Hoy les voy a hablar de mi querido Gambalunga.
Este es uno de los primeros modelos que hice, hace casi veinte años.
Todo de madera, excepto las ruedas hechas con monedas.
Hecho con muy poca ciencia y con mucho sudor.
Dese el punto de vista técnico, tiene muchos detalles de terminación mejorables que hoy no me perdonaría.
Pero fue hecho con mucho amor, en un momento muy especial.
Por ese motivo, de todos los modelos que hice, es el regalón.
Era el difícil comienzo, en un tiempo en que ni siquiera sabía qué era o cómo debía hacerse un auto.
Tiempo en que las ganas de hacer superaban la falta de información disponible
(piensen que en esa época no había internet, ni cable, los libros eran caros y mi economía muy precaria).
Así fue que con más ganas que posibilidades y mucho sentimiento, hice mi desproporcionado e imperdonable Gambalunga (algo así como piernas largas, para el que no tenga un diccionario a mano).
Acá mando una vista recreada por un amigo, a partir de una foto.

Obviamente no representa ningún auto en particular.
Pueden imaginar un prototipo de los años 20, para batir records de velocidad.
Una mezcla brutal de fuselaje de avión de caza, radiador de tractor y ruedas de bicicleta.
Un despropósito en todo el sentido de la palabra, un desaforado canto a lo obtuso.
That's All Folks!
Gaucho Man
el obtuso