factor limitante es el espacio.
Las matemáticas no engañan, no es posible poner autitos donde no hay lugar.
En mi caso particular, mis colecciones de autos nacionales civiles y autos nacionales deportivos se vieron engrosadas por los coleccionables de kiosko, y en algún caso por mis manualidades.
Aproveché para sacar una orda de Lamborghinis, y los camiones y buses que esperarán tiempos más propicios.

El tema es que pese a la poda temática, igualmente tuve que seleccionar modelos que quedarían y modelos que deberán esperar.
La batalla más reñida fue de los TC.
Yo ya tenía un variado muestrario de TC, algunos artesanales, otros incunables de nuestra vieja industria juguetera. Todos modelos perfectibles pero con mucha carga emocional, con el sabor de las cosas que no volverán.
Ahora están los coleccionables, con un nivel de perfección capaz de humillar a cualquier juguete o modelo artesanal.

La decisión fue difícil pero opté por dejar los coleccionables afuera, al menos la gran mayoría.
En algunos casos mantuve varias representaciones del mismo modelo, más que nada para apreciar las diferencias (sobre todo en Truenos y Liebres).

También dejé espacios en blanco, esperando futuros modelos que vengan a completar las vitrinas.
Otra cosa, no sé si notaron el auspicio de Coca Cola para las nuevas vitrinas.
LAS COSAS EN SU LUGAR
Como verán, las vitrinas están en el living de mi casa.
El espacio es muy limitado y los autitos comparten lugar con otros efectos familiares, desde álbumes de fotos hasta música o literaturas varias, pasando por adornos, cuadritos y/o esos cajones de mimbre que guardan cualquier cosa.
Podría mandar todo a otra habitación y meter tres o cuatro vitrinas más, pero la verdad es que no quiero transformar al living en un museo de miniaturas.
Sería causal de divorcio.
COMING SOON

No podía dejar este soporífero dossier sin compartirles los proyectos en camino.
El colorado (Baufer Cheetah) está detenido a la búsqueda de un parabrisas, y de un color adecuado.
El amarillo (Formisano Aranzana) está en gestión de calcos, créanme que le falta muy poco.

Los otros dos (Formisano Camello y Avante) están en proceso y tomarán algunos meses todavía.
Para despedirme, les mando una foto de mi banco de trabajo.

Gaucho Man
el indeciso