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miércoles, 26 de febrero de 2014

chevron - buby 1/64

Mucho se ha hablado de los modelos que Buby incluyó en su catalogo de 1973 pero no fabricó, pero sin duda, el que más controversias ha levantado es el Chevron.
Existió realmente el Chevron de Buby?
No hace falta decir que es una duda que ha desvelado a más de una generación de coleccionistas, en busca de una reproducción única de un automóvil único y exclusivo de nuestra industria nacional!
 

Así es amigos, tras una inquietante investigación, Gaucho Man ha ubicado a una persona que tiene imperdibles respuestas sobre el tema.

Gaucho Man se enorgullece en presentar un intenso reportaje que aclarará definitivamente el panorama y despejará todas las dudas.
 

Por primera vez en la historia de la internet y del coleccionismo, Gaucho Man presenta un completo dossier con fotos y un reportaje inédito que seguramente disparará numerosas polémicas entre los coleccionistas.


 


Todo sucedió de casualidad, en una despreocupada entrevista que mantuvo nuestro héroe con el amigo Andrés D'inca.
Para los que no lo conocen, Andrés es un eximio coleccionista de autitos, muy conocido en nuestro medio.

Con su sagacidad habitual, Gaucho Man le preguntó:
- Lo viste alguna vez al Chevron de Buby?
- Yo no lo vi nunca.
- Ah, bueno.




Y asi culmina otro gran reportaje de Gaucho Man!




Gaucho Man
el indecible




No se pierdan la próxima investigación, 
prometemos revelaciones inquietantes en otro dossier espectacular que todos están esperando.


Existió el Torino de Galgo?






jueves, 20 de febrero de 2014

redacción tema: diecast para niños y el futuro



Hace muchos años, teníamos un entorno social y una cultura que privilegiaba la institución familiar por sobre todas las cosas.
Desde la revista Billiken hasta la serie de televisión "Lassie" apoyaban la movida familiera de modo tal que la sabiduría popular supiera que no había nada mejor que una familia instituida y bien constituida.


En ese entorno, el héroe favorito de cualquier pibe era su propio padre. No había Hombre Araña ni deportista Messi capaz de quitar ranking al progenitor.
A la hora de comprar juguetes, las opciones también eran acotadas y los chicos terminaban eligiendo un autito "como el de papá". Dinky, Guilloy, Buby, Matchbox (por citar algunos ejemplos) se esforzaban por reproducir el automóvil familiar, tan emblemático como el escudo de la familia.
Siguiendo un criterio pictórico podemos llamar "modelos naturalistas" a estos autitos que recrean al auto real en todos sus detalles manteniendo una escala definida.

Con el tiempo (y como siempre), los yankis patearon el tablero y lo arruinaron todo.
Llegaron el Capitán América y Superman prestos para pelear y ganar la batalla por el liderazgo familiar.

Muchos de ellos llegaron en auto. James Bond, Starski y Hutch, los Dukes de Hazzard (entre otros), mostraron el efecto de unas pinceladas extra sobre una carrocería standard.


Pero eso fue apenas el principio. Todo tiempo posterior fue peor. Los escapes crecieron pornográficamente, los rodados aumentaron hasta límites indecibles, los colores migraron a tonalidades impensables, los asientos pasaron de cuatro a dos o a veces uno solo o ninguno, los diseños incluyeron todo tipo de apéndices aerodinámicos y hasta ametralladoras, y un deshumanizado etcétera que asustaría al mismísimo Mad Max.




Entre Batimoviles, Autos Fantásticos y camionetas de Brigada A atropellaron y se comieron crudo al padre de familia que venia del trabajo en su modesto Fiat o Renault.


Los únicos privilegiados fueron los que tenían la licencia para comercializar merchandising.
Y otros fueron más allá e inventaron una mitología de autitos que ni siquiera tenia paralelo en la televisión.


 

Así las cosas, es casi imposible encontrar autitos de juguete que reflejen diseños naturalistas. Afortunadamente existe un universo de coleccionismo adulto, con escalas establecidas y modelos definidos acotados por la realidad.
Las preguntas del millón:
+ Qué futuro le queda al coleccionismo naturalista cuando crezcan los pibes que hoy consumen las porquerías de Mattel?
+ Seguirá el coleccionismo naturalista la misma evolución que la escala pequeña?

Señores, queda abierto el debate.



Gaucho Man
el reticente



viernes, 14 de febrero de 2014

redacción tema: el gaucho y el monociclo

Toda idea, todo concepto tiene un número asociado.
Los paradigmas marcan un máximo, un ideal y un mínimo.

El fantástico universo del transporte no es la excepción, y lo que sobra son opiniones, cada número tiene sus partidarios y detractores, todos con suficientes fundamentos y -hay que decirlo- algo de fanatismo.



Dentro del universo transrtil que nos ocupa, el número ideal, o al menos el elegido por la mayoría es el cuatro.

Hay extremistas que llevan el número a seis o más, pero generalmente se quedan en números pares, seguramente por una cuestión de simetría.
El número dos también congrega legiones de fanáticos (les llaman motociclistas).

Algunos mezclan el número cuatro con el dos, promediando en tres.
Son pintorescos pero no muchos.
Y cuál es el menor número permisible?



El equilibrio es un concepto indiscutible y necesario,
pero afortunadamente existe la física con sus leyes que entre momentos angulares y brazos de palanca,
se las ingenia para mantener la estabilidad, al menos cuando la velocidad relativa es distinta de cero.
Y con un poco de practica, el número dos garantiza sensaciones fantásticas.

 

Y el número uno?
Si el número dos comprometía la estabilidad (al menos en parado), el número uno se presenta -en el mejor de los casos- como conflictivo.
Un giróscopo podría ayudar a mantener la verticalidad, pero no sé si requiere alguna tecnología específica o qué tamaño debe tener.

Buceando en la web encontré varios monociclos, aunque tengo dudas sobre la legitimidad de las fotos.
El primero, color rojo, me resulta poco creíble, dado que es muy vago el mecanismo de tracción y la suspensión no parece ser operativa.
Y como si esto fuera poco, con un conductor montado el centro de gravedad queda demasiado elevado como para permitir un manejo relajado.



Este ejemplar verde tiene varias palancas y un volante aunque parece ser de propulsión a sangre, además de terriblemente incómodo (quizás haya que agregar un asiento).



Las fotos en blanco y negro se ven sinceras y transmiten un discreto pero envidiable vértigo.
En las dos fotos que siguen se ve que los monociclos se inclinan, quizás por el momento de fuerza del motor, y al monociclista haciendo fuerza para el otro lado para contrarrestar.



Me quedan muchas dudas y una gran inquietud por estos vehículos que llevan al número a su mínima expresión y exponen al paradigma al límite de la lógica.

 

Lástima que no se consigan en 1/43, imaginen una enciclopedia intitulada "Nuestros Queridos Monociclos".

That's All Folks!


Gaucho Man
el esdrújulo

sábado, 8 de febrero de 2014

lotus esprit - universal hobbies 1/43

A George Martin le decían "el quinto beatle" aunque soy un convencido de que el apodo le quedaba chico.


Tras varios años devorando canciones del cuarteto de Liverpool, conociendo cada compás, reconociendo cada corchea, analizando timbres, cadencias y formas de componer, llegué a la conclusión de que sin George Martin, todas las canciones del cuarteto hubieran sido iguales, sin brillo.


Antes que se enojen por semejante idea, los invito a escuchar los discos solistas de cada ex-beatle:
  • Lennon imaginó un mundo en que todos recordaban sus canciones solistas, pero solamente le recuerdan una.
  • McCartney siguió siendo un simpaticón con mucho talento para el pop pero nada más.
  • Harrison hizo algunas cosas que justificaron el lugar que ocupaba dentro del cuarteto y después se murió.
  • y Ringo... Alguno recuerda alguna expresión musical de Ringo, antes o después de la separación?


George Martin arregló las canciones más queribles de los fabulosos four. Trompetas, coros, orquestas o violines, cualquier recurso era válido para mejorar las canciones.
Aunque también se sabe que Lennon y compañia odiaban estos arreglos.
Por mencionar algunos ejemplos, imaginen a Lady Madonna sin las trompetas, a Let it Be sin los coros o a A Day in Life sin la orquesta. No queda demasiado.

Además, Martin produjo a varios discos y artistas, distinguiendolos de la mayoría, como había hecho con los melenudos de Liverpool.



Tuve la suerte de que me regalaran la banda sonora de la película "Vivir y Dejar Morir" cuando cumplí diez años.
He escuchado ese disco más veces de las que se pueden imaginar, hasta conocerlo como si yo mismo lo hubiera escrito, y les puedo asegurar que es perfecto.
Como "Las Cuatro Estaciones" de Vivaldi, una lección de cómo hacer música.


Volviendo al quinto beatle,
este disco debe haber tenido algo especial porque pasó a la historia como "el disco" de 007, usado incluso en otras películas posteriores, de 007 o de otros sucedáneos.


Y hablando del Lotus Esprit, les confieso que es mi amor imposible desde que La Espía amó a Bond.
En youtube vi un reportaje al stunt man que manejaba el Esprit blanco en la película
y el hombre se quejaba de la poca potencia del auto, que el director de la película quería escenas con mucho caucho quemado, autos haciendo wheeling, y otros alardes imposibles para el modesto motor del Lotus, aunque finalmente zafó con algunos derrapes.


Ya sé que este Lotus color bronce no es el de la película musicalizada por George Martin ni el submarino de la espia que lo amó, pero es el que tenia a mano para las fotos.
Tengo otros Esprit blanco, verde, de competición, muy lindos pero están difíciles para sacar de la vitrina, otra vez será.


That's All Folks!

Gaucho Man
el orondo

miércoles, 5 de febrero de 2014

rescate emotivo: bar fangio



Cuenta la leyenda que allá por los cincuentas, o quizá en los cuarentas, Fangio, nuestro Quíntuple Chueco, pasó y se demoró un rato por la calle Calchaquí.
Quizás fue en carrera, tal vez alguna reparación instantánea al auto, y dicen que también, un oportuno refrigerio o un alivio urinario para el corredor.



(para los foráneos, les explico que Calchaquí es el nombre
 de un tramo citadino del camino que une Capital Federal con Mar del Plata,
 más precisamente cuando pasa por la localidades de Quilmes y Bernal)

 

La memoria popular atesoró el recuerdo, y con orgullo contaban "En esa esquina paró Fangio" y señalaban algún punto impreciso entre las calles Jujuy o La Rioja.
Pronto se habló de "La Esquina Fangio", modesto ícono del orgullo barrial.

 

La memoria se hubiera diluido de no ser por los colectiveros que tomaron al nombre propio de la esquina para identificar una parada (1) y (2).
Entre los choferes se hizo rutina cortar boletos "hasta la Parada Fangio".



Años después, por esas cuestiones de la vialidad, alguien movió la parada que estaba en la mano hacia Capital (2), hasta la calle Jujuy (3).
Es decir que "la esquina" quedó dividida: mitad en calle La Rioja (1) y la otra mitad en calle Jujuy (3). Esta división sólo contribuyó a la confusión general, aportando imprecisión adicional a la ubicación de la Esquina Fangio.

  

Años después, un visionario abrió un bar en Calchaquí y Jujuy y con mucho acierto le puso "Bar Fangio".

Más que bar temático, se trata de un modesto comedero,
y -hay que decirlo- los parroquianos tienen el aspecto de no tener idea de quién fuera Fangio.
La primera foto muestra una vista vieja de hace unos años.
Las otras fotos muestran las optimistas marquesinas que lo adornan actualmente, con un fotorama que parece afanado de la página del Museo Fangio


También muestro algunos dibujos en las paredes que homenajean al Chueco en carrera, al mando de un indefinido "Alfaserati".



Este cronista gaucho hizo muchas consultas a gente del barrio.
Nadie lo vio en primera persona, todos saben que alguien lo vio, que alguno estuvo ese día, o quizás un abuelo óbito contaba la anécdota, pero sin mayores precisiones.
De todos se ponen de acuerdo para asegurar que fue Fangio.
Nadie sabe si fue en carrera, de paseo o simplemente de paso.
Tampoco logré rescatar el año del evento.
Y siempre la imprecisión geográfica entre las dos calles.



Pasan los años y algunos colectiveros, sobre todo los más jóvenes, ya no saben cuál es la esquina del Chueco.
Pero el bar sigue firme, ponderando orgulloso el humilde recuerdo de nuestra Esquina Fangio.



That's All Folks!



Gaucho Man
el admonitorio