Lamentablemente, aunque lo siga extendiendo,
siempre va a estar incompleto.
En cualquier caso doy por terminada mi parte.
Y los invito a ustedes a agregar sus partes.
El Oficio de ser Coleccionista y la Insoportable Levedad de los Autitos
Si Usted es de los que piensa que el coleccionismo es una actividad comparable a cualquier otra (buceo submarino o repostería, sólo por citar dos ejemplos) ha llegado el momento de enterarse de su ignorancia y desasnarse de una vez para todas.
Aventúrese por los siguientes párrafos y comprobará lo fácil que es darme la razón.
Tener presente que estas ideas fueron escritas pensando en coleccionismo de autitos pero seguramente aplican a otros coleccionismos (por ejemplo de mates o de novias).
Pero si no sigue leyendo se va a quedar con la duda.
Generalidades
El coleccionista de autitos vive la vida en escala.
Cada vehículo que ve por la calle es una referencia a su homólogo en tamaño reducido.
Uno comienza recitando para uno mismo "lo tengo, lo tengo, no lo tengo, lo tengo de otro color, lo tengo pero en versión coupe..." y generalmente termina "tengo que tenerlo, quiero tenerlo y quiero que sea ahora!"
Tiempos
No se puede ser coleccionista una vez cada siete días o solamente en ciertas ocasiones.
El coleccionismo es una actividad full time, el coleccionista ejerce su hobbie siete días a la semana, 24 horas al día.
El objeto de deseo
Como bien dijo el Cabo Reyes, el coleccionista siempre está enfocado en el próximo modelo, ese que todavía no tiene.
Aunque el coleccionista sabe que no hay modelo perfecto,
el próximo modelo siempre tiene cierta aura de perfección,
quizá porque en muchos casos el modelo es imaginario o simplemente porque aún no hubo contacto entre el modelo y el coleccionista.
Pero aunque no haya modelo perfecto, aunque el próximo modelo ni siquiera tenga identidad,
no es excusa ni motivo para dejar de buscar.
Por el contrario, esta duda primordial será el impulso para intensificar la búsqueda,
para acercarse tanto como sea posible a ese modelo ejemplar-único-casi perfecto, que quita el sueño.
El coleccionista sufre por autos que nunca tendrán su modelo a escala,
pobres autos condenados al olvido, a un eterno ausente en la lista de asistencia a la colección.
Sabe que son autos huérfanos, pero nunca deja de buscar un modelo que se le asemeje, que esté en otra escala o que permita una personalización.
De todos modos, el coleccionista quiere lo que tiene.
Y es un largo camino para aprender a no frustrarse por lo que no tiene, por esa colección condenada a estar siempre incompleta
(recordar que por definición, las colecciones siempre están incompletas, la colección completa esta muerta).
La cacería
El coleccionista no pierde oportunidad de buscar nuevos modelos para anexar a la colección.
Cualquier salida, paseo, vacación, es una excusa u oportunidad para encontrar nuevos modelos.
La mayoría de las veces el coleccionista no encontrará lo que busca y volverá a su casa triste y resignado.
Esto no es obstáculo para repetir la búsqueda en el mismo lugar, al día siguiente,
por si hubiera aparecido alguna novedad (o esa misma noche, si fuera posible).
Es común la resignación en los supermercados, negocios especializados, o puestos de venta (reales o virtuales).
Se da y repite un ciclo de entusiasmo, optimismo, suspenso, tristeza y resignación al descubrir que no hay nada que se parezca -aunque sea remotamente- a la pieza buscada.
La madurez
El coleccionista entiende a los modelos,
sabe buscar lo bueno de todos y cada uno.
Sabe que todos los modelos tienen algo especial que los hace únicos:
+ En el vehículo que representan
+ En la calidad y detalle de manufactura
+ En la antigüedad de la pieza
+ En el valor afectivo
+ En cualquier combinación de estos factores
Todo modelo tiene su alma escondida y sólo el coleccionista es capaz de descubrirla.
El coleccionista social
Después de entender los modelos, el coleccionista debe entender a los otros coleccionistas.
Sabe que tras cada modelo hay un coleccionista.
Sabe que hay tantas formas de coleccionar como coleccionistas.
Y aunque en su fibra mas profunda reniega de las otras colecciones (por temática, objeto, escala, o simplemente por la cara del otro coleccionista), sabe que en su corazón debe haber amplitud para todos.
Entonces, cuando viene un colega y le muestra una pieza, el coleccionista debe comprender al fenómeno pieza-coleccionista como una unidad, un conjunto persona-pieza que hasta obedece a una irrepetible circunstancia espacio-tiempo.
El coleccionista mirará a la pieza y al tipo que sonríe detrás de ella y dirá "qué bien resuelto que está, me alegra que puedas agregarla a tu colección".
Y será sincero, seguramente.
Una situación que se presenta a menudo es la decisión de una nueva compra,
que generalmente va en contra de la economía y en algunos casos, también de la lógica.
Es que, sobre todo en estos tiempos de austeridad,
el coleccionismo pasa a ser un delicado juego para mantener el equilibrio gasto/ahorro,
teniendo en cuenta que muchas veces el gasto en el hobbie va contra el ahorro/bienestar de la familia.
Indumentaria y proyectos a largo plazo, son las primeras cuentas que ven mermar su presupuesto.
Es común ver coleccionistas con la ropa gastada y calzado viejo cuyas colecciones tienen un valor mucho más alto que el costo de reposición de la ropa que les falta.
El coleccionista que está en familia o en pareja, debe ser muy cauto para mantener la colección sin descuidar la familia y viceversa.
Muchas veces se rompen relaciones y el coleccionista exhibe su nuevo estado civil con una mezcla de orgullo y vergüenza, como si fuera una herida de guerra.
Final feliz
Tanto sufrir por los modelos no imperfectos, los autos huérfanos, los modelos que no se consiguen o no existen, los presupuestos insolventes, las parejas enojadas y/o alejadas, tanto sufrir, tiene premio en un momento único e irrepetible.
Es cuando el coleccionista hace una pequeña pausa en su vida activa, se prepara un café o se sirve un refrigerio,
y en la intimidad de su claustro, se queda un rato degustando de su colección,
como saboreando la visión de una amante dormida, temprano en la mañana, luego de una noche de amor y entrega.
Momento privado de mucho placer, no transferible y reservado para unos pocos.
Para todo lo demás esta la tarjeta de crédito.
That's All Folks!
Gaucho Man
el diferido
Para todo lo demás existe la tarjeta de crédito y para ésto también! Uno sigue teniendo el honor de ser citado (menos mal que no soy citado en mis otros pensamientos un tanto mas aberrantes)
ResponderBorrarEs bueno ponerse a filosofar cada tanto sobre lo que uno hace y de hace tiempo, todo es parte de darle un significado a nuestras vidas.
Cabo, lo voy a seguir citando, siempre y cuando no me cobre.
BorrarEn cuanto a esta filosofía barata, mi idea fue dejar por escrito unas líneas que explicaran dónde estamos, para qué estamos y a dónde vamos.
Ojalá sirva para algo.
Filosofemos, Don Gaucho:
ResponderBorrar*Es un oficio el coleccionismo? tengo mis dudas. Al oficio lo veo más cercano a las obligaciones que al placer. Para mi es más una válvula de escape de cualquier oficio.
*Generalidades: mi problema es que mi primer hobbie son los autos y el segundo son las miniaturas. Por eso siempre veo autos. Los reconozco en las películas, pero no se quienes son los actores...
*tiempo: 24 horas
*objeto de deseo: el mio es encontrar algo. No busco un modelo específico, solo encontrar algo: libro, revista, miniatura, película... algo.
*La cacería: cuando lo encuentro, merodeo un par de días hasta cazarlo, como disfrutando de la víctima.... (q mal q estoy)
*madurez: debo ser muy maduro porque todo me gusta.
*social: totalmente de acuerdo. Todas las colecciones son brillantes.
*final feliz: ese momento antes de irse a dormir, en q uno enciende la luz de la vitrina, para darle una última mirada a las miniaturas....
Esto de filosofear, me ha dado hambre de coleccionista. Me voya a comprar un par de libros...
Saludos Gaucho!!!!
Vasco,
BorrarYo hablo de oficio porque lo tomo con mucha seriedad, método y disciplina.
En cuanto a sus respuestas, tiene un muy bien diez, aprueba el rubro,
sobre todo en la parte de la cacería, que se aprecia el grado de perversión.
Gracias por el aprobado!!!!
BorrarCon respecto al oficio, es que yo no me considero un gran coleccionista. Tal vez, debido a que me gusta todo lo relacionado con el automovilismo, sea un simple acaparador. Creo que lo mio es bastante retorcido...
Mejor lo converso en terapia y después brindo con algún vodka o vermouth con una picadita de fiambres y quesos....
El hobbie es la válvula de escape de las personas. Recuerdo esa frase famosa que dice "de la casa al trabajo y del trabajo a la casa", que combinado con "lo más importante en la vida es el trabajo y la familia", nos dan como resultado una mentira muy grande, porque nos quieren hacer creer que esas dos cosas son "la" vida.
ResponderBorrarNosotros sabemos que no es así, que sin coleccionismo no hay vida, o al menos solo hay vida alienada. Porque se puede amar a la familia y trabajar, pero también se puede tener un hobbie que nos haga la vida más bella, que nos permita caminar e ir soñando con ese modelo que tanto deseamos. No es sano no tener un hobbie, ya sea coleccionar, escuchar música, ver deportes o lo que sea; creo que quién no tiene una distracción, y sólo vive del trabajo y la familia, puede llegar a volverse loco.
O convertirse en un nuevo Barreda.
Abrazos!
hola Juan,
Borrarparafraseando un poco más, yo diría:
"dime qué coleccionas y te diré cómo eres"
Esto es como te lo tomes... ninguna obsesión es sana para la cabeza (y no lo suele ser tampoco para el bolsillo).
ResponderBorrarSiempre digo lo mismo: prefiero gastarme el dinero en maquetas antes que en "cubatas" (una bebida alcohólica). Me encanta acechar el modelo /modelos en Ebay o es foros de compraventa, ganarlo perderlo en la subasta (emocionante!), recibirlo, sacarlo de la caja (aaaahhhhh....), evaluarlo, fotografiarlo y buscarle sitio en la vitrina. Finalmente, duerme ahí hasta que sale brevemente para ser documentado o mostrado a algún amigo, y como final de proceso se le hace su "review" para este Blog (como antiguamente lo hacía para un foro de modelismo).
Es una forma de vida. No me meto con nadie, intento no arruinarnos y a la vez hago amigos como ustedes, de España o de otros países, aprendiendo mucho de todo este proceso.
Así lo veo yo!
Un saludo Gaucho "filósofo pampero", se me hizo interesante el ensayo (y muy bien redactado).
Antonio, me gustó tu descripción de la cacería,
Borrarse ve que ya estás muy cebado, has vendido el alma al diablo.
brindo con un cubatas por los autitos!
Yo brindo también por esta común afición!
ResponderBorrarCon un cubata fresquito o un vino argentino!
Salud!
Opino lo mismo que Antonio, pero para mi una cervecita bien helada acompañada de una grande de muzzarella.
ResponderBorrarPermítanme unirme al brindis, yo segundo el vinillo argentino, mientras me deleito con las colecciones de ustedes también... esos momento de soledad frente a los modelos o cuando se llega a casa a sacar el modelo del empaque siempre tendrán su especialidad... qué buen texto Gaucho, parece un manifiesto del coleccionista... salud por estas miniaturas!!!
ResponderBorrarhola Gonzzo! bienvenido al blog.
Borraralguna vez he visitado tu blog, tienes buenas fotos y muy buenos modelos (me encantan los muñequitos y los videos).
Buenísimos puntos y reflexiones Gaucho, y de todos.
ResponderBorrarYo les voy a platicar una anécdota.. (¿ootra?) sií.. pues. Resulta que hace muchos años poco antes de casarme (92-93 aprox) venía yo de comprarme un carrito, (era un Dodge Viper 1:18 rojo) y era tanto mi gusto que cuando llego a casa, ya no llegué a mi cuarto para abrirlo, sino que saqué un destornillador no se de donde y ahí mismo en el patio de atrás me senté en el piso y me puse abrir la caja para sacarlo, verlo y curiosearlo, cuando mi madre se asoma por la puerta de la cocina, se agarra del marco y con la otra mano en la cabeza ( me parece que tuvo un Deja Vú, regresión o como le digan) y viéndome me exclama: -"! Lalo ! Qué haces ahí, parece que te estoy viendo otra vez como cuando tenías 5 años! Así te veía yo..! Parece que fúe ayer..!"-
Yo, no le presté mucha atención y solo le contesté -"¿Ah, sií? Tá bien , ta bien.."- Y seguí en lo mío. Pero ahora que me acuerdo de eso, yo solo digo que después de tanto años sigo abriendo las cajas con el mismo entusiasmo, y aunque cada vez sea más difícil lo sigo disfrutando igual o más, y creo que todos tenemos algo de eso, que es lo que nos tiene en esto y solo diferimos un poco en nuestros gustos y variantes dentro del hobbie.
Y agrego que gracias a que prácticamente las berreras de la distancia estan rotas, vemos que no somos los únicos y que no estamos tan locos después de todo, no creen ?
Saludos Gaucho y a todos !!
Fé de erratas: a abrir, tanto - tantos, berreras - barreras, Jaá !!
ResponderBorrarMANGA DE BORRACHOS!
ResponderBorrarde autitos nadie dice nada
pero cuando se trata de brindar se anotan todos!!!
y menos mal que no hablamos de mujeres
80D 80D 80D 80D 80D 80D
Es que la bebida es otro hobbie... Y muy profesional por lo que veo. Y si hablamos de mujeres, podemos hacer otro blog. (Pero no le digamos que ellas son un hobbie....)
BorrarPoco se puede agregar a lo que tan bien describiste Gaucho. Es leer cada párrafo y sentirse identificado. Yo destinaría algún apartado al sentimiento de culpa que aparece como contrapeso después de cada adquisición, cuando uno se pregunta cuántos destinos "mejores" le habría dado a esa plata, que por lo general no es poca.
ResponderBorrarPero siempre digo, prefiero estas satisfacciones de coleccionista a entrar en un casino, cosa que no hice jamás (y que quizás me estoy perdiendo...!!)
Saludos!
Señor Cruiser,
Borrareste es un encuentro de beodos que brindan amigablemente.
por favor no lo empañe con remordimientos de ningún tipo.
SALUD!
Excelente descripción!! Ahora cuando me pregunten por qué colecciono o para qué gasto esa plata ya sé que responder!
ResponderBorrarUn abrazo, Sebastián.-
Gracias Sebastián, la idea es que esto sirva para algo. Si te sirve a ti, ya tenemos la justificación nuestra de cada día.
ResponderBorrarPor cierto, bienvenido a mi blog!