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martes, 6 de abril de 2021

vidas ejemplares: george waltman






EL SEÑOR WALTMAN (1925–2013)

Siendo poco más que un adolescente, George Waltman se recibió de piloto aeronáutico en Jamaica, luego se enlistó en el Ejército del Aire y terminó volando bombarderos en la II GM en la 73er Ala de Bombarderos. Imagino largas jornadas sentado en la carlinga del bombardero, sobre las aguas del Pacífico, quizás fueran la antesala de su destino de largo aliento.

Luego de la guerra, estuvo un tiempo trabajando para British Air pero en cuanto pudo, ingresó en la industria automotriz. Trabajó como ingeniero de servicio para Jaguar-British Leyland, e incursionó en el mundo de las carreras en Bahamas, Sebring, Daytona, Bridgehamton, Lime Rock and Watkins Glen.
Además del B29 manejó MG TC, MGA, Triumph TR3 y TR4 y Morgan Plus Four.



Empezó a correr en 1954 en clases promocionales y en 1960 hizo su primera participación en las 12 Horas de Sebring. En 1961 empezó con la costumbre de correr totalmente solo, sin copiloto.
En esos años no había regla que prohibiera equipos unipersonales, quizás porque al redactar los reglamentos, nadie pensó que pudiera haber algún inconsciente capaz de correr en "modo solitario".
Atentos al ímpetu de Waltman, lo dejaron correr con la condición de que debía tomar una hora de descanso por cada cuatro horas de carrera. 



Hagamos cuentas: de cada cinco horas, podía correr sólo cuatro. De las 12 horas, corría sólo diez horas. Con tanto hándicap de tiempo, los primeros lugares quedaban definitivamente fuera de su alcance. Aunque hubiera tenido una mecánica de primera línea, le hubiera sido imposible igualar el kilometraje de los ganadores.



Durante su campaña, corrió 54 carreras y logró una cola victoria (1965 SCCA Regional) y fue ganador de su clase cuatro veces.
Mirando su historial de carreras, se ve que era un corredor de largo aliento. Calificaba en los puestos del fondo debido a sus humildes mecánicas, pero ya en carrera, a fuerza de aguante y aprovechando los abandonos de otros participantes, recuperaba espacio hasta promediar los lugares del medio del pelotón.

Sus primeras participaciones en Sebring pasaron desapercibidas, Waltman ya había corrido en modo solitario con Triumph TR4 las 12 Horas de Sebring de 1962 y 1963. Tenía 37 años.


EL MANEJANTE SOLITARIO

Si correr 12 horas (o 10, ya no importa demasiado) sólo revestía carácter de proeza, hay que decir que Waltman también manejaba su auto de ida y vuelta a su casa en New York (unas 1200 millas adicionales de ida y otro tanto de regreso). Con este último agregado, la proeza se transformaba en hazaña.

Estos lances en Sebring hubieran pasado desapercibidos de no ser por el Director de Publicidad del evento, Fred Kingsbury, le hizo notar la hazaña a los periodistas, con un comentario del tenor de "Acá tenemos un hombre aguantador".

En 1968, con 42 años, corrió las 24 horas de Rolex Daytona solo, sin copiloto ni mecánicos asistentes.



Cuenta la leyenda que Waltman corrió con un Morgan comprado al sector de coches incautados de la policía de New York, apenas modificado para la carrera con una toma de aire inferior para canalizar aire al motor y equipado con radiales Michelin X.

Al no tener mecánicos ni asistentes, Waltman debía cargar combustible, cambiar ruedas y efectuar cualquier reparación en primera persona, con sus propias manos. Seguramente contaba con la colaboración de concesionarios que cambiaban su ayuda por un lugar para publicidad en su auto. También se dice que algunos mecánicos de otras escuderías también lo ayudaron en cuanto podían.



Durante los descansos obligatorios, que incluían "pausas sanitarias" y comidas, dejaba su auto en el playón de boxes, colocando en el asiento un cartel “Out To Lunch” que podríamos traducir como "me fui a comer".



Sobre el final de la carrera tuvo un problema serio cuando una paleta rota del ventilador del Morgan pinchó el radiador. Waltman juntó toda su existencia
 de chicle (una unidad en la boca más 10 unidades envasadas) junto con la recolectada de otros individuos de los boxes, suficiente para emparchar el radiador herido en menos de media hora. La reparación le alcanzó para correr 15 minutos y darse el gusto de recibir el banderazo final de la carrera.




El Morgan llegó en posición 30, a 335 vueltas del Porsche 907 ganador.
Apenas cinco vueltas atrás del equipo del actor James Garner, American International Racing, que tenía tres o cuatro Corvettes con corredores de primera línea.
Las fotos muestran la diferencia entre el exiguo empaque del Morgan contra las aguerridas siluetas de los autos rivales.




UN DIA EN LA VIDA DE GEORGE WALTMAN

Waltman tiene el récord de haber sido el único en la historia que corrió esa carrera de 24 horas en solitario. Pero no sólo manejó las 24 horas sin relevos, sino que después de la carrera, fue a pasear a Miami y luego regresó a su casa en Nueva York, todo en el mismo auto y con el mismo juego de gomas. Las crónicas no lo mencionan específicamente, pero imagino que antes de salir para New York, se habrá dormido, al menos, una siestita.



Indudablemente, Waltman corría por diversión y no para ganar plata. Tenía bien claro que su Morgan no era rival para los autos de primera línea que corrían los equipos de elite, su triunfo personal era llegar a la bandera a cuadros pese al handicap de potencia.

Fue como la fábula de la tortuga y la libre, con una gran recepción en la línea de llegada, todos amontonados para festejar y salir en la foto con Waltman.



Llegué a Waltman de casualidad, a raíz de esta foto.
Por favor deténganse en la sonrisa feliz que asoma por la ventana del auto.
La cabecita sonriente pese al mal tiempo, o quizás por el mal tiempo.
La foto es de Sebring 1965, una carrera inundada por varias pulgadas de lluvia que cayeron en muy poco tiempo, mojando, inundando e imposibilitando a los Cobra, GT40, Chaparral y Ferrari, que con tanta agua no podían ir a más de 50 km/h sin entrar en aquaplaning sobre sus anchas ruedas. Muchos autos andando despacio y otros varios destruidos en húmedos choques (un ISO Grifo partido al medio, algún Cobra muy arrugado). Obviamente nadie había previsto la necesidad de cubiertas para lluvia.
Por el contrario, los autitos como éste de Waltman, con rueditas de juguete, cortaban el agua de la pista sin peligro de perder tracción ni tenida.
Las hazañas de Waltman le valieron cierta fama dentro del ambiente. Bill France Sr., fundador de NASCAR lo llevó a pasear por la pista de Speedway en el pace car. El New York Times lo nombró El "Ironman of Racing".


REQUIEM


“El desafío de la carrera de resistencia no debe ser sólo son para el auto, sino también para el piloto". George Waltman




Falleció a los 87 años.

Actualmente su familia está buscando el Morgan corrido en 1968. Es una búsqueda ciega porque el auto fue comprado sin papeles y no hay modo de rastrearlo.
Si alguno ve un Morgan blanco con una toma de aire fuera de lo común, por favor no deje de avisar!



That's All Folks!




Gaucho Man
el centrípeto




FUENTES:
https://www.facebook.com/groups/213722699042349/permalink/1223367591411183
https://www.sportscardigest.com/remembering-george-waltman-1925-2013/
https://www.news-journalonline.com/sports/20180123/waltmans-incredible-racing-feat-50-years-ago-in-rolex-24
http://www.floridastockcars.com/gallery3/v/Daytona/Color+photo+of+George+Waltman+on+his+solo+driving+run+in+a+Morgan+Plus+4+in+the+1968+24+Hour+race___.jpg.html
http://justacarguy.blogspot.com/2018/11/when-people-talk-about-greatest.html
https://www.autoweek.com/racing/more-racing/a1916516/rolex-24-racing-iron-man-geroge-waltman-dies/
https://www.racingsportscars.com/driver/photo/George-Waltman-USA.html





22 comentarios:

  1. Pero este tipo era un genio!!
    Desde luego que "su" vida mereció la pena ser vivida. Y encima se lo tuvo que pasar en grande...

    Mucha pasión y mucho espíritu de sufrimiento. Igualito que las "niñitas" quejicosas de la F1, en gran medida (aunque no todos son así, menos mal).

    Gracias por descubrirlo, por lo menos para mí, yo no tenía el gusto de conocerlo. También me apenó que se haya muerto ya...

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    1. En Argentina hay una expresión que lo define: "LOCO DE LA GUERRA", aunque en este caso, me parece que le queda chica.
      Este tipo era un grande y no se preocupaba por bailar con la más fea, cambiar una rueda o manejar muchas horas.
      Como diría Fontanarrosa "con la humildad de los grandes".

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    2. Aquí decimos "te apuntas a un bombardeo". Me parece más gráfica aún...

      Bien el tipo, me gustan los que no se bajan de la bici en las cuestas.

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  2. Ahora si que como dice el dicho:
    "Por el placer de ser.."; llevado a la pista, llevado a la carrera.
    Este Señor verdaderamente disfrutaba el correr solo, se guardaba el placer para sí mismo aunque le cansara y aun en el cansancio lo seguía disfrutando.
    Lo que cuentas lo comprueba.
    Le entiendo y hasta se lo envidio.
    Que gran historia y que gran hombre.

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    1. Casi casi que dan ganas de restaurar un Morgan y salir a recorrer kilómetros bebiendo el viento!
      Debió ser un gran tipo.

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  3. Un autentico llanero solitario.
    Me recuerda también a lo que hacia Ab Jenkins que se metía unas pechadas bárbaras a pilotar.
    Había leído y visto reseñas sobre la tromba de agua de Sebring 65 pero no había visto la foto del piloto sonriente del Morgan.
    Me extraña el hecho de que dejara escapar el Morgan blanco después de tantos kilómetros y aventuras, me pregunto también lo incomodo que debía ser de pilotar al menos visualmente con ese morro tan alargado difícil saber donde apuntaban las ruedas, pero bueno después de tantas horas lo convirtió en algo instintivo.
    Muy buena historia y como siempre muy bien narrado.

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    1. El morro alargado del Morgan puede ser un estorbo para andar en ciudad o para estacionar, pero no creo que moleste para andar en ruta o pista.
      En cuanto a visualizar las ruedas delanteras, sé que las opiniones han estado muy divididas, recordemos que el mismísimo Fangio rechazó el Mercedes Flecha de Plata w196 carrozado porque los guardabarros le impedían ver las ruedas delanteras.

      Estuve googleando fotos y la verdad es que fue increíble la cantidad de agua, y más increíble que no suspendieran la carrera.
      Mucha plata en autos, y mucho más en vidas (la verdad es que no sé si hubo víctimas, voy a investigar).

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  4. La historia de un hombre que hizo exactamente lo que quiso, y porque quiso. Pocos pueden decirlo.

    Muy encomiable ese multiuso y abuso del Morgan: como vehículo de transporte, de competición, y de uso habitual y cotidiano, supongo. Lo que no explica como fue capaz de deshacerse de su Babieca, de su Bucéfalo. En fin, cosas de familia...

    Un saludo.

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    1. Andá a saber cómo terminó el Morgan.
      Si tuvo uso tan intensivo, no te sorprenda que haya quedado detonado, generalmente los autos de carrera tienen un final triste, si ganan van al museo, pero lo más probable es que terminen como donantes de partes para otros autos o corriendo en categorías inferiores, terminando chocados, modificados o simplemente vaciados.
      Y el Morgan es un autito, recordemos que hasta tiene partes de madera, no creo que haya tenido mucha resistencia a la mala vida.

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  5. Llegue hasta aqui de casualidad.. (para ser exactos, un grado mas de casualidad que vos, ya que vi tu comentario sobre la foto...). Impagable, no lo conocia. me quedo con su frase “El desafío de la carrera de resistencia no debe ser sólo son para el auto, sino también para el piloto".. Toda una definicion

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    1. Arrighi, siempre es un gusto saludarte!

      Con tanto tiempo manejando, en ruta o en circuito, imagino que su pensamiento tenía tiempo de pasear por los lugares más recónditos de su cerebro, para pensar esa genialidad y otras que no conoceremos nunca.

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  6. Interesantísima historia. Como fanático de los Morgan, el modelo en color blanco lleno de suciedad me enamoró. Más aún sabiendo todo el uso que le dio y que parece que fue parte importante de su historia. Una pena que no esté en manos de la familia.

    Sobrevivir a ese Sebring de 1965 ya es todo un mérito.

    Saludos!

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    1. A mi también me gustan mucho los Morgan, los triciclos y los de cuatro ruedas, los nuevos y los viejos.
      Y verlo en la trinchera, todo embarrado, peleando a los gigantes de la pista, no deja de ser emocionante, hasta los tuétanos!

      Parafraseando a Quino, podríamos decir que es uno de los pocos autos en que lo importante es el tipo que maneja!

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  7. Maravilloso el Morgan, un auto que me gusta mucho. ¿El que mostrás en escala es de slot?
    Don Waltman todo un aventurero, de los que hoy solo quedan en las categorías zonales amateur.
    Abrazo!

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    1. Te cuento, ese Morgan está recortado de una foto de la nieta de Waltman, que tenía una mesa con el casco, una foto y el Morgan a escala grande, calculo que 1/18.
      Los corredores ya no vienen así.

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  8. La genialidad y heroísmo son títulos que nos ganamos cuando hacemos cosas que rayan lo absurdo o lo racional...

    Pero nos salen bien!

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    1. Usted lo ha dicho: tiene que salir bien.
      Recuerdo la definición de Quino, que decía "Mártir: héroe con mala pata".
      De un lado los que héroes de la genialidad,
      del otro lado, vamos nosotros los mártires.

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  9. Me imagino que después de misiones de bombardeo para el tipo manejar más de 12 horas era una tontería. No me quedó claro si era yanqui o británico.

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    1. Yo también pensé que la escuela del B29 era una preparación para el manejo de largo aliento.
      El tipo era de New York y pasó juventud en Bahamas, me jugaría una ficha a que era nacido en USA.

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    2. ahh! me hacía dudar porque usaba autos ingleses y porque estuvo en Jamaica, que creo que aún sería colonia o protectorado británico

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  10. Un genio de la vida.Me impresióna la cantidad de hs q pasaba al volante a fondo, y los resultados conseguidos, sin duda era un muy buen piloto que en vez de ponerse a correr para otros, decidió pasar su vida como quiso! Aplausos de pie

    Fer, de Lima, Bs As

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    1. Con ese perfil, seguramente era muy querido en el ambiente, imaginá un tipo simpático, que viene, corre, no te pelea la punta, le da color al evento y se va manejando sin quedarse al asado después de la carrera. Yo también lo pondría entre mis amigos.
      Quién no quiere vivir así?

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