EL COLECCIONISTA, ESE ANIMAL
Hace un tiempo, mi viejo amigo el Vasco me pasó un documento sobre la psicología del coleccionista; un opúsculo de unas 15 páginas.
Aparentemente es una tesis, o la transcripción de un artículo de una revista de psicología.
En tal sentido, les comparto el resumen de un resumen, lo poco que entendí de alguien que, a juzgar por su redacción, entendía menos que yo del tema, y también se puso a escribir.
Empiecen a leer y después me cuentan hasta dónde aguantaron.
Como para que se entienda la importancia del coleccionismo en nuestro mundo actual, sepan que uno de cada cuatro españoles es coleccionista. En Estados Unidos es uno de cada tres. El coleccionismo moderno empieza en el coleccionista, sigue en los grupos y termina proyectándose socialmente.
Es evidente que se trata de un negocio que mueve muchos intereses, algunos más valiosos que el mismísimo dinero. Es que en algunos rubros, el valor de las colecciones es incalculable, piensen en piezas arqueológicas, históricas o de valor científico (como los locos que coleccionan meteoritos). En países desarrollados, muchas de estas colecciones son reconocidas y hasta subvencionadas por el estado.
El documento denuncia que nadie hizo un estudio exhaustivo de la siquis de los coleccionistas y dice que sería altamente necesario.
Yo me pregunto si no ha sido hecho ya, por ejemplo por el sector de marketing de Ixo o de Salvat.
Desde mi total ignorancia, me pregunto, si realmente el coleccionismo es la respuesta humana a los desórdenes en la infancia, si fuera factible tabular la relación causa/efecto.
Por ejemplo: todos los tipos que fueron dejados por su primera novia, van a querer coleccionar objetos que le recuerden a esta primera novia (por color, formas o qué se yo). Será así de fácil?
GENERALISMOS
En estos tiempos modernos, el coleccionismo puede avanzar y convertirse en una mitología que ayuda al hombre moderno a sobrellevar misterios y angustias tan profundos como el tiempo o la muerte, aunque ya sabemos que por motivos de autocensura y subconsciente, ningún coleccionista va a admitir que tiene miedo a a esas cosas tan insignificantes.
Del mismo modo, va surgiendo una nueva especie de hombres que encuentran sentido a su existencia apoyándose en sus posesiones.
Un amigo mío decía que la felicidad estaba en las pequeñas cosas: un pequeño deportivo, un pequeño departamento, una pequeña mansión, un pequeño yate, una pequeña fortuna, etc.
Y entre las posesiones de cada individuo, las colecciones se llevan el protagonismo.
Más allá del valor comercial que pueda tener la colección, hay un valor subjetivo asignado por el coleccionista, la colección es su tesoro, aunque el tipo coleccione carozos de aceituna o colillas de cigarrillo encontradas en la calle.
GENERALIDADES
No entendí demasiado de la relación del coleccionista con el autito, digo con el objeto, pero decía que el coleccionista le atribuye un determinado valor; y el coleccionista, como dueño de todo eso, se impone como amo y señor de ese tesoro tan valorado. El coleccionista le entrega su "amor" y la colección se lo retribuye en silencio, algo así como una amante sordomuda o un espejo para que nos apoyemos nosotros, los que somos débiles de espíritu.
Algunos van más allá y postulan que la colección es un paliativo para sobrellevar las frustraciones de cada uno y superar sus bajos valores de autoestima, eclipsándolos tras un planeta privado que constituye la colección, es decir el reino secreto de nuestro amigo el coleccionista.
También están los que relacionan al coleccionismo con una forma de consumismo. Los sicólogos más ortodoxos relacionan al coleccionismo con una regresión a la etapa anal, todo eso sublimado en las conductas típicas del coleccionista (de orden, acumulación y satisfacción).
Otros más moderados señalan que la colección cubre espacios vacíos de afectos y apegos.
Un corolario de este postulado sería la teoría más terrenal que pone al coleccionismo como un pretexto para explorar, relacionarse con el medio y hacer amigos o buscar novia.
Hay uno que relaciona al coleccionismo con el instinto primitivo de guerra y cacería, el vértigo de buscar, acechar, cazar y cobrar la pieza, con el correspondiente sentimiento de logro asociado. En lo personal, me cuesta ponerlo en esos términos, pero lo veo bastante coherente. No por nada, entre los coleccionistas se suele hablar de "cacerías" y te muestran un autito.
También identifican al coleccionismo como respuesta a una necesidad de cambio, deseo de experiencias, de conocimiento o competencia, todo eso apuntalando a la autoestima, el deseo de pertenencia, y atrás de todo, el sentido de preservación, la inversión financiera o la adicción.
En lo personal creo que la adicción que ponen en último término, está muy relacionada con el deseo de experiencias, de conocimiento o competencia que mencionaron en primer lugar.
Hilando fino, hay tantas motivaciones como coleccionistas, con lo cual, estos patrones siempre quedan desfasados. Piensen que hasta un mismo coleccionista puede tener distintas motivaciones, según el momento de su vida o del día.
En cualquier caso, queda claro que todos buscan la satisfacción, y sean los motivos que fueran, siempre apuntan a la felicidad como último resultado, en eso somos todos iguales.
GENERALIZACIONES
El tratado incluía un par de páginas analizando, justificando y describiendo las colecciones, pero me resultó muy complejo para resumir, y si no puedo entenderlo para ponerlo en mis palabras, no existe, no importa, no sirve. Por eso, hay párrafos enteros que ni siquiera me molesté en copiar.
Hablan de la cantidad, pero no en sentido numérico sino para aclarar que una sola pieza no es colección, que siempre hace falta alguna más, lo que transforma la vida en una eterna búsqueda del autito o la estampilla que falta.
Me encantó esta frase, aunque no pude entender qué es lo que quisieron decir:
Una colección es un conjunto de fragmentos de una totalidad, constituida por criterios únicos, con tendencia a la permanencia.
Qué sabrá esta gente del diecast!
También enumeraban de las etapas de incorporación de una nueva pieza (elección, compra, espera, búsqueda de información, encuentro, amor instantáneo, compartirla y vuelta a empezar), pero eso ya lo escribí yo varias veces sin necesidad de estudiar sicología (en verdad me hubiera venido bien para entender todo esto que estoy traduciendo).
Decían que este ciclo era comparable a los ciclos de vida y muerte, que se repiten y se repiten y se repiten y así sucesivamente...
GENÉRICOS
También se señalaba el aspecto grupal del coleccionismo, la necesidad de encontrarse entre otros coleccionistas, formando grupos.
En los grupos hay apoyo y fraternidad (menos en el grupo de este blog), y también se replican los distintos roles que aparecen en todo grupo humano.
Está el rol del "super coleccionista" que es el status que cada uno ansía para si mismo.
También está el "otro" que tiene tiene lo que no tenemos.
Como pasa en otros aspectos de la vida, siempre hay algo que no tenemos pero también tenemos algo que los otros no tienen.
Finalmente, se traza la necesidad de comparar coleccionistas con tipos normales. La idea sería evaluar las diferencias y semejanzas en los comportamientos que resultan de un mismo estímulo. Muy interesante pero parece que nadie lo hizo.
Queda la idea de que están examinando a los coleccionistas como yo examinaría un batracio, es decir con una mezcla de asco y desconfianza. Poco faltó para que pusieran como título "el coleccionista, ese animal" (un excelente título, ahora que lo mencionan).
Como si ninguno del rubro psicoanalista fuera coleccionista de pipas, de lapiceras, de candados o de estampillas.
Termino acá para no extenderme tanto, les dejo la inquietud y la posibilidad de defenestrar las conclusiones.
That's All Folks!
Gaucho Man
el freudiano
Fuente: El Coleccionista y Su Tesoro, Isabel Pinillos Costa.
Imágenes de la web
Hola. Hace rato que lo leo. Nunca comenté. Me resultan muy gratos sus escritos.
ResponderBorrarEn mi caso el coleccionismo nace (lo reconozco) como una forma de recordar épocas gratas de mi infancia. Casi la totalidad de mis minúsculas colecciones están referidas a ese período. Es algo que me di cuenta con el tiempo.
Le mando un gran abrazo.
PD: me agrada leer los comentarios de sus otros colegas. Se aprende mucho.
Hola Claudio, bienvenido al blog!
BorrarAntes creía que era bueno coleccionar, ahora no estoy tan seguro.
Interesante coleccionar autitos de la infancia, pero ojo que uno puede recuperar los autitos pero no la infancia. El tiempo va para el otro lado, la vida hace lo suyo, y las tardes en pantalones cortos jugando en la vereda van quedando en la otra punta.
De todos modos, te deseo mucha suerte con eso, y nos seguimos viendo en el blog!
PD: En verdad que los comentarios de los colegas enriqueden.
Es más: son los únicos que enriquecen, porque si vamos a esperar algo bueno del dueño del blog, vamos muertos.
Tenía entendido que UD. Es el testaferro de un tal "Cabo" que también leo. Es más, llegué a pensar que son la misma persona.
BorrarNono, somos personas distintas.
BorrarEs un tipo altanero y servil, odia al mundo.
En cambio yo soy simpático y espontáneo, por eso el mundo me odia a mi.
El Cabo también me odia a mi, pero si le pregunta va a decir que no.
Ja, ja, ja...
BorrarSe odian pero se necesitan..
Todos nos necesitamos
Otro lado oscuro de la luna
Ah no, del coleccionismo!
Para mí es importante saber que no estoy solo y que no soy el único loco. Hace 10 o 15 años no me hubiera importado tanto he incluso pensaba que algún día se me pasaría y dejaría de coleccionar y que maduraría..
Ha sido todo lo contrario.
No he recuperado mi niñez pero se siente bien el intentarlo y tambien y coincido también párrafo más abajo.
Aprecio mucho lo de otros también hablando de coleccionismo y hasta siento que hacen por mi lo que yo no alcanzo o no puedo, y me gusta verlo además de disfrutarlo.
Hola Eddie!
BorrarRecuerdo mis primeros pasos en el coleccionismo, yo con mis autitos en una caja, mostrándoselos a tías, primos o cuñados, que me miraban con más curiosidad a mi que a los propios autitos.
Y la emoción luego, cuando empecé a conocer otros coleccionistas.
No importaba si eran de HW, de otra escala u otra temática, porque eran coleccionistas como yo.
De todos modos, yo no siento que haya regresado a la niñez.
Por el contrario, trato a mis autitos como si fuera adulto y mis autos fueran reales.
Alguna vez, hasta traté de jugar con ellos, pero la verdad es que no me sale.
Es parte de la madurez del adulto que aún lleva el niño que tiene adentro..
BorrarYo también he querido jugar con mis autitos como niño y en cierta forma lo he hecho, pero como bien dices como adulto, o sea cuidándolos, no rodarlos ni chocarlos, pero si acomodarlos, alinearlos con otros, armando un diorama, armando grupos, etc.
Para mí eso es jugar con ellos.
Tu sabes cuál es la verdadera diferencia entre un niño y Un adulto?
El coleccionismo..
Porque?
Porque el coleccionista será como niño hasta los 99.
Te regalo esta frase (robada de por ahí):
BorrarLa diferencia entre un niño y un hombre, está en el precio de sus juguetes.
Cierto. Muy buena
BorrarCon respecto a lo anterior obviamente soy consciente de lo que no se recupera. Es más un mimo al alma. No soy un férreo coleccionista, soy más un "voyeur" del acopio de otros. Mis pasatiempos van más por otros rumbos.
ResponderBorrarMe parece bien, es una excelente definición que yo también practico.
BorrarSe puede disfrutar de los autitos sin necesidad de ser el dueño, una forma de amor platónico aplicada al diecast.
Una repasada a mis posts de los últimos tres años muestra los pocos autitos que he comprado en ese tiempo.
En vez de aumentar, mi colección tiende a decrecer, pero lo poco que queda, lo disfruto cada vez más.
Me quedé pensando.
BorrarUsted hace tiempo que me sigue, pero sólo se lanzó a comentar en este post "sicológico".
Quizás esta sucesión de ideas expropiadas haya oficiado de disparador de algún sentimiento (cosa extraña en los coleccionistas, que como todos saben, son tipos duros, insensibles, como Chuck Norris en su primera película).
Desisto de estas filosofías y psicologías tan queridas a ustedes, los argentinos... Dicho sea sin ánimo de ofensas ni mucho menos, que ya nos conocemos hace tiempo.
BorrarEn mi caso es bien simple (o complicado, yo que sé...), me gustan las miniaturas como me gustan los viajes, la buena mesa, la montaña, la música y las mujeres hermosas.
A éstas últimas no las puedo tener, del resto disfruto más o menos, y en eso se resume todo!
Te lo puse fácil, verdad?
Antonio, nos gusta lo mismo!
BorrarPero nos concentramos más en una cosa.
Hola Antonio, no hay ofensa ni ofendido!
BorrarDe todos modos, aunque miremos para otro lado, todos esos conceptos están más o menos fundamentados y controlados, al menos dentro de lo que la psicología permite, partiendo de la base que no es una ciencia dura como la ingeniería.
Hasta tu respuesta encuadra en lo esperable para una persona normal con rechazo a todo ese rollo.
Yo mismo, no tengo mucha idea de lo que significa la etapa anal, ni qué relación puede tener con los autitos 1/43.
Pero me resulta curioso que alguien haya llegado a semejantes conclusiones, tan lejanas a mi entendimiento!
De todos modos, para que no te sientas "desclasificado" y para evitar la humillación de que te pongan en "otros", te nombro "Homo Simplex", el eslabón perdido entre el Homo Sapiens y el Coleccionista!
Me lo adjudico entonces! Gracias!
BorrarSiempre quise ser el eslabón perdido de algo.
Así se da uno más importancia de la que realmente tiene, jeje.
creo que lo de "perdido" da lugar a malas interpretaciones,
Borrardebería ser "eslabón encontrado",
creo que es más preciso
mmhh..
ResponderBorrarSi lo pudiera definir y/o resumir, el coleccionismo es el vínculo entre en un un individuo y/o grupo de individuos hacia un grupo de objetos con cierta relación entre sí; producto de un sentimiento de necesidad y satisfacción recíprocos.
He notado que la autocorrección de la escritura de mi teléfono me hace tartamudear al escribir..
BorrarJa,ja,
es una buena definición, te felicito.
Borrartendrías que dedicarte al coleccionismo!
No..!
ResponderBorrarJa, ja..
Imagínate!
Sin serlo ya soy un apasionado y aferrado acumulador compulsivo..
Eso de acumulador compulsivo suena feo.
BorrarMejor ponele acumulador contento!
Como Psicologo/psicoanalista te diria que todas esas alternativas (o explicaciones) son posibles ya ue creo que hay tantas colecciones como coleccionistas, es un asunto particular (es decir, es el mambo de cada uno jaja)
ResponderBorrarPodemos pensar que la logica del coleccionismo sea equivalente a la logica del deseo, el cual nunca se colma y siempre habrá algo mas. En tanto somos seres deseantes y marcados por una “falta en ser”.
… Che, si se necesitan investigaciones podria mandar un CV a Salvat no? … aunque siendo yo coleccionista seria complicado, es como psicoanalizar a un familiar (no se puede) Jajaja
PD: muy buenas las fotos de los maestros.
Saludos!
Asi que sos de la cofradía, no sabía, te hubiera pedido asesoramiento gratis para este post!
BorrarCon respecto a Salvat, no creo que tengan sicólogo, pero seguramente en otros rubros más onerosos (por ejemplo los autos de verdad) no descuidan ese detalle.
Y un profesional puede redefinir el perfil de un producto, garantizando el éxito o fracaso de un producto.
Hablando en serio, creo que es una buena veta para investigar y ofrecer a los fabricantes.
Quedó muy bien el post, no es fácil traducir toda esa data sin estar en tema!
Borrarsaludos!
Traducir a idioma "de piso" es fácil,
Borrarlo difícil fue conseguir las fotos de los troesmas!
Hola Gaucho!
ResponderBorrarLamento que lo hayan molestado con esos pseudo artículos. Seguro que él que se lo mandó, le gusta pavear por internet.
En mi opinión, el coleccionismo está ligado fuertemente a la psicología del individuo.
Desde lo que se colecciona, hasta sus derivados son elegidos, de acuerdo a la personalidad del coleccionista. Y creo que muchos ni saben porque coleccionan. Muchos creen que porque les gusta, pero no saben por qué les gusta...
Y es difícil encontrar alguien que no coleccione algo. Tenemos gente que le gusta coleccionar poder, dinero, muertos, mujeres, hombres, animales... También estamos los más naif que solo coleccionamos miniaturas.
Y estoy seguro que las empresas, antes de lanzarse a los coleccionistas, tienen algún respaldo psicológico para hacerlo.
Recuerdo a un director de Hot Wheels diciendo: "Un niño tiene 30 autitos. Un adulto mil. A ellos apuntamos"
¿Tiene alguna duda que no hacen algún tipo de estudio al respecto?
Un lujo su blog.
Saludos!!!
PD: espero que no le sigan mandando este tipo de material...
Vasco, qué gusto leerlo en letra de molde, como en los viejos tiempos!
BorrarSi hubiera sabido que Usted estaba en tema, no perdía tiempo leyendo pasquines y le preguntaba directamente.
Por ejemplo, me interesó lo de coleccionar poder, por favor avíseme cómo se hace.
Iba a elegir la colección de mujeres, pero no creo que mi esposa me deje.
Tengo que renovar mi filtro antispam, la verdad es que sólo recibo basura!
Para coleccionar poder, debe ser político.
BorrarPara coleccionar mujeres, debe tener plata.
Para coleccionar plata, debe ser empresario o sindicalista.
Todo está a su alcance. Es libre su elección...
Mi Dios!
Borrartantas alternativas juntas, no sé cuál decidir,
es como que sin querer, estoy coleccionando alternativas.
Y Usted qué me aconsejaría?
La verdad que es un tema complejo, tan complejo como la cabeza de cada uno. Yo creo que todo ser humano ha pensado alguna vez en coleccionar algo. Sinceramente creo que va en los instintos de nosotros...
ResponderBorrarSi pensamos en coleccionismo como sinónimo de acaparar, muchas personas lo hacen en su día a día: en la nevera es el primer ejemplo, se tiran kilos de comida a la basura de manera diaria en muchas casas, en el armario se tienen prendas que no se utilizan... etc
A lo mejor en el tema de los coleccionistas de diecast, sellos, o lo monedas es más visual, pero como digo también hay otros casos más normalizados y más evidentes.
Saludos!
Sí y no.
BorrarEl acaparador es el que compra y amontona, ni sabe lo que tiene, tampoco lo usa ni lo disfruta; compra y deja tirado por ahí. Los ejemplos que diste son muy adecuados.
El coleccionista compra pero lleva control, hay una relación especial entre el coleccionista y la pieza, podemos hablar de pasión, en algunos casos obsesión por la integridad del conjunto, esto se refleja en la limpieza, el orden, el estudio. Obviamente va cambiando de acuerdo a las personalidades, pero hay un patrón general que apunta a "la colección".
También es cierto que el coleccionista siempre está a un paso de transformarse en acaparador, es un riesgo latente, y a veces hay que recurrir al autocontrol para no caer en la tentación.
...
ResponderBorrar...
...
Tantas maneras de decir que el motor del coleccionista es la insatisfacción.
La instisfacción de una vida mundana que lo lleva a ocupar su tiempo en tal actividad recolectora que también le da insatisfacción.
La insatisfacción como disparador y luego combustible que ira quemando en su trayecto.
Pero la insatisfacción no es otra cosa que la cara menos maquillada de la infelicidad.
Entonces el sr X es infeliz y decide coleccionar encontrándose una infelicidad nueva, distinta, manejable en apariencia.
Lógica simple, efectiva y convincente. Nos gusta este tipo de respuestas, breves y claras. Aunque en su simpleza no tomen el problema en cada detalle, las abrazamos.
El equivalente del "X=2" después de indecibles chorizos de paréntesis corchetes y llaves.
Después de tantos años, más de una década en el medio conocí mucha gente, como colega, como vendedor, como divulgador o promotor de la actividad si quiere...
Muchos pero muchos se enmarcan en ese simple causal de por ser infeliz, se colecciona.
Caras lúgubres, vidas solitarias, trastornos a caballito en las espaldas.
Después de todo, ahora que lo pienso, quizá no sea coleccionista.
Promuevo el coleccionismo en cada nota, despierto el apetito de gente que ni conozco pero mi motor es un tanto mas "simpático"
Me considero un simpatizante de los modelos a escala. No tengo metas enciclopédicas ni un voraz apetito por llenar un agujero negro de infelicidad.
Y ahora gracias a Psicología Online Nivel 1 del Gauchométodo, sé por qué disfruto más de las comilonas que el momento de compartir modelos en una mesa.
Cabo, yo ya estoy trabajando en el post siguiente, y Usted me manda semejante corolario. Por qué no comenta simplemente "lindo autito" como hace siempre?
BorrarLeyendo y releyendo su manuscrito, me quedo con la conclusión final, Usted dice que simpatiza con los autitos y que no siente insatisfacción.
Y sabe qué cosa?
A mi me pasa igual.
Técnicamente, comprando un autito cada cuatro o cinco meses, ya no califico como coleccionista.
Y tampoco me siento incompleto. Por el contrario, le aseguro que disfruto mucho los autitos ajenos, quizás más que antes.
Es más, en realidad disfruto más de los coleccionistas, algunos son amigos y otros no tanto, pero son una masa crítica que siempre me regala novedades, amigos, chismes, sonrisas y buenos momentos.
Estaremos transformándonos en coleccionistas de coleccionistas?
En coleccionistas de coleccionistas?
BorrarLindo autito.
Si no le gusta, puedo sentarle un coleccionista en un peldaño degranito gris tipico de los 70s y escribirle
Borrar"Coleccionistas eran los de antes"
parafraseando a Groucho, le diría:
BorrarEstos son mis coleccionistas,
y si no le gustan,
tengo otros!
Y no olvidar el viejo recurso:
Borrar"Compré este coleccionista por que estaba barato"
Ese es otro problema de las colecciones y otros bienes materiales de alto costo.
BorrarEl hombre tiene un costo fijo, quizás sea incalculable, difícil de determinar, pero cuando lo ponemos al lado de algo MUY valioso, queda irremediablemente desvalorizado.
Por ejemplo un yate ultramoderno de 60 metros de eslora, termina costando más que el tipo que lo maneja.
Por eso yo manejo autos baratos, prefiero seguir siendo más caro que el auto que manejo.
Viendo lo que pagan los seguros de vida no valemos tanto.
Borrarvio?
Borraresa gente sabe,
no sé de ninguna aseguradora que se haya fundido, no al menos sin intencionalidad
Interesante nota, que leí un par de veces como para formar una idea de qué responder, y cada vez las cosas se me complicaban más, jeje, así que mejor largarse de una vez.
ResponderBorrarEs cierto como dice el Cabo que el motor es la insatisfacción, pero no por el lado de la infelicidad personal, sino quizá por esa dinámica de comprar algo y ya estar deseando el siguiente, y así sucesivamente. Me considero un entusiasta de los autos, y a su vez admiro las réplicas a escala de los mismos que a lo largo de años fui atesorando pero jamás desde el lado de medir la cantidad o de llenar un álbum de determinada marca. Esa es quizá el diferencial con los hoy "neocoleccionistas" que necesariamente tienen que tener todos los números de una colección de kiosko, y cuando ésta se acaba y ante la frustración de ya no tener nada más que hacer, u otra que la sustituya la ponen en venta, esto demuestra que el motivador no fue el automovilismo sino una compulsión por acaparar.
Creo que la mayoría que participamos en estos blogs somos de un estilo parecido, y pese a que cada dia surgen cientos de neocoleccionistas, ninguno se suma a este ámbito.
A medida que pasan los años, me sucede (rara vez, pero cada vez con más repetitividad) que me desmotivo con algún tema. Como llegar y decir "para qué empecé ésto? ya no tengo ganas de seguir".
BorrarYo lo relaciono con esa tristeza existencial que mencionan los profesionales del diván. No son ganas de pegarme un tiro, pero es una necesidad de replantearme los objetivos. Yo quería autitos, ahora no. Yo quería el álbum, ahora no. Creo que tiene que ver con la edad y los procesos de cada uno, no somos todos iguales, ni en cantidad ni calidad, es lógico que cada uno tenga necesidades distintas y respuestas diferentes.
Sí creo que por distintos caminos, con distintos niveles y en distintas escalas, todos buscamos la felicidad, y generalmente tenemos suerte, porque en nuestros casos, la felicidad tiene el precio de un autito!