
NOTA AL QUE LEE:
Este post va sin fotos, porque no hay fotos de archivo.
Puse fotos de algún avión, quizás alguno de estos fuera el que se menciona.
Aprovechen para usar un poco la imaginación, que no duele!
HABIA UNA VEZ, HACE CASI CINCUENTA AÑOS...
Allá por 1973 yo tenía apenas una década cumplida y ya estaba saboreando mis primeros avioncitos a escala, algunos eran modestos kits de plástico apenas armados sin ciencia, y otros eran modelos de factura propia, aún más modestos.
A dos cuadras de donde estudiaba inglés, descubrí un local que se llamaba AeroArtis.
Hoy en día, con tanta venta postal, rubros de comercio diferenciados y malaria económica, es imposible imaginar algo similar, por eso me voy a tomar el trabajo de soporizarlos con otra de mis insufribles descripciones.
Piensen en un local que da a la calle, con una vidriera amplia y una puerta vidriada al costado.
La vidriera con una pista de slot (en ese tiempo se decía Scalextric) y un circuito de trenes Lionel con alguna estación muy detallada. Todo eso circundado de cajas de kits plásticos de todos los tamaños y motivos. También recuerdo un ME109 y un Stuka escala 1/48 colgando del techo, a un costado. Del otro costado había un colgante giratorio con cuatro avioncitos de época colgando, entre otros había un Farman 1912, un Bleriot 1909, un Fokker EIII Eindecker y un Fokker Dr1 (triplano), todos en escala 1/72. El aparato giraba y los avioncitos flotaban en círculos eternos sobre el tendido del tren eléctrico.
Entrando por la puerta lateral, uno descubría un local cubierto con estanterías y vitrinas de madera lustrada.
Recuerdo un submarino clase U en corte, de modo que se veía todo el interior, motores, cuchetas, sala de mando, torpedos, todo en un continente de unos 50 cm de largo.
Y más adentro, había cajas, más trenes, diecast, slot, kits plásticos y de aeromodelismo, motores de aeromodelismo, accesorios para armar, desde madera balsa, pegamentos, pinturas y un largo etcétera. Del techo también colgaban aviones armados, algunos kits plásticos y otros de madera, grandotes, listos para volar.

Repito: era 1973, estas cosas no se veían fácilmente, menos todas juntas y mucho menos aún, en un lugar como Quilmes. Era como tener Disneylandia a veinte cuadras de mi casa!
Yo tenía diez años y mi erario personal apenas ascendía a algunas monedas, un presupuesto totalmente insuficiente para comprar ninguna de esas maravillas. De todos modos, me pasaba horas dentro del local mirando y tomando nota para luego recrear esas maravillas con mi humilde Rasti (algo así como un Lego nacional que supimos tener) o con las maderitas.
Esta intromisión no era gratis, y el costo era el enojo del dueño, que no soportaba tener un chiquillo mugroso medrando dentro de su local, a veces preguntando y otras veces sin decir palabra, pero sin perder detalle de ninguna de las estanterías repletas de maravillas.
Más de una vez me sacó corriendo, pero yo volvía al otro día con un talonario de emociones en blanco, listo para seguir mirando a cualquier costo.
Un día el local bajó su persiana por un tiempo y cuando abrió, era otro negocio, de otro rubro. Años después pasaron la topadora y pusieron un banco.
LA HISTORIA DESPUÉS DE LA HISTORIA
El FaceBook da para todo. En estos días entré en un grupo de Recuerdos Quilmeños y descubrí que son muchos los que se acuerdan de AeroArtis, vean estos comentarios:
...yo compraba los motores para mis autos eléctricos.
Ahí comprábamos motores, chasis y gomas para los autitos que competíamos en las pistas de Club Alsina, y algunas más de la zona!
Tenia en exhibición un submarino transparente, y varias maquetas de motores en estrella, y por supuesto aviones en escala. Era el único comercio de ese tipo en Quilmes.
Las latitas pequeñas de pintura para pintar los avioncitos.
Pinturas ENAMEL importadas. Los avioncitos eran AIRFIX.
Yo me acuerdo de los barquitos y los tanques.
Todo importado de Inglaterra.
...si lo recuerdo, compraba material para mis modelos U control.
Fue en AeroArtis donde compré la madera balsa para trabajos manuales en la escuela, esto fue más o menos en 1956.
... ahí me compre mi primer planeador Origone y además los aviones para armar en escala. Tenía trenes Lima, Scalectrix, un sueño yo lo miraba de afuera, ya que no estaba en mi presupuesto pero compraba madera balsa.
Por los años 50´s tenía un tren que ocupaba toda la vidriera, con muñecos en miniatura que representaban los pasajeros, guardas, changarines en las estaciones, barreras, señales, etc. A la salida del colegio nos pasábamos largo rato mirando sus vidrieras, y a veces le pedíamos que lo ponga en movimiento.
Mi vieja nos compraba ahí los regalos. Recuerdo una lancha, una grúa y un cañón.
Aviones colgando, un Scalextric en vidriera, soldaditos y muñecos de todo tipo. Importado todo!
Yo le compraba motores para cohetería...

Así como muchos ponderaban las maravillas en venta y exposición, hay muchos otros comentarios ponderando el mal carácter del dueño:
Nunca lo vi sonreír, siempre estaba con cara seria.
Ahora sé que la mala onda no era solo conmigo jajaja.
... te ladraba el tipo, le comprabas algo y encima le tenías que agradecer vos, qué mal llevado que era por Dios...
... sí ja jajaj muy mal carácter, pero tenía de todo, nunca más he vuelto a ver tanta variedad en un solo lugar!
Si, bastante mal arriado, pero tenía cosas buenísimas a la venta!
... horas y horas mirando esa vidriera y el señor que atendía ya grande y con muy pocas pulgas (nota del autor: éste era mirón como yo)
Yo compraba ahí, pero el viejo que atendía tenía más mal carácter que mi suegra ...
Con todo esto, se pueden dar cuenta que el negocio era un pequeño emporio, un universo a escala que atraía a todas las miradas, pese al mal carácter del dueño.
Seguramente también notaron a los años cincuenta como referencia temporal. Es que la historia empieza mucho antes de 1973.
LA HISTORIA ANTES DE LA HISTORIA
Del mismo grupo de FB saqué información como para reconstruir la historia del dueño del local.
Se llamaba Jacinto Ponti Borguese, era -o había sido- militar de la Fuerza Aérea de Italia.
La Fuerza Aérea de Perú había comprado tres aviones a Italia (aparentemente Fiat), y Ponti fue enviado a Perú como técnico asignado.
Cuando estalla la II GM, Italia pasa a ser enemiga, junto con Japón y Alemania, por lo que Ponti fue arrestado en una situación difícil de definir, y al final fue deportado, llegando a Buenos Aires, y terminando inexplicablemente en Quilmes.
En Quilmes abrió el negocio de bricolaje y hobbies llamado AeroArtis en la calle Moreno entre Rivadavia y Alsina (circa 1953), alquilando el local a Michelin, que era librero. Estuvo varios años, y luego mudó el negocio a la vuelta, a la calle Alsina entre Moreno y Lavalle.
También se ofreció a dar clases de trabajo manual de aeromodelismo en escuelas secundarias. Cuenta un alumno de la Escuela Normal de Quilmes que daba las clases vestido con su uniforme militar.
Ponti era muy culto, sabía mucho y lo transmitía con facilidad, sin esconder conocimientos, aunque predominaba su personalidad y su carácter puramente militares.
Organizaba torneos de aeromodelismo en lo que hoy es la villa Itatí, en ese tiempo era campo raso; algunos alumnos suyos fundaron el Club Río de la Plata de aeromodelismo.
En Quilmes se casó con una chica hija de italianos y tuvo dos hijas.

Otros comentarios sobre Ponti:
...y el dueño un tipazo...
Fue un juguetero en el tiempo de los juguetes a cuerda, del Mecano, siempre su pasión era el aeromodelismo. Vendía modelos para armar varios de su diseño, madera balsa, dope, papel y accesorios, en sus últimos tiempos se había inclinado también a las pistas de autos Scalextric y sus accesorios.
Sabía mucho del tema, no vendía un juguete que no hubiera revisado, sólo manifestaba su carácter hostil cuando era molestado por chiquilines.
Para movilizarse en los tiempos del negocio, y mover mercaderías, tenía un triciclo Siambretta Tricargo. Con este vehículo tuvo un accidente muy grande y luego le hizo toda una estructura de caños curvados y madera barnizada, con techo de lona, que era un lujo.
Cuando empecé con el automodelismo le pregunté a Ponti si me servía un motor de lanchita... casi me mata!!! Con los años hicimos buena amistad. Genio en lo suyo.
Un personaje muy particular, muy parecido a Gepetto, el de Pinocho, con gran amor hacia los juguetes.
El viejo Ponti, loco de atar y mal genio. Tano de aquellos y juraría estar viendo hoy un cuadro de el vestido de soldado.
Siii... Era un gran tipo, muy sufrido y con una historia durísima. Para mi y mi esposo era es y será el nono Ponti como nos firmaba las postales para mi hija mayor, a quien no conoció porque se volvió a Italia antes de mi casamiento en 1975.
Decía que había sido mecánico de la Fuerza Aérea Italiana cosa que acreditaba con una foto que aparecía en el local, junto a un bimotor Caproni.
Jacinto Ponti Burguesse, un italiano que amaba a la Argentina como pocos. Siempre me decía una frase que me quedo grabada. "Amigo, la Argentina es un país de Gigantes, poblada por Pigmeos"
Fui MUY AMIGO de Jacinto Ponti Borguesse, en el año 1975 asistió a mi casamiento. Él era Piloto de prueba y Mecánico de Caproni y Fiat (estos últimos fueron los que trajo a Perú). Ya antes, había sido mandado a España por la Fiat como mecánico y estuvo en la guerra civil española. Tenia un anillo de acero que era su orgullo, confeccionado con el metal extraído del cigüeñal del primer avión Polikarpov Rata de origen Ruso derribado por la escuadrilla que estaba a su cargo.
El local de la calle Alsina era propiedad de mi familia, por cuanto me tocó conocerlo personalmente, y en nuestras conversaciones era una persona afable, un día por razones personales, junto con su hija decide irse a Italia, no sin antes querer venderme el fondo de comercio, con la ilusión que yo siguiera con la juguetería. En ese momento no se la pude comprar, y se la vendió muy a su pesar, a terceros, que al poco tiempo se mudaron, pero no les dio resultado. Pasado un tiempo, las cosas se dieron en forma que lo pude volver a abrir, cosa que pude escribirle y comunicarle, con gran alegría de su parte. Con los años y a fin de conservar su historia y trabajo, decidí cambiar su nombre por el de Hobbies, aunque los clientes la llamaban AeroArtis.
Se volvió a Italia, como me dijo cuando lo despedí "A morir en mi lugar de origen".
Años después, un viejo amigo de Ponti, quiso poner un negocio de hobbies en Bernal (para los foráneos, les digo que es una ciudad contigua a Quilmes). Aparentemente mantenía correspondencia con Ponti y le pidió autorización para ponerle AeroArtis a su nuevo emprendimiento.
Así surge AeroArtis II, en la esquina Avellaneda y Lavalle, un negocio que visité hace mil años pero no sabría decir si funciona actualmente.

LA HISTORIA CINCUENTA AÑOS DESPUÉS
Haciendo números aproximados para entender la historia, podemos pensar que Ponti estuvo en Perú a los 35 años en 1939, y de ahí a Quilmes, donde ya tenía el negocio en 1954 (50 años de edad) y se fue en 1975 (71 años de edad).
Yo fui uno de esos chiquilines que invadía el local y lo hacía calentar, quizás alguna vez me sacó corriendo del local, pero yo volvía siempre.
Me gustaría decirle que crecí, y que todavía admiro lo que hacía.
Y que quizás, luego de leer estas líneas, también lo admire a él como persona.

Casi cincuenta años después, cada vez que voy al centro de Quilmes, todavía vuelvo por la calle Alsina, buscando alguna señal, algún olor o traza de ese tiempo. Me conformo con poco, me bastaría un pedacito de papel de envolver, una ruedita de avión o un pedacito de madera balsa.
Pero no encuentro nada.
That's All Folks!
Gaucho Man
el quilmeño