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jueves, 25 de septiembre de 2025

ferrari dino 308 gt4 2+2





EL DISCRETO ENCANTO

Amo a esta Ferrari desde 1973, que cayó una revista con fotos del Salón de Paris de ese año.
El romance fue instantáneo, quedé atrapado por el equilibrio de sus formas, la aparente simetría del conjunto.
Cuando mi hijo vio esta Ferrari, dijo "parece un Stratos".
El comentario no es casual, recordemos que ambos diseños llevan la firma de Marcello Gandini, de cuando estaba enrolado en las filas de Bertone.


EL DISCRETO ENCANTO DE FERRARI

Cuenta la leyenda que Enzo Ferrari tenía un discurso más o menos así: "cuando vendemos un auto, en realidad estamos vendiendo un motor Ferrari, el auto va gratis".
Suponiendo que esto fuera cierto, este postulado tiene al menos, dos implicancias:
+ Si un comprador tuviera un problema con la carrocería, algo de óxido, una puerta que no cierra bien, un cuero de asiento roto, o algún problema de suspensión, no puede quejarse porque el auto efectivamente ha sido regalado y el único componente sobre el cual Ferrari ofrecía garantía era el motor.
+ La otra conclusión es que cuando uno mira una Ferrari en realidad está mirando un diseño de Pininfarina o cualquier otro diseñador avenido (Scaglietti, Bertone, Vignale, Touring, entre otros), al menos en los tiempos en que Ferrari no se encargaba de diseñar sus propios modelos.

Me atrevo a postular que más de la mitad de los tifosis que juran lealtad a la marca del Cavallino rampante, no sólo no manejaron jamás una de estas máquinas, ni han escuchado siquiera el rugido de un motor Ferrari, y lo único que han visto de los autos rojos son apenas fotografías o videos, mostrando el aspecto exterior de los bólidos.
Y recordemos que este aspecto exterior responde más al arte de los carroceros que a la misma Ferrari.
Por todo esto, en primera persona, estoy dispuesto a admitir que mi pasión por las berlinettas coloradas es más admiración por el trabajo de Pininfarina que por la magia de los motores del Commendatore.
Obviamente este razonamiento es más aplicable al universo GT, sin considerar toda la leyenda construida alrededor de las míticas victorias de los autos rojos en todos los circuitos del mundo.



Pininfarina venía firmando las líneas de todos los GT de Ferrari desde los años cincuenta, y hay que decir que hacia principios de los setenta, salvo la hermosa 365 GTB4 y luego la 365 GT4 BB (que luego derivó en la 512BB), todas las Ferraris tenían su personalidad definida por un poderoso V12 y una delantera con un estilo a medio camino entre un Porsche 911 y un Jaguar E-Type.


EL DISCRETO ENCANTO DE BERTONE

Así las cosas, Bertone cortó la supremacía de Pininfarina entrando por la chimenea con el diseño de la Dino 308 GT4 2+2 .



La Dino 308 GT4 no sólo se alejaba de la tradición anterior, sino que se oponía en muchos aspectos.
La carrocería sin tantas redondeces, sino con planos suavemente curvados.
Motor V8 en vez del tradicional V12, ubicado en posición central, algo que Ferrari venía tratando de evitar. Esta posición le garantizaba medidas contenidas y buena habitabilidad con sólo 2.55 metros entre ejes.
Bertone ya había plasmado algunos de estos trazos y soluciones en otras creaciones como el Lamborghini Urraco o el Lancia Stratos.
La línea era equilibrada y elegante, sobria y compacta, alejada del estilo "911/D-Type" de Pininfarina. Este diseño discreto, sumado a la plebeya motorización V8 en vez del tradicional V12 , lo alejaba de la imagen que buscaban los tifosi.

El motor V8 de 3 litros que, alimentado por 4 carburadores Weber, entregaba 255 CV a 7700 rpm, llegando a una velocidad máxima de 250 km/h.
Lamentablemente, la crisis del petróleo, la economía y la política, se complotaron para boicotear estos bellos autos. No sólo el alto precio de la nafta, sino también un impuesto del 38% que penalizaba los autos con más de 2000cc). Por tal motivo, en 1975 sale de Maranello una versión descafeinada con 170 CV que permitían sólo 220 km/h, llamada Dino 208 GT4.
Lamentablemente, las prestaciones modestas, sumadas a que el modelo venía alejado de la preferencia popular, dieron lugar a ventas muy modestas que sólo apuraron el final de la vida comercial del modelo.
En números finales, se vendieron 2826 de la 308 y apenas 840 del modelo descafeinado.



Con tan ventas tan escuálidas, es lógico que el modelo sea desconocido en la mayoría de los cenáculos. Y como siempre sucede, la situación se replica en el mundo del diecast.
Los desafío a conseguir una de estas en 1/43, de ser posible, a precio contenido.
Les aseguro que no hay.


EL DISCRETO ENCANTO DEL DIECAST

En realidad, hay una 1/43 de Polistil de 1976, pero resulta muy juguetosa, casi desarmada por sus puertas aperturables, y aunque esté mint in box, ruedas tipo Superfast, necesita mucho amor.




Muy por arriba de los 250 euros, o decididamente descatalogadas, hay varias maravillas disponibles.
Y acá empieza lo que quería contarles.

Minichampos, quizás la más barata, pero inencontrable:



Le Phoenix (no la conocía)



BBR



AMR



Top Marques (me tuvo con este color azul oscuro)






That's All Folks!




Gaucho Man
el portentoso






martes, 16 de septiembre de 2025

dossier especial: el señor buby

 






EL PROCER DEL DIECAST

Hace unos días, tuve oportunidad de asistir a un evento que contaba con la presencia anunciada del Señor Haroldo Buby Mahler.





Para los foráneos o los que que no saben, les doy un breve contexto.
En los sesenta, Haroldo era un estudiante de ingeniería. Pensó en comprar un Dinky en alguna juguetería, pero se sorprendió del alto precio que le pedían. Preguntó por alternativas argentinas pero eran demasiado feas.





Ante semejante situación empezó a pensar en fabricarlos, empezó preguntando por técnicas de inyección a sus profesores y así empezó a dar forma al proyecto.
La marca se llamó como lo llamaban a él dentro de la familia: Buby.
Pueden leer el resto de la historia en este post o en este reportaje a Buby.





Hoy, Buby tiene 94 años y tuve el privilegio de conocerlo en persona.
La primera impresión fue de cierta timidez, el hombre enfrentaba un evento con más de treinta personas prontas al aplauso, sólo esperando una señal. Luego, vio alguna cara conocida y tomó confianza, dejándose sorprender por las muchas demostraciones de cariño y admiración que fueron desgranándose en la noche.






EL TIO HAROLDO

Yo había llevado un autito y un fibrón para pedirle que me lo firme, pero sobre la marcha desistí de la idea por dos motivos:
El primero, fue la falta de originalidad del planteo, había no menos de diez tipos pidiendo que le firmen el autito, la caja o la camiseta.
El segundo, y más importante aún, fue el mismo Buby. Como comenté más arriba, es un hombre mayor y la edad le está poniendo muchos límites, sobre todo en la vista y el oído. No valía la pena importunarlo con un pedido que al final, sólo apuntaba a apuntalar mi ego.








EL QUERIDO TIO HAROLDO

Finalmente, se le entregó un modesto presente, recordatorio del evento.
Ahí Buby habló, contando experiencias y compartiendo su emoción.
No sólo él estaba emocionado. La modesta tribuna también.
Fue un momento sublime.
(disculpen la profusión fotográfica)





Hablaba de profusión fotográfica.
Por favor vean las fotos y verán que es difícil encontrar una expresión que se repita.
El hombre hablaba y su cara era un calidoscopio mágico que barajaba sonrisas, miradas, muecas, y todo tipo de expresiones, una tras otra.



Acá abajo, con la emoción a flor de piel.






That's All Folks!




Gaucho Man
el fotogénico