
Haciendo orden interno en tiempos de cuarentena encontré tres álbumes de fotos del tiempo en que se sacaban fotos con cámara de fotos.
Hablo de treinta años atrás. Yo era joven y andaba por la vida buscando inspiración para armar mis modelos.
Hoy en día, la oferta de autitos es tan variada que resulta difícil encontrar un vehículo que no haya sido replicado. Hacerse del modelo deseado es una simple cuestión de plata, la parte más difícil es elegir la pieza.
En ese tiempo, la oferta de modelos no era tan completa y plural como hoy, y esa falta de alternativas justificaba -o al menos alimentaba- mi deseo de hacer autitos.

Y para hacer autitos necesitaba información. Planos, medidas y fotos.
Aclaremos que no eran tiempos de internet accesible para cualquiera como es hoy, por lo que la información era muy poca, y había que salir a buscarla en revistas y/o libros, que tampoco eran fáciles de conseguir.
Tienen un resumen de estos tiempos sin web en este post.

Así las cosas, el gaucho joven que fui, salía al mundo con su cámara de sacar fotos, con la esperanza de encontrar el modelo ideal.

El escenario de la foto era cualquier lugar, el gaucho calzado con la vieja cámara hacía sus periplos y encontraba los autos, a veces teniendo que frenar y estacionar para poder sacar fotos que sirvan para algo más que el testimonio de "mirá lo que vi".

Por favor abstraigan la calidad de las fotos, yo no era fotógrafo y mi cámara era apenas una camarita amateur, que ni siquiera contaba con las regulaciones más elementales.
De todos modos vean cómo trataba de captar los perfiles, de acercar la vista al plano.

Cuando fui más profesional, también tomaba fotos específicas de cola y trompa.
Lamentablemente, en algunos casos, ni siquiera había lugar para alejarse o ir a la parte de atrás para tomar la foto necesaria, entonces tuve que conformarme con un tres cuartos de perfil, que al menos sirva para tomar algunos detalles.

Muchas veces debía solicitar permiso a un dueño desconfiado o pedir a la compañía ocasional que me aguarde unos minutos.
La foto era de gran importancia para el relevamiento, una foto bien tomada podía funcionar como plano.

Lo único que faltaba era la medida. Generalmente, para mi, la medida que define, es la distancia entre ejes. Todo lo demás se puede estimar o calcular a partir de la foto, si está bien tomada.
En mis últimos tiempos, mi equipo, además de la cámara, incluía una cinta métrica. Y lápiz y papel!
Una estrategia que alguna vez puse en práctica fue colocar un par de anteojos que usaba en ese tiempo (ver el pequeño círculo rojo, en la foto de abajo) que medían 12 centímetros de ancho.
Puesto el anteojo sobre el vehículo, lo demás era regla de tres simple. No era un método muy preciso, pero una medida aproximada era definitivamente que no tener nada.

Las mejores fotos las he tomado en mis viajes a Colonia (Uruguay). Quizás no fueron de mucha utilidad, pero hay que admitir que cada foto es un pequeño paisaje.




Alguno de mis periplos me llevó por el Museo de al Industria de Córdoba, tiene muchas piezas de interés histórico, aunque lamentablemente no había mucho espacio para tomar fotos laterales, por lo que debí conformarme con fotos testimoniales "yo estuve ahí y tomé esta foto pedorra".



Este es el único ejemplar del "Torino que no fue", ya lo conocieron en este blog.

Algunas veces, la foto era de una curiosidad apócrifa, de trazabilidad incierta, como este triciclo fotografiado en La Plata, hace treinta años ya.

Otras fotos, hoy resultan apenas una curiosidad, pero en su momento fueron verdaderos testimonios.
Por ejemplo el Lamborghini argentino (sí, leyeron bien! es una historia muy bizarra que no me voy a molestar en contar, pueden buscarlo en google):

O el Huayra Stradale, fotografiado en un shopping urbano, muchos años antes de conocer el significado y el peso de la palabra Huayra en nuestra tradición automotor.

Noten las dos fotos tomadas con la idea de empalmarlas y poder reproducir el modelo.

Tampoco sabía lo que era un Cobra cuando saqué estas fotos.

Acá una hermosa réplica de Porsche 550, made in Argentina.

Aprovecho para incluir dos fotos de mi viejo y querido Citrógeno.


Y para despedirnos, foto testimonial de un viejo colectivo restaurado.

Y acá empieza lo que quería contarles.
That's All Folks!
Gaucho Man
el furibundo