GRAN AUTO
Cuenta la leyenda que en un viaje por Europa, entre los señores Patricio Peralta
Ramos (director del periódico local La Razón) y Juan Manuel Fangio, convencieron a Oreste Berta
para fabricar un SP. Uno pondría el apoyo monetario y el otro toda su agenda de
contactos, amistades y experiencia dentro del mundo motor.
Así las cosas, en un gesto de gratitud para el inesperado -y bienvenido- mecenas, Berta bautizó a este sport prototipo, y
todos los que le sucedieron, con las letras “LR” por “La Razón”.
Berta había observado que los SP
europeos eran muy pesados. Alfa Romeo, Ferrari y Matra-Simca eran máquinas muy
potentes, pero también eran muy pesadas -imagino que los motores V penalizaban
el peso total de los autos-. Por el contrario, los F1 eran mucho más livianos y
los motores eran los mismos o similares.
En tal sentido, Berta pensó en hacer
un SP planteándolo como si fuera un F1, entre otras sutilezas, el motor de trabajando como elemento estructural.
Así las cosas, se hizo de un motor Cosworth, una caja
Hewland, mazas Lola y otras delicias, y pusieron manos a la obra.
CARRERAS SON CARRERAS - 1
La cita era para los 1000 Kilómetros de Buenos Aires 1970, y
luego de tres meses y un par de accidentes en las pruebas, por inexperiencia o
por mala suerte, el prototipo estuvo listo para correr, justo para el día que
se iniciaban las prácticas en circuito.
Sin piloto ni combustible, el Berta pesaba 678 kg con 406 HP
del Cosworth, mientras que los Porsche pesaban entre 650 y 660 kg pero sólo declaraban
350 HP. Alfa Romeo y Matra tenían potencia similar al Berta, pero pesaban más
de 800 kg.
Estos guarismos muestran que el olfato de Berta había estado bien orientado, y al menos en el papel, el planteo tenía una validez indiscutible.
Estas diferencias también fueron un toque de atención para los equipos de
afuera, que luego de esta carrera se dieron a la tarea de adelgazar sus
prototipos.
La anécdota es que el reglamento exigía que el auto tuviera
luces y el prototipo no tenía ni una lamparita, por lo que debieron serruchar el borde de la trompa e insertar sendos
faroles de Renault 12.
Este detalle tan argentino fue el que me movió a elegir este modelo.
Por favor vean las fotos del modelo a escala y comparen con esta instantánea del natural.
Esta disposición de faros fue modificada para el año siguiente, en que el mismo auto fue a correr a Nurburgring, pueden ver el modelo acá.
Para la carrera, clasificaron en 3er lugar, luego del
Porsche 917 de 5 litros de cilindrada de Piper/Redman y el Alfa Romeo 33/3 de De
Adamich/Courage, dejando atrás muchos muy reconocidos (Porsche, Matra-Simca,
Alfa, Lola, Ford GT40).
Por la vuelta 28, el Berta estaba segundo tras el Porsche
917, pero debió parar por un problema de vibraciones que ponía en
peligro la integridad estructural del prototipo. Ante la duda, y con
la idea de evitar accidentes, decidieron abandonar la carrera.
CARRERAS SON CARRERAS - 2
La semana siguiente se corrían las 200 Millas de
Buenos Aires, en el mismo circuito, en dos mangas.
En la primera manga, con DiPalma al volante, el auto rompió la
tercera marcha, debiendo correr pasando cambios de segunda a cuarta, lo que le
hacía perder mucha potencia en cada cambio. No obstante este problema, el Berta
salió tercero.
Para la segunda manga, arreglaron la caja de cambios, pero ya en carrera, Marincovich tuvo problemas con una bujía, seguramente empastada por la
marcha tan irregular que sufrido en la primera manga. Paró a cambiar la
bujía y salió a recuperar tiempo, pero terminó la carrera con un inmerecido fuori pista.
GRAN FINAL
Quizás los resultados no fueron muy auspiciosos, pero considerando
que era la primera carrera de un modelo nuevo, de un constructor nuevo, sin
experiencia en competencias internacionales, sin experiencia en manejo y puesta
a punto de motores Cosworth, inyecciones Lucas y otros componentes también desconocidos, haciendo frente a equipos y mecánicas experimentadas, de rancio abolengo europeo, todos coincidieron en que era un magnífico primer paso para Berta, su máquina y
su equipo.
De hecho, las críticas y comentarios de corredores, preparadores
y periodistas especializados se manifestaron muy favorablemente sorprendidas por
la capacidad y la calidad demostrada.
GRAN AUTITO
Hay que decir que Ambrosio se supera día a día.
El modelo tiene pocas calcas, lo que deja al descubierto mucha superficie pintada de color blanco, una pesadilla para cualquier modelista por la prolijidad que exige tanta superficie en una tonalidad tan clara.
Debo decir que me excedí con el macro, sólo para ver detalles inalcanzables para mis ojos y en todas las vistas resulté emocionado.
Las ruedas con la palomilla central, al mejor estilo Ford GT40.
El lateral también muestra una piecita para trabar el capot trasero, hecho en fotograbado
El modelo destaca detalles como los spoilers traseros y delanteros en metal fotograbados, otra pesadilla a la hora de pegarlos y que queden en el lugar y posición deseados, sin dejar pegotes colaterales.
Hablando de metales, el motor V8 con su radiador de aceite más atrás también es un regalo para los ojos.
Recuerden que es 1/43 y artesanal.
El cockpit se completa con los asientos, matafuego, volante y la barra anti vuelco, aunque mi detalle favorito es el espejo retrovisor con dos patitas.
Como era de esperarse, el motor también asoma por atrás y abajo, los invito a ampliar la foto para apreciar la complejidad del conjunto.
Luces, tanque de aceite, parantes, semiejes, brazos de suspensión, resortes, forman un conjunto fascinante.
Si quieren ver otros Berta, les dejo un modesto listado de links:
Berta LR V8 Nurburgring blanco
Berta LR motor delantero blanco
Berta LR Tornado rojo y amarillo
Berta LR Tornado amarillo y verde (made by Gaucho Boy)
That’s All Folks!
Gaucho Man
el hediondo
Fuentes:
Libro Motores, Autos y Sueños de Oreste Berta
Revista Ruedas Clásicas, Edición Especial 3 de 2013