Corrían los años cuarenta cuando una abuelita venía manejando su Topolino por alguno de nuestros caminos polvorientos.
El motor se plantó, vaya uno a saber por qué causa motivo o razón.
Obviamente la viejita no sabía nada de mecánica por lo que sólo pudo abrir el capot del auto y quedarse a esperar algún comedido que la saque del percance.
El hombre paró la cupecita delante del Topolino, bajó de su auto y se asomó al capot del Fiat.
Hizo un par de intentos pero finalmente dictaminó que el Topolino no arrancaría sin los medios necesarios para arreglarlo.
- Mire Abuela, lo único que puedo proponer, si a Usted no le parece mal, es que yo engancho su auto al mío y la llevo a remolque hasta el primer pueblo, donde seguramente podrán arreglar su auto.
La vieja aceptó con cierta desconfianza, aunque la verdad es que tampoco le quedaba otra alternativa. Podían pasar días hasta que otro automovilista se aventurara por ese camino polvoriento.
El corredor subió a la cupecita, dió arranque y el motor V8 bramó haciendo temblar todas las chapas del Fiat.
Puso primera marcha, aceleró, y recién puso la segunda poco antes de los noventa kilómetros por hora.
Cuando la vieja pudo recuperarse de la primera acelerada, y vió que la aguja del velocímetro de su autito marcaba más allá de la graduación del velocímetro, empezó a tocar bocina para que el corredor bajara la velocidad.
Nuestro corredor, no escuchó o no quiso escuchar los bocinazos de la vieja y siguió acelerando por el camino de tierra.
Así venían -cupecita, Topolino, nube de tierra- a más de ciento cuarenta, cuando pasaron a lado de dos baqueanos que descansaban a la sombra de un ombú generoso.
- Ha visto aparcero eso? Qué bestia! cómo pasó esa cupecita!
El otro le respondió.
- Pero eso no es nada. No vió al chiquitito de atrás pidiendo paso a los bocinazos?
Nota dos: ya sé que el Chevrolet no tenía motor V8 y que el corredor del chiste no necesariamente era Fangio, pero es la única cupecita que tengo, sepan disculpar la falta de rigor histórico.
Gaucho Man
el improvisado
Eres grande, Edu...
ResponderBorrarQue rigor ni que nada..., a tu lado, HANS CHRISTIAN ANDERSEN, era un simple aprendiz...
Eres el cuentacuentos Racing, del mundo bloguero...
oye...y la abuela???
Seguira con el pelo para atras y los ojos achinados por la velocidad,no???
Lo dicho, eres un crack
Salu2
Joserra
hola José!
Borrarquién es ese andersen? corría rally o F1????
sería primo descendiente del que escribía cuentos???
pobre vieja, yo me la imagino planchada contra el asiento por la aceleración...
Viéndolos en la última foto, qué espíritu el de los tanos de aquella época, no? "Si no se puede llegar a ser un producto salido de Detroit, al menos parecerlo.... El tamaño es lo de menos, total nunca nadie va a poner uno al lado del otro". No imaginaron que un día una abuelita se quedaría en el camino, etc etc.....
ResponderBorrarSaludos!!
Diego, debo confesarte algo: la última foto está trucada, probablemente el topolino no sea tan pequeño.
Borrarpero la observación es valida: el diseño es similar, cambia el tamaño.
Gaucho Improvisado, ud es el único que de un chiste, hace un post de diecast.... se da cuenta que por más que ud lo niegue, su blog no tiene fecha de vencimiento?
ResponderBorrarDespués quiero una entrada exclusiva con la cupecita, quiero verla al detalle. Y no hace falta que incluya a la viejita. Al menos que tenga fotos de su juventud....
Saludos!!!!!!
ok, lo anoto con una entrada sobre la cupecita, sin la viejita.
BorrarBueno veo que tiene como colaborador al Viejo Bizcacha, una cupecita sigue siendo un gran pendiente para mí, espero algún día lograrlo, o al menos enganchar mi topolino para tocarle bocinazos.
ResponderBorrarCabo, usted siempre oportuno sobre el momento exacto!
Borrarmás abajo, Juan está comentando que ya hizo realidad su cupecita,
pídasela qe seguro se la regala,
luego puede enganchare todos los topolinos que quiera.
para todo lo demás está el gaucho método!
Vale, yo contraataco con otro...
ResponderBorrarIba el Papa (cuando estaba todavía en activo) en una berlina imponente, conducida por su chófer camino de su residencia de verano cuando el conductor de repente se siente muy mal y le pide a su Eminencia si podía conducir él. Sale el Papa de la parte de atrás, y como llevaba prisa, acepta tomar el volante. Llevaba conduciendo unos 10 kmts. y de repente ve como el coche entra en reserva de gasolina. Temiendo quedarse tirado, para en una gasolinera...
Entonces uno de los empleados se queda mirando el cochazo, y dice:
(recordemos que estos coches llevan los cristales traseros oscuros)
- Vaya cochazo, quien irá detrás?
Y un cliente le responde:
- Pues como va de chofer el Papa, seguro que debe ser Dios...
espero que no lo consideren muy malo... saludos!
EEeeejejejejeeeee
Borrarmuy bueno el chascarrillo,
Borrary oportuno sobre todo ahora que habemus papa argentino!
ese también es un flor de chiste!
Gaucho, ¿de dónde sacó una foto de mi suegra? Aunque, ahora que miro bien, no es ella, esta señora es más bella (o menos fea) que la vieja ch...
ResponderBorrarHermosa cupecita, ¿el Topolino también es en 1/43? Vaya diferencia de tamaño. Hace muy poco al fin me di el gusto de tener mi primer cupecita.
Abrazos!
hola juan,
Borrarel topolino es chiquito pero realmente no tengo idea del tamaño relativo entre los dos bichos,
la foto conjunta está trucada,
quizá la diferencia sea menor
o mayor
PD: sea bueno y regálele su cupecita al Cabo que está suspirando por una
Con esa relación de tamaño, el Chevrolet le arranca al menos el eje delantero sino es que el motor tambien al Toplino. Y de entrada, ya vimos que a la abuela, la dentadura ya se la tumbó.. Jaá!!
ResponderBorrarSaludos !!