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miércoles, 10 de agosto de 2022

ejercicio literario: dos viejos amigos





Advertencia: Lo que van a leer, los que lean, es un intercambio de comentarios perpetrados en el blog de mi amigo el Vasco, me gustó por forma y contenido, lo extracté y le agregué un entorno.
Espero que lo disfruten tanto como yo.


UNA DE ORTEGA Y GASSET

El último sol de la tarde se filtraba por entre las transparencias de la vieja cortina, los rayos se corporizaban reflejados en el ambiente de humo y polvillo.



Ortega miró distraídamente la biblioteca cubierta de polvo.
- Usted ha leído a Wilde?
Gasset lo miraba con atención y respondió con entusiasmo.
- Por supuesto, es mi favorito! Recuerdo el Retrato de Dorian Gray. De ese libro, me quedó grabada esa idea de que con los años uno se vuelve todo nariz o todo frente; un genio! Quizás yo sea la excepción: muy poco conocimiento, algunos años y preocupaciones (no lo puedo negar), y muy poca maldad, y sin embargo estoy hecho pelota!



Ortega avanzó un par de pasos a una pequeña vitrina con autitos. Tomó un viejo Corgi y comentó mientras lo examinaba.
- Con respecto a su intelecto, creo que simplemente sufre del efecto inverso del Dunning Kruger. Ud tiene sus habilidades y conocimiento en un nivel muy alto. ¿Acaso no ha visto en líneas generales, lo pobre que es el coleccionista? Con sus envidias a flor de piel, sus pocas ganas de adquirir conocimiento y con solo un objetivo: sumar autitos!
Gasset se levantó perezosamente y se dirigió a la mesita bar, se sirvió un vaso de whisky y exclamó guiñando un ojo a su interlocutor.
- Es verdad que he conocido casos de coleccionistas con coeficiente intelectual negativo, pero no se lo diga a nadie!



Ortega no largó el Corgi pero se dignó a levantar la vista y devolver la mirada a Gasset.
- Alguna vez Usted dijo que esperaba que el tamiz del tiempo, muestre a los nuevos coleccionistas. ¿Los ha encontrado? Digame que por lo menos hemos sumado a uno... Y Dios quiera que sea mucho más avanzado que nuestra generación.
Gasset sacudía suavemente su vaso y respondió con aire distraído:
- Qué pregunta! He visto muchos coleccionistas nuevos, y algunos que hasta parecen serios. Lamentablemente el FB no es la herramienta adecuada para descubrir un coleccionista, ni mucho menos al fenómeno que subyace bajo los autitos.
- No me sorprende, FB es solo una herramienta para atraer gente al blog o a Instagram. Permiso!
Se acercó a la mesa, cubierta con libros, autitos, cajas de autitos, herramientas, revistas, tachos de pintura, pinceles secos y platos sucios de comida. Hizo un poco de lugar y probó la rodabilidad del Corgi. Gasset insistía con su negativa.
- Tampoco hay parámetros de comparación. No voy a compararlos conmigo mismo porque es trampa. Yo llevo tres décadas en esto y cualquier comparación es injusta. Le gusta el autito?
Ortega ignoró la pregunta, y siguió hablando mientras probaba la suspensión del autito contra la mesa.
- No es cuestión de comparación con uno mismo. Hace unos años, uno se entusiasmaba cuando conocía un colega del hobbie. Hoy sucede que cuando uno conecta con un entusiasta del diecast, solo se imagina que es otro comprador serial de kiosco -Gasset dio un breve sorbo de su vaso de whisky-. Me llama más la atención, una persona que tiene diez Bburagos a uno que tiene la colección completa de Inolvidables.
Gasset abrió una heladera minúscula, tomó un par de cubitos de hielo y los puso suavemente en el vaso, dejando la cubetera sobre la mesa, arriba de un tarro de pintura seca.
- De todos modos, puedo asegurar que existen tipos serios (disculpe si abuso de la palabra) que llevan sus colecciones en forma cabal, ordenada y sigilosa -dijo Gasset mientras revolvía el hielo del whisky con un dedo.
Ortega se incorporó y respondió haciendo ademanes, blandiendo el Corgi como si fuera una espada:
- Hay mucha gente que prefiere el anonimato. Con un coleccionista así, se podría compartir un café.
Gasset se chupó el dedo que había usado para revolver su whisky, tomó un trago, se quedó saboreándolo, y no habló hasta asegurarse que Ortega lo estaba escuchando.



- El tema del sigilo es un problema, piénselo así: Usted camina por el jardín de su casa, patea una piedra y abajo encuentra una babosa. Quizás esa babosa calcula mentalmente ecuaciones cuadráticas de ocho incógnitas. Pero no lo dice, entonces para el de afuera, sigue siendo una babosa. Con el coleccionismo pasa igual -Ortega agarró un Bburago que encontró en la mesa, abajo de una servilleta usada, y empezó a compararlo con el Corgi, Gasset seguía hablando, apuntando a un público imaginario, más atrás de su interlocutor, más allá de la vitrina y la pared-. Para empeorar la cosa, le aseguro que la mayoría de esos tipos "serios" son un plomo; al menos a mi me aburre alguien que sólo habla de autitos (y/o autos). Nada más insoportable una discusión sobre la presión de inflado de las ruedas del Renault 6 TS versus el Renault 6 TL y lo bien o mal que Minichamps o Schuco representaban esas ruedas!
Ortega dejó los autitos en la vitrina, se sacudió el polvillo de las manos en los costados de su saco y se dirigió nuevamente a la mesa. Revolvió hasta que encontró un sánguche de lomito del día anterior. Gasset lo miraba fijo y Ortega se dio cuenta que esperaba respuesta. Con la boca llena, masticó su respuesta.
- 100% de acuerdo. No me banco al que no tiene otro tema de conversación que no sean los autitos. "Fijate que el Minichamps tiene el espejito más ovalado". Imbancables -Ortega tomó agua de un vaso abandonado en la mesa para terminar de tragar el bocado. Ajeno al mal momento de su amigo, Gasset insistía con sus definiciones magistrales.



- Los autitos son un pasatiempo, una forma de masturbación sofisticada y menos pegajosa, pero nada más que eso.
Ortega guardó el sánguche (o lo que quedaba de él) en el bolsillo del saco y se apresuró a contradecirlo.
- En lo personal, lo dejo en pasatiempo. El resto va por su cuenta...
Gasset se acercó nuevamente a la vitrina y la señaló como prueba de lo que decía.
- Ser coleccionista es acumular autitos. Más lindos, más feos, grandes o chiquitos, en estantería o en cajita. Pero es apenas un pasatiempo, un escape. Si a eso usted le suma la capacidad de pensar, escribir o comunicar, ya lo transforma en trabajo o compromiso. Le aseguro que no va a encontrar muchos postulantes.
Ortega se volvió a los autitos, puso al Bburago y al Corgi, uno al lado del otro, como para comparar medidas. Parecía un científico manipulando materia y antimateria, mientras comentó muy concentrado en la comparación.



- Para mí, el coleccionismo es más que coleccionar autitos. Es investigar, buscar, compartir. Tomarse el trabajo de sacar una foto para las redes. Creo que estas acciones complementan a la acumulación de piezas y lo hace más interesante -dejó los autitos por un momento y expuso su teoría haciendo ademanes teatrales-. Imaginemos coleccionar figuritas. Uno puede ir comprando sobres y después va intercambiando figuritas con otros coleccionistas. Aprende que alguna figurita es más valiosa, la puede cambiar por varias. Puede jugarlas y ganar o perder. Puede aprender con solo prestar atención a la figurita. Y hasta puede juntarse con fanáticos como él. -Con mirada desencajada dio su última sentencia, en voz alta, casi gritando- Otro en cambio, puede comprar por internet el álbum completo... Me quedo con la primera opción -dijo mientras se dejaba caer en el sillón y levantaba un a nube de polvo-. No pierdo la fe. Seguro que en algún lugar está la nueva ola.
Gasset revolvió la mesa hasta encontrar una picada inconclusa del día anterior. Con modales exageradamente finos tomó una rodaja de salame, la olió y la miró a trasluz como si fuera una copa de vino fino y siguió hablando.



- Coincido con el último punto, aunque es conflictivo. Lamentablemente un signo de estos tiempos es que la gente no lee, no se interesa, no aprende y siempre es más fácil comprar la colección hecha que hacerse coleccionista. Así nos va.
Gasset revolvió un poco la mesa y encontró un libro abierto con fotos de Porsche, una página con una foto de un viejo Porsche corrido por un ignoto corredor en una carrera más ignota aún. Aseguró la página con lo que quedaba del salame y volvió a la vitrina para traer un autito y comparar con la foto del libro. Siguió hablando, como al descuido, concentrado en la comparación y en el salame.
- Me arriesgo a predecir que un retorno al viejo coleccionismo tendría que ser causado por algún suceso o cataclismo, por ejemplo una época de gran malaria, en la cual muchos coleccionistas o muchos compradores de autitos, deban dejar de comprar y se tengan que conformar leyendo, o aprendiendo, o eligiendo el único autito que van a comprar ese año. Yo pasé por todo eso y me dio buen resultado, de hecho soy el resultado de la misiadura en primera persona -dijo mientras limpiaba la grasa de salame del autito con la corbata-. Quizás también funcione en los demás.



Ortega había seguido la secuencia con mucho interés, autito, foto, salame, comparación, autito, foto, etc.
- Hoy nadie busca información y ni recorre las ferias para conseguir una pieza. Hoy se busca por internet, se hace click y se espera que llegue a domicilio...
Se sirvió un vaso de gaseosa tibia y sin gas
- Seamos realistas el coleccionismo de los 90 ha desaparecido. Hoy es otro, ni mejor ni peor, con sus pro y sus contras. Nosotros fuimos creados con otras herramientas y nos cuesta lo actual y añoramos lo que ya ha desaparecido. Si hoy hubiera un cataclismo, el hobbie directamente desaparecería. Los nuevos coleccionistas no sabrían como actuar -recuperó el sánguche de su bolsillo, dio un mordisco y masticó pensativo; finalmente advirtió proféticamente-: Los tiempos han cambiado.



That's All Folks!



Gaucho Man
el avieso




16 comentarios:

  1. Poniendo en perspectiva el ejercicio literario en sí que ya supone esta sesuda entrada, han aparecido dos temas, dos problemáticas que me interesan mucho, dos boyas que recurrentemente salen a flote en los foros de internet : la acumulación obsesivo-compulsiva por sí misma, y el exhibicionismo compulsivo en demostrar esa acumulación, sin acotaciones o limitación alguna.

    Vaya por delante que la cuestión de “los tiempos cambian y el coleccionismo también” es tan obvia, que la doy por resuelta aplicando la inevitable máxima de “renovarse o morir”, tratándose de productos tangibles y físicos como son las miniaturas de diecast. Como ejemplo me remito a lo que ya viene comentándose acerca de la impresión 3D. ¿A quién no le gustaría una aplicación práctica y a voluntad del cliente con esta nueva tecnología? ¿Porqué renegar de algo que en un futuro no muy lejano nos puede dar lo que tanto deseamos? ¿Acaso es incompatible con los Dinky que ya tengo?

    Otra cosa son las ganas de aprender, y el de aprehender la historia ligada a cada miniatura. Esa faceta es tan personal e intransferible de cada coleccionista, que no hay soporte físico para ello. Quizás fotos y textos de revistas o blogs de la automoción, pero que en absoluto suplirán ese escalofrío, ese chispazo neuronal que la sola visión de un vehículo (a escala o real) provocará en nosotros la sacudida que nos hará murmurar “quiero uno de éso”. Y “éso” no es sino el motor inmóvil que mueve todo lo demás, en cuanto al coleccionismo se refiere.

    Pero volviendo a las obsesiones (acumular y ostentar), tan solo son el resultado derivado de la (mala) socialización y masificación detectada en las redes sociales, un fenómeno que tiene ya algunos años. Al igual que un cuchillo, su buen uso nos servirá para cortar finas lonchas de un bife y poder degustar mejor la carne, pero en el polo opuesto, ese mismo cuchillo también podrá ser utilizado para asesinar (sobre todo si enfrente tenemos a un coleccionista del tipo “mira lo que tengo, y lo tengo antes que tú”)

    Ni que decir tiene que el peor de los ejemplos es feisbuk, donde parece que se reúne lo mejor de cada casa. Lo digo con todo el sentido peyorativo y con toda la mala leche de las que soy capaz. Mil millones de moscas no pueden equivocarse: ¡venga usted con nosotros a comer mierda!, parecen berrear este tipo de usuarios, entre ji-jis y je-jes por cada tres palabras que garabatean. Personalmente yo no soy ningún miembro de la Real Academia de la Lengua, pero tengo unos mínimos, además de mucha paciencia, y en esa red social enseguida se percata uno del tipo de sujetos con los que interpela y pronto se agotan esas pocas virtudes que uno pueda tener.

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    1. Cuánta tela que cortar!
      Resumiendo, los main topics tenemos:
      + Acumulación obsesiva
      + Exhibicionismo
      + Aprender sobre la miniatura
      Coincido en todo!

      Me sorprendió lo de la competitividad, creo que eso está dentro de cada uno, aunque ni uno mismo lo sepa. Yo mismo me sé muy competitivo en todos mis aspectos, y seguramente el coleccionismo no es la excepción.

      En cualquier caso, creo que estas cuestiones (acumulación, exhibicionismo, ignorancia sobre objeto, competitividad,), de por si no son un problema.
      El denominador común que mencionas en cada párrafo son los modos. Fanfarronería, prepotencia, altanería, son factores de conflicto aunque coleccionemos algo tan transparente, puro e indiferenciable como el agua.
      Y de eso encuentas en el FB, en los foros, grupos, mercadillos, oficinas y cualquier otro lado que uno visite.
      Lamentablemente, es un signo de los tiempos, y se acentúa con una brecha generacional, cuando uno empieza a peinar canas.
      No te estoy diciendo viejo, yo también estoy en el mismo momento de la vida.
      Pero en mi juventud recuerdo diferencias con los viejos,
      y ahora que soy viejo, también tengo diferencias con los viejos.
      Seguramente cambia la forma de encarar las diferencias, pero aunque pongamos paciencia y oficio, las diferencias están, es inevitable.
      Y también es cierto que la vida actual, con tanta enfermedad, guerra y otras delicias, no ayuda demasiado.
      Tenemos que seguir participando!

      A propósito de las nuevas tecnologías, te invito a leer un post que escribí hace varios años ya sobre el futuro del coleccionismo, en un momento que no se hablaba de impresión 3D.
      http://gauchomodels.blogspot.com/2013/01/diecast-central-la-coleccion-ideal_21.html

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  2. No critico la más (o la menos) educación recibida de cada cual, pero normalmente solemos ser lo que escribimos. Si a eso se le suma una mala comprensión lectora y la tendencia a tomar el peor de los sentidos a la hora de interpretar lo que otro dice, así como la falta de costumbre de no ponerse en los zapatos del otro, que decía Atticus Finch, tenemos el caldo de cultivo perfecto para pasar de la miniatura al insulto personal en tan solo dos frases. Parece una tendencia, diría casi una constante, querer encontrar diferencias, en lugar de buscar y disfrutar del gusto común.

    Por último está la competitividad en sí. Es decir, el afán de muchos coleccionistas en obtener el deseado objeto y “colgar” sus fotos en la red antes que otros, adelantándose, o eso creen, al resto del mundo mundial. “Yegado hoi, je-je-je, de mi kiosco abitual, ji-ji-ji” suele ser el comentario inaugural (o uno muy parecido) de este tipo de individuos. Suelen violar casi todas las leyes no escritas del coleccionismo: paciencia, conocimiento, compartición de datos, valoración y precio de lo logrado, etc… Se enfadan muy mucho cuando el mensajero se retrasa, o llega el agosto o un puente vacacional y no hay servicio. Y “cuelgan” su enfado sin rubor: cancelo la suscripción, la última vez, qué desvergüenza, etc…

    Tiene que haber de todo en la viña del Señor, pero el hecho de que cada vez abunde más la maleducancia y las malas maneras, amparadas en el supuesto anonimato que da internet, llega un punto en que le obliga a uno a tener que crearse su propio espacio, porque el común y público ha quedado destruido por estos gaznápiros. Una buena herramienta como puede ser un foro o una red social, apenas tarda un año o dos en quedar a la altura del barro. Hay excepciones, claro, pero suelen ser en otros idiomas: como autoforum o Reddit.

    El 65-70 por ciento de mi colección es de quiosco. Quiero decir con ésto, que no soy ningún sibarita, ni mucho menos. Ni tampoco padezco de “marquitis” por el diecast. Es fácil conformarme. En lugar de la exclusividad de una pieza, busco completar una temática o un fabricante concretos, siempre dentro de unos límites: precio, época, clase social y memoria propia. Todo lo que esté fuera de esos parámetros no es que no me interese, me gusta todo lo que tenga ruedas, pero ya sabéis que por razones de espacio y de presupuesto hay que autoimponerse unos límites. Unos límites, una contención que intento trasladar como filosofía propia (por llamarlo de alguna manera) a otros blogs y a las relaciones interpersonales con otros coleccionistas.

    Un saludo (¡y paciencia!)

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    1. No puedo dejar de pensar en eso de la competitividad.
      Como decía, me siento muy competitivo en todos o casi todos mis conductas y aspectos.
      Pero qué quiere decir eso, hablando en términos de coleccionismo?
      Yo compito por ser más coleccionista o por tener más colección que otro?
      Si así fuera, cuál es el parámetro de comparación? la cantidad? la calidad? la variedad? la temática? la originalidad?
      A fin de cuentas, creo que nunca va a haber una colección que sea más igual a lo que quiero, que la mía!
      Es lo como decir que yo soy el tipo que más se parece a mí mismo!
      Y por lo tanto, la colección que más me guste siempre va a ser la mía, aunque sea una porquería!
      Será por eso que nadie me quiere en el ambiente del coleccionismo?

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  3. Desde luego, si no fuese por los kioskos... nah, tendríamos muchas menos piezas pero de mayor valor. Gracias a las editoriales se democratizó esto del coleccionismo, con muchos modelos inéditos y con precios accesibles, siempre y cuando no consideremos a las miniaturas como un bien de primera necesidad...

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    1. Hola Antonio.
      Creo que la democratización ya ha empezado, pero es tan solo la primera etapa del proceso.
      Las últimas piezas que mostraste indican un importante crecimiento en calidad y detalles, y por lo que he visto, prácticamente manteniendo precio muy por abajo de lo que Modeltrans o cualquier artesano puede llegar a hacer.
      Hace tiempo que vaticiné una disminución en productos artesanales en favor de los coleccionables; no van a desaparecer pero si van a ser canibalizado en gran manera por los coleccionables que vienen cada vez mejor.

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  4. Estimado Gasset!

    Los tiempos pasan en todos los ámbitos hasta en el hobbie.
    Los autos no son los de antes, ni las fotos, ni las repisas.
    Mucho menos los coleccionistas.

    Estos tiempos no son mejores ni peores. Como todo, tiene sus ventajas y desventejas.

    Tal vez, la desventaja que más llama la atención, es lo perezoso que es el nuevo coleccionista. Nada de buscar o investigar. Simplemente hace click y espera la figurita en el sillón de su casa.

    La ventaja, es que no son unos monotemáticos del hobbie, como algunos de la vieja ola, que no tienen otro tema de conversación.

    Veremos con los años, como será la tercera ola....

    Adiós colega

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    1. Por favor amigo Ortega!
      Tenga la amabilidad de no reducir todo a un problema social!
      Ya sabemos que los nueva o las coleccionistas son todos una manga de buenos para nada, pero no hay que ponerlo en esos términos, deje algo para nosotros los viejos.
      El otro día pase por un kiosco y me sorprendió ver en venta un fascículo del coleccionable de Fangio, un Mercedes flecha de plata, que visto con buenos ojos, está muy bien resuelto. Se imagina haber tenido semejante bicho, en un kiosco, a precio reducido, en los tiempos que existía era un Dinky pedorro, sin interior no transparentes, pero que costada medio sueldo, si es que lo encontraba?
      Lea el comentario que le hice a Antonio y tiene la respuesta a mi pregunta.

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    2. He leído su comentario estimado Gasset, y así como ud vaticinó la desaparición de los autos artesanales en contra de los coleccionables, yo le dije que los artesanos iban a mutar. Y así lo han hecho.

      Hoy uno puede llevar un coleccionable a algún habilidoso para que lo customice a su gusto; puede comprar calcos y pinturas para hacerlo uno mismo, o ruedas distintas para su modelo.
      También puede comprar un pequeño diorama con luces led a pedido, emulando la casa de la infancia o un taller amigo.

      Y a todo ese abanico nuevo que tiene el artesano, se suma que puede seguir haciendo sus modelos, pero en otras escalas (Ya hemos visto "Autos Inolvidables" en 1/64).

      El artesano en una fiera que siempre va a tener su mercado. Lo importante, como en todo negocio, es que sepa amoldarse a las nuevas tecnologías y a las exigencias de los compradores.

      Esta parte de la nueva ola, es verdaderamente admirable. ¿Se imagina ud, las cosas que podría haber hecho hace 30 años, con la tecnología actual?

      Para mi gusto, el coleccionable le pega más a una empresa que no tiene negocio con una editorial que a un artesano.

      Las sociedades cambian....

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    3. Buen punto!
      Para ponerlo en las palabras que se mencionaron en estos mismos comentarios, podríamos hablar de una democratización del artesanato.
      De todos modos, me arriesgo a creer que es un fenómeno sudaca, consecuencia de la malaria que nos caracteriza.
      Estoy en varios grupos europeos y yankis y lo más 3D que se ve, son muñecas en bikini.

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    4. Es que el artesano "sudaca" se la rebusca más que un manitas del hemisferio norte.

      Y ahí volvemos a que es un tema social. Porque eso de ser un busca vidas, en el hemisferio sur es moneda corriente. Acá constantemente debemos adecuarnos por una necesidad infinita.

      Entonces acá, el artesano se dobla pero no se quiebra. En otros países se convierten en oficinistas...

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  5. ¡Oh que bueno saber de las nuevas andanzas de Vasco, solía frecuentar su blog pero lo tenia por desaparecido de hace mucho tiempo.
    Aprovecho la puerta abierta en este ejercicio litero-coleccionista para saludarlo y prometo a partir de ahora en adelante pasarme por Lauburu43.

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    1. anotá el próximo título, te doy la primicia:
      el vasco que volvió de la muerte !!!!

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    2. Hola Xavi!!!!

      Las sombras de las redes sociales me cubrieron solo unos años. Sin embargo, tal oscuridad no impidieron que durante ese tiempo haya sido un mudo observador.
      Voy a tratar de mantener el ejercicio de seguir mostrando mi acumulación perdón, mi colección pero; por ahora las palabras que acompañan a las fotos son prestadas.

      Saludos!!!

      PD: Gasset, para que me llaman si saben como colecciono?!!!!

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  6. Hasta me imaginé el entorno, un como cuarto o estancia a luz entre media y 3/4, un poco mas oscuro arriba, algo nubloso, como de humo de cigarro, prueba del buen rato que se lleva ahí; con cierto desorden, pero bien ordenado. La mesa de trabajo con el proyecto en curso y los pendientes..
    El climax para mi es cuando Ortega blande el Corgi caundo habla mientras y luego Gasset se chupa el dedo mojado de whisky y escuchando.. que momento.
    Me lo imaginé como una de esas sencillas pero entrañables imágenes de historieta de Boggie el Acietoso.
    Excelente ejercicio literario estimado Gaucho. Le agregó un gran contexto, diría yo como de rica guarnición de verduras a un gran plato, aparte de hacerle mas interesante a la conversación en el blog de Don Vasco.
    Por otra parte, por lo que leí en los comentarios..
    Buenos, algo polémicos, resaltantes y respetables puntos de opinión, incluso desde la conversación Ortega-Gasset. Este en los cometarios especial me llamó la atención.
    Sí somos lo que escribimos.. pero va mas allá de la educación que recibimos, mas bien si no de como seamos.
    Como ejemplo, aquí en México por lo general y así somos, se nos enseña a ser resumidos y prácticos desde la escuela. Recuerdo los caracoles simulando un rollo que el maestro de taller de redacción me dibujada en los exámenes o en las tareas.. El sentido figurado y las palabras bonitas o regordeadas se reservan mas bien e intrínsecamente para las los literatos, poetas y filósofos en específico o.. para los albures que para eso nos pintamos solos aunque yo en lo personal carezco de ese don, afortunadamente.
    También creo que los coleccionistas, sobretodo cuando llevamos muchos años en esto pasamos por muchas fases, cíclicas y nuevas a veces, además de cumplir con esas cualidades por no decir requisitos o defectos criticables como el acumular o comprar impulsivamente o diversificar entre otras cosas, que al final no importa porque cada quien colecciona lo que quiere y lo que puede mientras no afecte a terceros.
    Pero lo mas importante es no aburrirse, no ser aburridos ni aburrir a otros en esto. Eso es lo que menos deseo para mi y para todos colegas.

    Saludos!!

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    1. El tema es el mismo, ya está gastado de tanto discutir, pero me gustó el envase y lo imaginé entre dos nobles en total decadencia, arreglando el mundo desde una mansión casi abandonada.
      En cuanto a los personajes, el tono Boggie es perfecto, lo tomo como una felicitación!
      Gracias por leerme y por tus comentarios!

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