seis aniversario

LA HOGUERA DE LAS BANANALIDADES

Hace unos días fue el seis aniversario del blog, pero como siempre, me acordé en diferido.
En tal sentido, los saludo a todos y los invito a saludarme por sexta vez,
y si quieren colaborar, también les doy el CBU de la Gaucho Cuenta para que depositan su óvolo a voluntad.



Es que el tiempo pasa y los tiempos cambian.
Como todos, ustedes, llevo adelante este soporífero espacio con la idea de que alguno lea y empatice lo suficiente como para mantener una mínima continuidad de lectura.
Yo sé que mis escritos y mis modelos son bastante ásperos, sobre todo porque en muchas ocasiones la aspereza viene precisamente de mis ideas y mi poco tacto a la hora de plantearlas.
El resultado es que este blog, asì como lo ven, es un producto especìfico, no apto para cualquiera, tengo pocos seguidores y usualmente muy pocas visitas.



Por este motivo, me sorprende cuando un post supera las 50 visitas en una semana, y me sorprende más aún cuando se trata de un post no reciente, sino de más de dos meses.
El top ten está mostrando posts sobre los coleccionables argentinos (Salvat, la Nación, etc), unos posts "de norma", casi obligados, en los cuales sólo me faltaba escribir "puto el que lee" o cualquier otra frase igualmente corrosiva para el lector inesperado.



Pese a toda la maldición que derramo en esos posts, siguen en el top ten.
Quizá sean lectores ocasionales que luego de sentirse defenestrados por mis epítetos, huyen con la promesa de no regresar nunca, y lo cargan en el parental control para no acceder ni por equivocación.
Obviamente, me mueve el ranking de visitas (el que esté libre de pecado, que arroje el primer autito).
Estos posts "populares" me dan popularidad, valga la cacofonía, pero no es la popularidad que busco. A este paso seré más recordado por el post del Falcon para armar que por cualquiera de mis Gauchomodels.



Esto me hace pensar en una grieta (ahora que la palabra está de moda) entre mi público y yo.
Por mi parte, me resisto a aceptar cientos de tipos que aprecian más al coleccionable barato que la pieza única, al autito popular antes que la pieza que rescata la historia.



La parte buena es que hay toda una generación de coleccionistas que no conocen nada de esto, es decir que hay mucho trabajo por hacer.
Seguiremos predicando en el desierto entonces.
Amén.




Gaucho Man
el orondo