mientras tanto (moto 2)

 




MI REINO POR UNA MOTO

Yo he tenido moto y me he manejado sobre dos ruedas unos años, cuando era muy joven.
Mi conclusión final es que la moto tiene muchas desventajas y una sóla gran ventaja, veamos.



De la seguridad el argumento número uno es que en la moto, la carrocería es el cuerpo de uno, el peligro y todo ese rollo. Podemos asegurar que todo eso es verdadero, pero también es cierto que el motociclista es consciente del peligro y lo toma como un riesgo calculado. Por otra parte, manejo periódicamente a Capital en mi auto y puedo asegurar que muchos motociclistas desafían la creatividad del automovilista, y también a la suerte.
Obviamente, esos tipos no tienen nada que ver con los que tienen su moto para salir a beber el viento de la carretera.



Otras sensaciones que he experimentado en mis tiempos de moto fue el humo de los escapes, el ruido callejero (bocinazos, aceleradas, escapes libres y otras delicias).



A esto agrego los avatares meteorológicos, léase lluvia y frío, y no olvidemos que el piso mojado también es factor conspirante contra la seguridad.




El smog es una pátina grasosa que tiñe casco, ropa y piel. El motociclista siempre llega tiznado, despeinado, embarrado o mojado, aunque lleve ropa adecuada.




Si bien hay cascos insonorizados con interfonos, no creo que aseguren la comunicación con el pasajero.
Nos queda la radio, pero no creo que la acústica sea demasiado benévola.

Y la ventaja?
Andar en moto, simplemente eso.
Beber el viento, tomar una curva inclinado, acelerar.
Son sensaciones incomparables, que ningún auto puede siquiera emular.
Tachemos la palabra "simplemente".
Por todas estas desventajas, y además por mi edad, es muy probable que yo no vuelva a manejar una moto en los próximos 60 años.
Esa posición no quita mi gusto por el diseño y la ingeniería de algunas motos, que muchas de ellas califican como expresión artística, por no mencionar el milagro tecnológico.
Las fotos que les presento son tomadas por mi mismo, en mis periplos capitalinos.
Imagino que muchas de ellas son moneda común en países más desarrollados, pero en estas pampas subdesarrolladas, alcanzan categoría de milagro y sorprenden tanto como una aparición sobrenatural.


Mientras tanto, en Corrientes y Paraná, vean esta foto.
Una es una moto común y corriente, cilindrada medio/baja.
La otra es una moto culona.



En realidad es un scooter hiper desarrollado con esteroides.
El volumen de la trasera es el baúl, con capacidad para dos cascos y seguramente algo más.

RECREO




FIN DEL RECREO


Mientras tanto, en Palermo, alguien se había olvidado esta Aprilia Tuono V4 1100 RF.
1077 cc, 175 CV .





Una herramienta para correr, sólo apta para profesionales, tipos con experiencia.






Mientras tanto, en Paseo Colón y Venezuela, el destino adornó mi paso con esta máquina.



No me creen? Miren estos acercamientos:



Es una MV Agusta Dragster, 798 cc de pura moto italiana, en 3 cilindros, 110 hp



  




Mientras tanto, en la vereda de la calle Corrientes, tuve esta visión.
La primera visión de esta escena me mostró dos motos, de modo que hasta podían confundirse una con otra.



Una segunda mirada, me permitió ver que las ruedas de una se veían más musculosas. Luego el carenado. La rueda trasera tomada de un sólo lado. Y la insolencia del escape. Cosa seria.



Cuando me acerqué, pude ver que se trataba de una Ducati.
En la web me enteré que era una Ducati 1199 Panigale, 1285 cc, 195 bhp (el doble de lo que ostenta mi VW Up!) y casi 290 kph de máxima.
Todo eso es sorprendente, pero lo que más me impactó fue el reducido tamaño, tan chiquita que  estacionada al lado de la otra moto, ni se notaba...




Quise buscar una ficha como para comparar la Ducati con la Aprilia y a MV Agusta, me interesaban performance, peso y tamaño, pero en ningún caso pude reunir todos los guarismos necesarios.
Otra vez será.



That's All Folks!



Gaucho Man
el motociclista