
SALGO A CAMINAR POR LA CINTURA CÒSMICA DE NURBURGRING
Seguramente, con este modesto escrito me voy a ganar un montón de epítetos para mi madre, mi hermana y mi lora.
Por tal motivo, antes de empezar, quiero dejar bien aclarado que admiro a Fangio, amo al Torino y estoy orgulloso del éxito de la Misión.
Eso que los argentinos llámanos pomposamente “La Misión” no es otra cosa que la movida realizada para competir en la carrera de la Marathon de la Route, corrida en el circuito de Nurburgring en 1969.

LA HISTORIA OFICIAL
Resumiendo 84 horas de carrera podemos decir que salieron tres Torinos, dos de ellos se hicieron pelota durante la carrera y el tercero terminó recorriendo más vueltas y kilómetros que cualquier otro competidor, pero…

Pese a tan auspicioso final, el Torino fue penalizado por una serie de paradas , entre otras por un desperfecto técnico en el escape, si mal no recuerdo.
En efecto, el reglamento era un tanto curioso: por cada minuto de parada se descontaba una vuelta, un reglamento que todos aceptaban al inscribirse, incluso los argentinos.

La clasificación final fue taxativa: Con la penalización, el Torino quedaba cuarto, es decir que no ganaba.
LA OTRA HISTORIA OFICIAL
Para algunos argentinos fue una experiencia, un signo de madurez industrial y deportiva.
Recuerdo que IKA distribuyó entre sus proveedores este cuadrito que resumía el sentimiento (en la fábrica de autopartes donde trabajaba había uno).

Como siempre ocurre, hay mucha gente que no se banca leer la soporífera crónica completa de la carrera ni mucho menos entender los tediosos considerandos finales de la clasificación,
y prefieren guiarse por la tradición oral.
Así es como cincuenta años bastaron para que nosotros los argentinos festejemos un triunfo impostado.
Nuestros orgullo por ese resultado apócrifo ya lleva casi medio siglo, quizás sea un buen tiempo como para pensar en voz alta.

Como auto, el Torino anduvo bien pero también es cierto que tenía mucho más motor que los otros autos.
El ADN primigenio del motor Tornado venìa del país del norte, apostando a la cilindrada màs que a la compresión. En Argentina se mejorò mucho, pero seguìa siendo un motor grande de potencia tranquila, capaz de crucerear a altas velocidades sin exigirse demasiado.
Por otra parte, los Lancia, Porsche, Mazda y BMW tenían que exprimir sus motores en la zona alta del tacómetro, para lograr las velocidades relativamente fàciles para el Torino.
Obviamente, nuestro Torino estaba en ventaja sobre los comprimidos motores europeos, al menos para una prueba de este estilo.
De no ser por la famosa penalización, nuestro Torino hubiera sido el ganador indiscutido.
Pero esa penalizaciòn fue reglamentaria,
y el reglamento era el mismo para todos, por que todos -incluso nosotros- hablan aceptado las condiciones para ganar.
No ganamos, fuimos cuartos.
Lo que no es poco, considerando que era un equipo sin experiencia previa, sobre un auto nuevo, en un circuito desconocido, con un reglamento caprichoso.
La industria argentina estuvo en la vidriera internacional màs importante, junto a los jugadores de primera lìnea, y no anduvo mal.
Pese a la inexperiencia, la distancia, el reglamento y todo lo otro,
el Torino saliò cuarto.
Pero no primero,
De todos modos no es poca cosa.
That's All Folks!
Gaucho Man
el enhiesto