Allá por los noventas, Chrysler era una marca del montón y nadie daba un centavo por ella.
La sorpresa fue cuando decidieron echar mano a la tradición y desarrollaron un concept que rescataba el espíritu roadster de Ford (¡?).
En tal sentido, contrataron a Carol Shelby como asesor técnico, quien tampoco tuvo reparos en objetar que los tradicionales Cobras habían tenido una tradicional motorización de Ford y no de Chrysler.
En cualquier caso, imagino que la participación de Shelby fue apenas testimonial y para algunas fotos que dieron publicidad a Dodge y a Carol.
La idea era construir un roadster en torno a un motor V10 que en otras versiones propulsaba camiones y camionetas.
Ese argumento también quedó sólo para la publicidad, porque en la práctica, el motor se rehizo por completo y el fierro bajo el capot de los deportivos no tiene nada que ver con el que portan los camiones..
El prototipo color rojo, ya tenía el aspecto básico de la versión RT/10, aunque no tenía el arco anti vuelco que luego fue característico de la versión cabrio.
En un tiempo que todos los constructores apostaban al motor central, todas las asistencias electrónicas disponibles, turbo y otras delicadezas, el Viper no tenia ni siquiera picaportes en las puertas.
La lista de accesorios incluía no aire acondicionado, no stereo, no nada.
Así las cosas, teníamos un prototipo con motor V10 delantero, el padrinazgo de Shelby y la intención tantas veces postergada de reemplazar al Cobra.
Todo esto terminó catapultando al Viper al top ten de deportivos.
Como también pasó con el Corvette y otros luego del roadster vino el coupe, llamado GTS.
El coupe era un producto más refinado en términos de confort (ahora con aire acondicionado), de rigidez de chasis, y por sobre todo, en aerodinámica porque parece que los primeros diseños tenían una alarmante tendencia a salir volando cuando circulaban a más de 250 por hora.
BBURAGO DE PUÑO Y LETRA
Los primeros modelos son de Bburago, seguramente los reconocieron fácilmente por las ruedas.
La ejecución es casi irreprochable, sobre todo si consideramos los límites de la juguetosidad.
El interior se puede mejorar con pinceladas, iguál que las luces traseras.
Por lo demás, ambos modelos lucen similar decoración, y podemos asegurar que las diferencias están a partir del limpiaparabrisas para atrás.
Quizás en la realidad haya más diferencias pero en los modelos no son tan notorias.
EL PLATO FUERTE
Por suerte, no todo es Bburago en la vida.
El Viper también fue replicado por Universal Hobbies, quizás antes que se dedicaran a los
tractores.
Tuve la delicadeza de no comparar al modelo italiano con el de UH, me pareció que era injusto para con Bburago.
Es que el modelo de UH se ve más musculoso que el italiano.
Parecen dos autos diferentes.
Más allá del tema formas y proporciones, el UH gana en el apartado "racing".
En efecto, la verdadera estrella en el UH es su minuciosa preparación que no se limita a un juego de calcos deportivos.
El Viper de competición tiene tomas de aire para enfriar el habitáculo, los frenos traseros, una ventana trasera con canalizaciones, una antena casi invisible sobre el techo.
Los limpiaparabrisas también son macanudos.
Quizás las llantas no se ven tan espectaculares pero podemos disculparlas pensando que es un modelo de hace casi diez años.
También tiene insertos para las luces traseras y delanteras, la tapa del tanque de nafta y hasta un modesto detalle de los bajos que tanto le gustan a
Antonio.
Otro aspecto interesante del UH son las branquias con agujero, se ve que hay algo por allá adentro.
El UH está dos colores: blanco y azul.
Como se imaginarán, el azul es exactamente igual al blanco pero cambia el color.
NO HAY DOS SIN CUATRO
Otra empresa que se aventuró con el Viper fue Altaya.
Muy similar en medidas y proporciones al UH, aunque menos sinuoso en tomas de aire o antenajes.
El Altaya tiene a favor y destaca por las luces delanteras amarillas, además de un par de faroles adicionales encastrados en la arista de la trompa.
Acá una vista del terceto.
Como dije antes, me abstengo de incluir a Bburago en estas comparaciones.
En este trío se aprecian las formas del Altaya bien en sintonía con los UH.
EL VIPER GAUCHO
Piensen en 1992, con un Gaucho joven que quería tener todos los autos del mundo.
Piensen en la carencia de esos años, que por políticas o economías, nacionales o personales, era imposible pensar en un coleccionable sólo para canibalizarle las ruedas.
Sin experiencia, sin materiales, con muy poca data pero muchas ganas de hacer cosas.
Así surgió este modelo imperdonable, tomado de una foto o quizás de dos.
Las ruedas tomadas de algún pull back chinazo y el parabrisas de algún otro estrellado (en esa época no me animaba a enfrentar transparentes vírgenes).
Los asientos también fueron cedidos, es decir que el verdadero trabajo estuvo en la carrocería y en las toscas pinceladas.
Espero sepan perdonar el pecado cometido.
Yo vengo perdonándome desde hace varios años.
Es que tampoco me queda otro remedio.
That's All Folks!
Gaucho Man
el incólumne