El Señor Jodos había sido gerente de planta de una conocida fábrica hasta que cerró y se quedó sin empleo.
Cuando se le acababan las alternativas para sobrevivir, echó mano a su hobby con la esperanza de ganar algunos pesos.
El hombre había sido coleccionista de modelos y modelista en momentos libres.
Cuando lo conocí estaba haciendo cupecitas de TC que vendía en algunos negocios exclusivos de Capital (con precios alrededor de los cien dólares en esa época de cambio uno a uno) o directamente a algunos coleccionistas grosos de Capital.
El hombre trabajaba una mezcla de metales que fundía a poca temperatura y tenía un amigo chapista que se encargaba de la pintura y otro contacto que le cromaba piezas, también inyectadas por él.
Armaba las ruedas torneando las llantas en aluminio por un amigo y con gomas que había mandado a hacer a otro amigo.
Mando algunas fotos de las cupecitas de TC que formaban su catálogo, todas a escala 1/43.
Si bien tenía un pequeño stock, generalmente trabajaba a pedido.
También modificaba carrocerías de modelos comprados, haciendo lujosas limousinas o largas camionetas.
Trabajaba en su propio departamento, en una mesa totalmente cubierta de herramientas, frascos, pinturas, pinceles, revistas y un largo etcétera.
Tenía un mueble lleno de modelos (comprados y handmade) en varias fases de desarmado y más o menos completos.
En esos días no me iba mal y pude comprarle varios modelos.
Esta relación me abrió la puerta para pasar varias horas conversando de autos y etcétera.
El hombre era muy agradable y me introdujo en la ACAMRA, de la cual les hablaré en otro momento.
También me presentó a Pablo Villareal, otro modelista groso que a veces trabajaba con él.
Pablo era otro genio por su prolijidad, método y paciencia.
Si alguna vez tienen oportunidad de conocerlo, recomiendo una conversación.
Tipo de perfil muy bajo, muy macanudo.
Mando foto de una camioneta Cadillac color blanco hecha ambulancia, escala 1/43.
También le conocí este mismo modelo pero en color negro brillante, con la cruz en el techo.
Señalo que como carrocería, chasis y a veces el interior, eran de metal, el peso de estos modelos era infernal.
Esta camioneta, sobrepasa los 300 gramos.
Esta es una Liebre de TC.
También tengo de su factura un Chevrolet de Fangio (va foto),
un Dodge Polara de TC y un Falcon de TC. Todo 1/43.
Este es un Sumbeam (si la memoria no me falla) hecho a pedido para un coleccionista, también 1/43.
Pese a tanta maravilla, las finanzas de Jodos no iban muy bien.
Con el tema de las cupecitas había saturado el mercado y después de una época de efervescencia, no tenía demasiado movimiento.
Era una época de malaria (hace unos doce años ya).
Repentinamente yo también me quedé sin trabajo y Jodos me invitó a trabajar con él, mientras buscaba trabajo.
Por esos días tuvo una inspiración para empezar a armar viejos colectivos porteños.
Sin trabajo, con todo el tiempo libre, pude vivir el proyecto desde el comienzo.
Puedo decir que fue una gran escuela.
Para no aburrirlos con detalles, mando copia de los colectivos armados.
Estas joyas estaban pintadas con pintura bicapa, decorados a mano, con interior forrado en madera y todos los detalles en 1/43.
Trompa y techo en metal, laterales de aluminio, ruedas e interior de resina.
El precio estaba en los USD 250, en épocas de uno-uno.
Lamentablemente nunca me alcanzó el presupuesto para comprar ninguno.
Hacia esos días, mi productividad en el taller iba para abajo y Jodos me sugirió que busque otro camino.
Yo sé que de alguna manera me estaba echando, pero muy de frente, con honestidad -y si cabe- buena onda.
No pude enojarme entonces y mucho menos me enojo ahora.
Yo dejé el taller y luego conseguí trabajo nuevamente (aún estoy en la misma empresa desde entonces).
Así dejé de frecuentar a Jodos, excepto por algún llamado telefónico ocasional.
De todos modos, mando fotos de un trolebús que encontré en una exposición, que según entendí es salido de su taller.
Como siempre y como todo, escala 1/43.
Tiempo después me enteré por un comerciante, conocido común de ambos, que Jodos estaba muy enfermo.
Lo llamé por teléfono inmediatamente y tras el saludo de rutina, Jodos me dijo "Tengo cancer en el pancreas, me voy a morir".
En mi estupidez le dije que no, que todo mejoraría y todo lo que se le dice a una persona enferma.
Esa misma semana tuvieron que internarlo y ya no volvió a su casa.
En fin, la historia es triste, y a veces la vida también.
Vaya esta pequeña y necesariamente incompleta reseña como humilde homenaje a un gran artista, pero sobre todo un gran hombre.
Si se quedaron con ganas, los invito al blog de
Pablo Leonardi que tiene un excelente post sobre este Señor.
That's All Folks!
Gaucho Man
el equánime